Por: Dr. Jasser Auda
Shaykh Ibn Ataillah dice en uno de sus libros:
Si encuentras que tienes menos esperanza en Dios cuando cometes una falta, entonces date cuenta de que estás confiando tan solo en tus propias obras.
Tenemos la intención de comenzar mi viaje espiritual hacia Dios (Exaltado sea), pero la pregunta es: ¿por dónde debemos comenzar? ¿Cuáles son nuestras herramientas y provisiones necesarias para este viaje? ¿Debemos recordar las buenas obras que hemos hecho y tomarlas como provisiones en este viaje?
La respuesta dada por Ibn `Ata’illah con estas palabra llenas de sabiduría es: No. No deberías confiar en tus buenas obras. Deberías comenzar tu viaje hacia Dios confiando sólo en Él y esperando Su misericordia y generosidad.
La misericordia de Dios
Podríamos preguntarnos: ¿No es acaso recibir la Misericordia de Dios el resultado de mis buenas obras? ¿Se puede detener la misericordia divina? ¿Tiene final la generosidad de Dios?
La respuesta es:
“Y si Allah tomara en cuenta a los hombres por sus injusticias no dejaría sobre ella* ningún ser viviente. Sin embargo los deja hasta un plazo fijado. Pero cuando les llega su plazo no se les retrasa ni se les adelanta una sola hora”. *[Es decir, la tierra.] (La Abeja, 16:61)
Por lo tanto deberíamos confiar en la Misericordia y Generosidad de Dios a pesar de nuestros defectos. Este es el camino correcto para un buen comienzo.
Este comienzo tiene que ir acompañado de un arrepentimiento sincero de nuestras faltas y errores. De acuerdo con las leyes de Dios en Su universo, si queremos añadir algo a cualquier lugar, en primer lugar debe de haber espacio para esta adición. Si quiero llenar mi corazón con la luz y el recuerdo de Dios, primero debería vaciar completamente mi corazón de suciedad, oscuridad y faltas.
Sólo entonces llenar mi corazón de bondad se vuelve fácil o, de acuerdo con la expresión sufí: uno tiene que despojar de su corazón las malas características antes de llenarlo de las buenas, entonces es posible tener paz en el corazón derivada de una devoción incesante por Dios. Por lo tanto, comenzamos el camino con el arrepentimiento a Dios de mis faltas.
Y volveos a Allah todos, oh creyentes, para que podáis tener éxito. (Sura de la Luz, 24:31)
La esperanza en Dios
Además del arrepentimiento, hay otro significado importante que Ibn `Ata’illah enfatiza con estas palabras llenas de sabiduría, que es la esperanza. Tengo que tomar el arrepentimiento y la esperanza como mis compañeros de viaje. En cuanto cómo relacionar el arrepentimiento con la esperanza en este principio, esto es lo que Ibn `Ata’illah explica:
Ibn `Ata’illah (que Dios sea misericordioso con él y esté complacido con él) dice: Si encuentras que tienes menos esperanza en Dios cuando cometes una falta, entonces date cuenta de que estás confiando tan solo en tus propias obras. Esto significa: entre las señales, a través de las cuales sabes que estás confiando y poniendo tu confianza en tus acciones, no en la Misericordia y Generosidad de Dios, es que tu esperanza en Dios (Glorificado y Exaltado sea) disminuye cuando comentes una falta y erras, entonces empiezas a arrepentirte de ellos ante Dios.
Para un arrepentimiento sincero
Hay algunas condiciones ligadas al arrepentimiento. Primero, debes sentir remordimiento por las faltas que has cometido. Segundo, debes renunciar a esa acción. Tercero, debes tener una fuerte voluntad de no volver a hacerla. Cuarto, si la falta que has cometido tiene que ver con violar los derechos de los demás, tienes que hacer lo posible por reparar este derecho.
Si quieres tener un sincero volverte a Dios en arrepentimiento, tienes que cumplir con estas condiciones.
