10 normas de Imam Ghazali para el peregrino al Hajj

Imam Ghazali nos explica estas normas de buena conducta para el peregrino al Hajj

Imam Ghazali nos explica estas normas de buena conducta para el peregrino al Hajj

Por: Imam Ghazali

El gran erudito islámico, Imam Ghazali, nos dice que hay diez normas de buena conducta que los peregrinos al Hajj deben de tener en cuenta y que abarcan todos los aspectos de este. Hemos de tener en cuenta de que estas normas de buena conducta fueron redactadas en el siglo XI y que por lo tanto hemos de entenderlas adaptándolas a hoy en día, más como una escrito que nos transmite le espíritu del Hajj. 

Primer norma: El dinero que gaste debe haber sido conseguido de manera halal

El dinero que gaste debe haber sido conseguido de manera halal. Debe además, intentar no hacer negocios durante el Hayy, ya que esto ocuparía su corazón y lo distraería; su único propósito debe ser el recuerdo de Allah y honrar los ritos a realizar. Se ha narrado que “en el fin de los tiempos, realizarán el Hajj cuatro tipo de personas: los gobernantes (para disfrutar), los ricos (para negociar), los pobres (para medigar) y los recitadores de Corán (para alardear)”. Con esto se quiere mostrar los motivos que pueden esconderse tras la peregrinación de las personas; todo esto le quita el valor que tiene el Hajj y evita que la gente sienta la auténtica realidad de la ceremonia.

Particularmente, no tiene beneficio aquel que hace el Hajj por otra persona a cambio de dinero, ya que este lo estaría haciendo por el amor a este mundo y no el siguiente. Algunos creyentes y personas de corazón puro hacen una excepción a esto, y esta es cuando se quiere permanecer en La Meca durante algún tiempo, y la única manera para poder pagar el viaje es haciendo de sustituto en el Hajj. Si la intención es de usar Dunya para conseguir el Din, y no al revés, entonces esta forma de peregrinar no es incorrecta. Pero la intención que debe ser puesta es la de “visitar la Casa de Allah y ayudar a un musulmán incapacitado a realizar una acción obligatoria”.

Segunda Norma: El peregrino no debe ayudar a los enemigos de Allah pagándoles impuestos ilegales

El peregrino no debe ayudar a los enemigos de Allah pagándoles impuestos ilegales. A estos se les considera de entre los que obstaculizan el camino de Dios; incluyendo a los árabes del desierto que engañan a los peregrinos en su viaje. Si le da dinero, se está apoyando la injusticia, hay que intentar evitarlos. Llevar ropa simple y humilde suele ayudar, pero si esto no es posible, algunos eruditos opinan que, si es el segundo Hajj que se realiza, es mejor volver a casa sin pagarles. Estos pagos son una innovación deshonrosa y someterse a ella hace que se convierta en un impuesto legítimo. Esto solo trae humillación a los musulmanes.

Tercera norma: Se debe llevar mucha comida y ser generosos y compartirla con los demás

Se debe llevar mucha comida y ser generosos y compartirla con los demás. Sin embargo no se debe llegar a extremos en los que se malgaste comida y bebida, como hacen aquellos que viven vidas lujosas. Tampoco hay que pasarse en la forma de alimentar a los peregrinos “ya que en la bondad no hay extravagancia”. Compartir tu comida con otro durante el Hajj es gastar en el camino de Allah. Como dijo Ibn Umar: “El mejor peregrino es el que tiene la intención más noble, el que da con más pureza y el más sincero”. El Profeta, que la paz y las bendiciones sean con él, dijo: “Realizar satisfactoriamente el Hajj, no trae más que el Paraíso”. Y le preguntaron: “Oh Mensajero de Allah,  ¿cómo se realiza el Hajj satisfactoriamente? Y respondió: “Hablando bien y dando comida”.

Cuarta norma: Durante el Hayy se debe abandonar el rafath, fusuq y jidal, como se dice en el Corán

Durante el Hajj se debe abandonar el rafath, fusuq y jidal, como se dice en el Corán. “Rafath” es un término para definir el habla obscena, incluye el flirteo con mujeres y hablar sobre cosas relacionadas al deseo sexual. Fusuq es un término referente a la desobediencia de Allah. Jidal es la manera de hablar jactanciosa y discutiendo que causa rencor, diluye la intención y no cumple las reglas del buen comportamiento. Es por lo tanto censurable criticar o ir en contra de los deseos de tus compañeros, ya que se debe ser siempre respetuoso y gentil con aquellos que viajan a la Casa de Allah. El buen carácter no es la compensación por el daño, sino la resistencia a este. Se dice que viaje (safar), recibió este nombre en árabe porque descubre (sufur) los atributos de carácter de la gente. Por esto, Umar (que Allah esté complacido con él) le preguntó a un hombre que decía conocer bien a su amigo, “¿Has viajado con él? Cuando el hombre le contestó que no, Umar dijo: “Entonces no lo conoces”.

