Autor: Ibn al-Qayyims
Si realmente te quieres beneficiar del Corán, tu corazón debe de estar alerta y atento cuando lo recitas o escuchas. Escúchalo con atención y con presencia, como si Allah te estuviese hablando a ti directamente.
Has de entender que Allah te ha dirigido el Corán a ti, a través del Mensajero, que las paz y las bendiciones sean con él.
Allah, exaltado sea dice:
Ciertamente en ello (el Corán) hay un recuerdo para quienquiera que tenga corazón, o escucha con atención y presencia, siendo testigo de la evidencia (50:37)
Una impresión profunda y duradera depende de que algo que estimule a una persona, un lugar en el que ser influenciado, el estar en la condición adecuada y quitar cualquier impedimento para que esto ocurra. El verso anterior menciona todo esto de una forma clara y sucinta.
“Ciertamente en ello (el Corán) hay un recuerdo” Se refiera al verso previo del mismo capítulo. Esto, el Corán, es el estímulo.
“para quienquiera que tenga corazón” se refiere a aquello que puede ser influenciado. El corazón del que se habla es del corazón que está vivo: el corazón que tiene consciencia de Allah.
El, el más elevado, dice:
No le hemos enseñado la poesía, que no le está bien. Esto no es más que una amonestación y un Corán claro, para que advierta a todo vivo y se cumpla la sentencia contra los infieles. (Corán, 36:69-70)
“Y quien escucha con atención” en otras palabras: que dirige su facultad de escuchar hacia él y presta la máxima atención. Esta es la condición que debe de existir para que a una persona le afecten las palabras.
“Con presencia” lo que significa: con un corazón alerta y atento, no un distraído y decuidado.
Ibn Qutaybah dijo: “una persona que escucha el libro de Allah con atención con el corazón y la mente presente, no alguien que está descuidado y con la mente ausente”. (Ibn Qutaybah, Gharibu’l-Qur’an, pg. 419)
Esto, por su parte, alude a cuál es el impedimento: un corazón sin atención y descuidado que no entiende lo que se está diciendo, y, de esta manera, no puede reflexionar sobre ello o dirigir ningún pensamiento consciente hacia ello.
Si todas estas circunstancias se dan, el resultado final es obtenido: beneficiarse del Corán.
Alguien podría preguntar: “¿Si el resultado final, una impresión duradera, solo se consigue por la combinación de estas condiciones, por qué Allah ‘o’ en el verso, ‘o que escuchan con atención’ lo que implica un elección entre una opción u otra? ¿No debería decir ‘y’ en lugar de ‘o’?
A esto se le podría responder: “‘O’ se ha mencionado teniendo en cuenta la condición de la persona a la que va dirigido”.
Hay gente que tiene corazones que están despiertos, corazones que aceptarían la verdad con facilidad y cuya naturaleza innata (fitrah) está intacta; si esta persona reflexionase sobre su propio corazón y volviese su mente a él, concluiría que el Quran es auténtico y verdadero. Y la impresión sería causada como capas de luz sobre la luz de su naturaleza innata. Esta es la descripción de aquello de los que se ha dicho en el Corán:
Quienes han recibido la Ciencia ven que lo que tu Señor te ha revelado es la Verdad y dirige a la vía del Poderoso, del Digno de Alabanza. (Corán, 34:6)
Respecto a ellos Allah dice:
Allah es la Luz de los cielos y de la tierra. Su Luz es comparable a una hornacina en la que hay un pabilo encendido. El pabilo está en un recipiente de vidrio, que es como si fuera una estrella fulgurante. Se enciende de un árbol bendito, un olivo, que no es del Oriente ni del Occidente, y cuyo aceite casi alumbra aun sin haber sido tocado por el fuego. ¡Luz sobre Luz! Allah dirige a Su Luz a quien Él quiere. Allah propone parábolas a los hombres. Alá es omnisciente. (Corán, 24:35)
Este verso se refiere a la luz de la naturaleza innata cubierta por la luz de la revelación; esta es la condición de la persona que tiene un corazón vivo y capaz de recibir. Se ha explicado este verso y las enseñanzas que contiene en detalle en el libro: Ijtima` al-Juyush al-Islamiyyah `ala Ghazw al-Mu`attila wa’l-Jahmiyyah (Ibn al-Qayyim, Ijtima`, pp. 6-12. También habla de este verso en al-Wabil al-Sayyib, pp. 65-68, I`lam al-Muwaqqi`in, vol. 1, pp. 205-209,al-Sawa`iq al-Mursalah, vol. 3, pg. 851)
Por lo que las personas que tienen este tipo corazón atento reciben los significados del Corán y los acepta con prontitud. Tanto es así que parece como si las palabras hubiesen sido inscritas en su corazón y es capaz de recitarlas con fluidez de memoria.
Otras personas tienen corazón que no están al mismo nivel que los que acabamos de mencionar; sus corazones no están listo para recibir la verdad, no están completamente vivos, y su naturaleza innata no es tan refinada. De esta forma necesitan de un testigo que distinga la verdad de la falsedad para ellos. Para poder ser guiados, este tipo de persona debe de prestar la máxima atención a las palabras Corán, debe dedicar su corazón a ello, reflexionar y comprender sus significados, y solo después de esto podrá darse cuenta de que es la verdad.
El primer tipo de persona ve la verdad de aquello a lo que se le invita y de lo que se le informa con sus propios ojos. El segundo tipo de persona ha aprendido que es la verdad, tiene certeza de ello y está satisfecho. El primero a obtenido la estación del ihsan y el segundo de la creencia –iman-. El primero tipo ha obtenido el `ilm al-yaqin del cual so corazón ha ascendido al grado de `ayn al-yaqin. El segundo tipo ha obtenido el nivel de creencia inquebrantable que lo saca de la incredulidad y lo lleva al Islam (es decir el `ilm al-yaqin).
El `ayn al-yaqin es de dos tipos: lo que se adquiere en esta vida y lo que se adquiere en la próxima. En este mundo es al corazón lo que la vista es al ojo. Todos los asuntos del no visto serán visto por el ojo en la próxima vida por la visión interna en esta vida; en ambos casos, esto es `ayn al-yaqin.
Este artículo en un extracto del libro al-Fawa’id, de Ibn al-Qayyims, ha sido traducido del árabe por Abu Rumaysah y traducido al español por New-Muslim.info