Cambio biológico

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Por Irfan Yilmaz

Uno de los argumentos que defienden aquellos que aceptan, o más bien que creen en la teoría de la evolución contra aquellos que creen en la Creación es el siguiente: “Nosotros proponemos ciertos conceptos relacionados con la evolución, ya sean correctos o no, para aportar y beneficiar el conocimiento científico. Pero vosotros, simplemente negáis y desmentís este trabajo de investigación. Ignoráis muchos hechos biológicos, tales como la adaptación y selección natural, para así negar la evolución, pero vosotros tampoco podéis interpretar esos hechos ni ofrecer ideas científicas alternativas”.

Cuando contestemos a este argumento debemos mostrar que nosotros aceptamos los mismos hechos biológicos de los que hablan, pero que no estamos de acuerdo con las “leyes” por las que intentan explicarlos.

A diferencia de otras escrituras que aseguran la autoridad Divina, no existe enunciado en el Corán que pueda estar en desacuerdo con aquello establecido por el conocimiento científico. El Corán no subestima la importancia de la reflexión, pero sí que indica que nuestras suposiciones acerca del origen de la Creación no pueden explicar la realidad de ello, porque simplemente no estuvimos presentes.

“No los tomé como testigos de la creación de los cielos y de la tierra ni lo hice de su propia creación; como tampoco tomé a los extraviados como auxiliares”. (La Caverna 18:51)

Este versículo del Corán no puede ser interpretado con el significado de que no debamos hacernos preguntas o investigar, ya que el Corán nos anima explícitamente a investigar científicamente. Es más bien una advertencia a aquellos que vanamente aseguran explicar el fenómeno que ocurrió fuera del curso normal de eventos y no puede ser descrito en términos de causas y efectos materiales, ya que la Creación es el mayor milagro que el ser humano nunca podrá imitar (no podrán crearlo de la nada) o explicar.

Atribuir la Creación a Dios hace que todo sea verosímil y protege las argumentaciones científicas de ser infructíferas, inciertas e inseguras especulaciones. Es importante entender los principios básicos de la realidad de la Creación, ya que si se comprenden correctamente, los aspectos útiles y que merecen la pena de la teoría de la evolución pueden ser filtrados de las pretenciosas y falsas interpretaciones que de ellos se tienen. Y esto lo decimos porque, en cada idea, incluso si está en contra del sentido común, hay elementos que son verdad. Los hechos biológicos tales como variación, adaptación, mutación, selección natural en la teoría de la evolución deberían ser diferenciados del bagaje ideológico y metafísico que han ido acumulando.

Desde nuestra perspectiva, la evolución puede ser descrita como el cambio y las variaciones de la forma de las criaturas, especialmente en seres vivos, y los factores genéticos y medioambientales asociados a esos cambios.

Nosotros no podemos afirmar que la forma de los seres vivos sea fija e inalterable, si lo hiciésemos estaríamos declarando que existe una limitación en el conocimiento y poder de Dios, lo que es contrario a sus Nombres, el Omnisciente y el Todopoderoso. La creación refleja Sus Nombres a través del cambio que se produce en su renovación, a través de su variedad prolífica. La diversidad individual está programada en los mecanismos genéticos que, a medida que se despliegan y se mezclan con los factores medioambientales muestran (para nuestra admiración y entendimiento) el funcionamiento, en el mundo, de la gracia y el poder Divino.

De los centenares de manzanas que produce un único árbol no hay una idéntica, ni son idénticas según las estaciones, son únicamente similares. De este modo, en la definición del concepto de evolución hacemos hincapié en el cambio, ya que es vital para el mantenimiento y equilibrio del medio.

Parafraseando el Corán; Dios impone la ley del cambio y evolución como un principio básico en el universo. En la aplicación de esta ley, creó parejas y opuestos que, interactuando de acuerdo con propósitos imperceptibles, son colocados en el interior de casa ser. Por consiguiente, desde el inicio de la creación el cambio evolutivo y el equilibro en el universo ha sido alcanzado a través de la intersección continua de los opuestos. Hay muchos versículos en el Corán (por ejemplo, en el capítulo 55, al-Rahman) que indican el cambio y equilibrio.

Los ideólogos de la teoría de la evolución ignoran la sabiduría Divina que ha otorgado un propósito y una justa medida a todo en el universo, y afirman que el cambio que observan es efecto de una serie de variaciones que han coincidido por casualidad.

Los creyentes en el Único Dios afirman que todo, desde las pequeñas partículas subatómicas a las galaxias, fue creado por Él, que es el Omnisciente y el Omnipotente, y que todo funciona según Su voluntad y mando. Solo dice “¡Sé!” y todo lo que podamos imaginar; calor, aire radiación, humedad, elementos químicos etc,… son.

Los conceptos usados por los evolucionistas para explicar realidades biológicas tienen muy poco de reales, de hecho están lejos de ser las causas por las que ocurren las cosas. Atribuir realidad o, peor, poder Divino a conceptos que solo sirven para construir modelos mentales, e ignorar el poderío y la eterna sabiduría  del Creador, significa atar nuestros corazones y mentes a la naturaleza, como lo hacen los adoradores de la naturaleza y los politeístas.

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Fuente:http://www.fountainmagazine.com/Issue/detail/Biological-Change. Traducido y editado por New Muslims.

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