Quinta norma: Se debe realizar la mayor parte del Hajj posible a pie

Se debe realizar la mayor parte del Hajj posible a pie. En su lecho de muerte, Ibn Abbas le dijo a sus hijos: “Hijos míos, debéis realizar el Hajj a pie, ya que el peregrino que anda recibe setecientas bendiciones del Santuario Sagrado a cada paso que da”. Uno debe intentar andar en los rituales importantes, como el camino de La Meca a Arafat y Mina. Algunos eruditos, sin embargo, opinan que cabalgar es mejor, ya que así puedes ayudar a los demás; es más seguro y previene situaciones que pueden provocar enfado o resentimiento en el corazón. En realidad, esta opinión no difiere con la anterior. Uno debe usar su propio discernimiento; andar, si es fácil para él o cabalgar, si es débil o cree que el andar puede afectarle negativamente. Cuando se realizan los ritos de la Umra, es mejor andar y el dinero ahorrado gastarlo en buenas acciones.

Sexta norma: Aquel que prefiera cabalgar deber hacerlo con montura simple y no con  una Howda (montura-cama)

Aquel que prefiera cabalgar deber hacerlo con montura simple y no con  una howda. La única excepción es cuando el peregrino es débil o no está acostumbrado a montar con la montura y teme que pueda caerse del camello. Hay que considerar dos cosas. En primer lugar, hay que dar facilidad al camello, y las howdas son incómodas para ellos; en segundo lugar, hay que evitar aparentar parecer ricos y orgullosos. El profeta, que la paz sea con él, realizaba el Hajj en camello para que la gente pudiera seguirle y ver lo que hacía, pero lo hacía con una montura vieja que le había costado cuatro dirhams. Con el tiempo, la gente venía con caravanas espléndidas, y Ibn Umar, observando una de ellas dijo: “¡Pocos peregrinos pero muchas bestias!”. Entonces vio a un indigente con harapos y dijo: “¡Aquí hay un Hayyi magnífico!”.

Séptima norma: Se debe estar desaliñado y sin mucha ornamenta que incite a ostentar

Se debe estar desaliñado y sin mucha ornamenta que incite a ostentar. Ya que si no, podemos parecer de los orgullosos y arrogantes que viven lujosamente, en vez de los pobres y débiles con corazón puro. El Profeta Muhammad (que la paz sea con él) dijo que “el (verdadero) hajji está despeinado y descuidado”. Y Allah, Exaltado Sea, dice: “Observa a los visitantes de Mi Casa. Han venido a Mí con polvo y despeinados, desde los valles más profundos”. Y dice: “Entonces haz que dejen de estar descuidados”. (Rapando su cabeza y cortándose las uñas)

Octava norma: Hay que tratar bien a los animales que se montan

Hay que tratar bien a los animales que se montan. No está permitido dormir sobre ellos o darles demasiada carga. Los buenos musulmanes de la antigüedad nunca dormían sobre los animales, a no ser que lo hicieran inconscientemente, y tampoco estaban sentados sobre ellos durante mucho tiempo sin dejarlos descansar. El Mensajero de Allah, que la paz sea con él, dijo: no tratéis a vuestros animales como si fueran sillas. Se recomienda, y esta es la sunnah, descender para dejar descansar al animal de vez en cuando. En su lecho de muerte Abu’l-Darda le dijo a su camello: “¡Mi camello, nunca te di sobrecarga, por lo que no te quejes de mi ante tu Señor!”. Allah recompensa a las personas que son amables con todos los seres vivos; por lo que tenemos que respetar los derechos de las bestias y de los dueños que nos las alquilan. Bajarse del animal y andar a su lado, hace que el animal descanse y alivia al dueño. Un hombre pidió a Ibn al-Mubarak que le llevase un libro al sitio donde iba. “Debo pedirle permiso a su dueño” contestó. “Ya que ya he hecho el acuerdo con él sobre el animal y su pago”. Así de meticuloso era, incluso con un libro que casi no tenía peso. Pero si se abre la puerta un poco, con el tiempo, se terminarás abriendo del todo.

Novena norma: El peregrino debe buscar complacer a Allah, ofreciendo un sacrificio, aunque no sea obligatorio

El peregrino debe buscar complacer a Allah, ofreciendo un sacrificio, aunque no sea obligatorio. Debe cerciorarse de que es un animal grande y de valor. Si el sacrificio es opcional, deberá comer de él, pero no si es obligatorio. Lo que se pretende no es conseguir grandes cantidades de carne, si no la purificación del alma y la supresión de la avaricia del ego. “Su carne no llega a Dios, pero tu devoción sí que lo hace”.

Décima Norma: Hay que  estar complacidos con los gastos y los sacrificios que se hacen

Hay que  estar complacidos con los gastos y los sacrificios que se hacen, y de las pérdidas o sufrimientos de dinero o de la persona. Ya que estas pruebas son una señal de que el Hajj ha sido aceptado por Dios. Un infortunio en el camino al Hajj es como una de las dificultades que confrontan los guerreros en el Yihad, por cada dolor que siente, o por cada pérdida hay una recompensa, y Allah no permite que la recompensa de una buena persona se pierda.


Via: www.masud.co.uk

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