La primera condición es sentir lástima por la falta que ha cometido. El Profeta Muhammad (la paz sea con él) dijo:
El arrepentimiento significa sentirse apenado (por haber desobedecido a Dios). (Ibn Hibban y Ibn Majah)
La segunda condición es abstenerse de cometer esta acción. No puedes seguir cometiendo esta acción y al mismo tiempo afirmar que estás demostrando arrepentimiento. Esto es una contradicción clara.
La tercera condición es tener una fuerte voluntad de no volver a cometer nunca esta mala acción, es decir, no puedes sentir arrepentimiento por tu falta y renunciar a esta, mientras que tienes la intención de llevarla a cabo otra vez. Si sucede que vuelves a llevar a cabo esta mala acción otra vez, tienes que renovar el arrepentimiento, renovar tu profundo sentimiento de arrepentimiento y la voluntad de no volverlo a hacer de nuevo.
Dios es Indulgente y Tolerante, Misericordioso y Compasivo. No le importa aceptar el arrepentimiento una y otra vez. Por el contrario, está complacido cuando Su siervo se arrepiente y vuelve a Él cada vez que comete una mala acción.
En cuanto a la cuarta condición, los eruditos han dicho que si la mala acción que has cometido tiene que ver con violar los derechos de la gente, tienes que devolver este derecho. Por ejemplo, si has tomado ilegalmente algo de alguien, tiene que devolverlo. Si has hecho una injusticia a alguien, tienes que remediar esta injusticia. También tienes que reconocer los derechos de las personas y pedir su perdón si tomas su dinero o hablas mal de ellos.
Ibn `Ata’illah supone que has cumplido estas condiciones. Pero aquí estamos hablando de las ética asociada al arrepentimiento, que es la de la esperanza. La ética es diferente de las condiciones. Si cumples con las condiciones, entonces la ética es el resultado. Debemos albergar la esperanza de que Dios aceptará nuestro arrepentimiento.
Estos esperan la misericordia de Allah. Allah es Perdonador y Compasivo. (Al-Baqarah 2:218)
A pesar de nuestras faltas
A veces, la esperanza se pierde cuando uno se pregunta: ¿cómo debo esperar la gracia de Dios después de cometer tales faltas y cómo Dios va a aceptar mi arrepentimiento?
Este sentimiento afectará nuestra esperanza en la misericordia de Dios y eventualmente nos puede conducir a un estado de desesperación y desesperanza.
¿Y quién puede desesperar de la misericordia de su Señor sino los extraviados? (Al-Hijr 15:65)
A este respecto, Ibn `Ata’illah dice que, por muy graves que sean nuestras faltas, no deben afectar nuestra esperanza en la misericordia de Dios. Si uno se arrepiente sinceramente a Dios, Dios aceptará su arrepentimiento. El Profeta dijo:
El que se ha arrepentido de una falta (sinceramente) es como quien nunca la hubiese hecho. (Ibn Majah).
Hemo de tener la seguridad de que si nos arrepentimos de forma sincera, Dios lo aceptará sin importar cuán graves sean nuestras faltas. Estas faltas no son nada a los ojos de Dios. Dios dice en el Hadiz Qudsi:
“Oh hijo de Adán, mientras me invoques y me pidas, te perdonaré lo que hayas hecho, y no me importará. Oh hijo de Adán, si vinieras a mí con faltas tan grandes como la tierra, te perdonaría”. (At-Tirmidhi)
Por lo tanto, la esperanza no debe verse afectada por la gravedad de nuestra mala acción. Sino que uno debe tener una intención sincera de arrepentirse a Allah de las falta y esperar a Su Misericordia. Dios dice en el hadiz divino: “Yo soy como mi siervo espera que yo sea. Así pues, que él piense en Mí como él desea”. (Al-Bujari y Muslim)
Fuente: Extracto del libro “Algunos de los Hikam de Ataillah. El camino hacia Dios” por Jaseer Auda. Traducido desde New-mulims.info por Nuevos Musulmanes