Por: Maria Zain
Ramadán está dividido en tres partes, los diez primeros días se conocen como “Los días de la Misericordia”. Para los musulmanes este mes es un mes de oportunidades espirituales, pero ¿qué es realmente la “misericordia”?
Uno de los nombre de Dios es Ar-Rahman, el Más Misericordioso, y los musulmanes hacen muchas suplicas a través de este nombre. Por lo que no nos sorprende ver la Misericordia manifestada en el mes que Dios creó para Sí Mismo.
En el Hadith siguiente, Dios dice:
“Oh hijo de Adam, mientras acudas a mí y pongas tu confianza en mí, te perdono por lo que has hecho y no me importe. Oh hijo de Adam, si tus malas acciones alcanzaran las nubes pero luego buscaras mi perdón, te perdonaría. Oh hijo de Adam, si vinieras a mí con una cantidad de malas acciones que casi llenaran la Tierra pero luego me encontraras sin haber asociado nada conmigo, ciertamente te daría la misma cantidad de perdón”. (Autenticado por Al Albani)
Imagina entrar en Ramadán muy conscientes del mal. Muchos creyentes se preocupan de todas las malas acciones que han hecho en el pasado, las que hicieron conscientemente y las que no. Aun así, Dios promete perdón. Nadie ni nada en este mundo tiene un atributo similar a este, por ello se hace tanto hincapié en quitar la idolatría de nuestra creencia.
En este mismo Hadith, Dios nos recuerda que Él es Ar-Rahman, el más Compasivo, y Ar-Raheem, el más Misericordioso. Empaparse de la misericordia de Dios, y finalmente, de la misericordia del Paraíso, es algo que todo musulmán anhela. Y sobre el miedo de ser castigado, Dios dice:
Di: ¡Siervos míos que os habéis excedido en contra de vosotros mismos, no desesperéis de la misericordia de Allah, es verdad que Allah perdona todas las faltas, pues Él es el Perdonador, el Compasivo! (Los Grupos, 39:53)
El du’a y el Dhikr de Allah son la llave para la misericordia de Dios
La mejor manera de adoración en los diez Días de la Misericordia es hacer Du’as (súplicas) y Dhikr (recuerdo) implorando la misericordia de Dios. Con las puertas del Paraíso abierta y las del Fuego cerradas, Dios siempre cumple sus promesas y por ello, este es el momento ideal para pedir que Dios derrame Misericordia en sus siervos. Una súplica que aparece en el Corán que se puede recitar como recuerdo es:
Y di: ¡Señor mío! Perdona y ten misericordia, Tú eres el mejor de los misericordiosos. (Los Creyentes, 23:118)
Dios también dice lo siguiente:
Así pues, recordadme que Yo os recordaré; y agradecedme y no seáis ingratos conmigo. (La vaca, 2:152)
Este es el mejor recordatorio para hacer súplicas a Dios, para pedirle bendiciones, para postrarse y pedir Su Misericordia; sin importar lo cansado que estemos o la situación difícil en la que nos encontremos. El creyente nunca debe abandonar la misericordia de Dios.
Otro Hadith habla de la misericoridia de Dios en este mundo en el que viven y pasan los días. A pesar de ver muchas catástrofes, los musulmanes también ven mucho amor: del esposo a su esposa, una mujer a su hijo, los profesores a sus alumnos, de los niños a los animales e incluso los animales a sus crías. El mundo está lleno de misericordia, Dios dice haberla dividido en 100 partes, y solo una de ellas se puede ver en este mundo. Las demás pertenecen solo a Dios. Imagina entonces la misericordia de Dios en los 10 primeros días de Ramadán, cómo será otorgada a aquellos que aprovechen estos días y cómo se manifestará en el Día de Juicio Final y en el Más Allá.
Ayunar es una misericordia
El ayuno, como uno de los pilares del islam, es en sí una misericordia. Al ayunar, los musulmanes limpian su organismo de alimentos que no les benefician. Aumentan su espiritualidad y dejan conscientemente distracciones que tampoco son beneficiosas para ellos. En estos momentos se aprecia lo poco que se tiene y se piensa en aquellos que tienen aún menos: familias en países en guerra, personas que viven sin nada que comer cada día… Aquellos que ayunan pero no tienen nada con lo que romper el ayuno.
Cada uno de estos, de una manera u otra, es una misericordia, los musulmanes tendrán la oportunidad de ser más misericordiosos consigo mismos, con los que tengan más y con los que sean menos afortunados. La misericordia se manifiesta en humildad, de muchas maneras, y todas ellas pueden conseguirse con un Ramadán lleno del recuerdo de Dios, la reflexión sobre la abstinencia y pasando las noches rezando.
Dios promete aún más, dice:
¡Creyentes! Se os ha prescrito el ayuno al igual que se les prescribió a los que os precedieron. ¡Ojalá tengáis temor (de Allah)! (La vaca, 2:183)
Imagina estar entre los musulmanes más piadosos, este es uno de los regalos de misericordia que Dios da a sus siervos. Y esto se puede obtener con un Ramadán lleno de servicio.
El ayuno y la súplica en la época de la misericordia
La belleza de los diez primeros días de Ramadán está en que es una bendición dentro de otra bendición. Mientras que los musulmanes tratan de complacer a Dios, este añade el regalo de la misericordia a este mes. La misericordia es para aquellos que realizan buenas acciones, multiplicando sus méritos, y para aquellos con malas acciones, perdonándoles, siempre y cuando su arrepentimiento sea sincero y quieran complacer solo a Dios. Es en estos momentos, con la misericordia de Dios, cuando el estado de un siervo bondadoso aumenta, y la misericordia que hay en ellos, purifica sus corazones y los lleva en la dirección de alabar a Dios.
Qué gran recordatorio el de empaparse de la misericordia de Dios en el primer tercio de Ramadan. Ayunar no solo te hace aumentar tus méritos y bendiciones, sino que la misericordia de Dios continúa purificando a aquel que adora a Allah. Allah ha creado a sus Siervos para que le adoren, como dice en el Corán:
Y no he creado a los genios y a los hombres sino para que Me adoren. (Los que levantan un torbellino, 51:56)
Los beneficios del ayuno son inmensos, y uno de ellos es que Dios eligió el ayuno para sí mismo. El Profeta Muhammad dijo:
“(Allah dijo) Toda buena acción del hijo de Adam es para él excepto el ayuno, que es para Mí. Y lo recompensaré (a la persona que ayuna) por ello. “Ciertamente, el aliento del ayunante es mejor que el olor del almizcle”. (Al-Bukhari)
La inmensa recompensa se manifestará durante los días de Ramadán para aquellos que se arrepienten sinceramente y realizan buenas acciones por Allah. Toda esta misericordia emerge durante Ramadán y en la vida del creyente hasta el Día del Juicio, donde la persona que ayuna será de los piadosos, por la misericordia de Dios.
Fuente: onislam.net Traducido por Nuevos Musulmanes