Cómo me convertí al Islam; Cat Stevens

Cómo me convertí al Islam; Cat Stevens

Cómo me convertí al Islam; Cat Stevens

Autor: Cat Stevens – Yusuf Islam

Lo único que tengo que decir es lo que ustedes ya conocen, confirmar lo que ya saben, el mensaje del Profeta, que la paz sea con él, tal como lo transmitió de Allah – la Religión de la Verdad. Como seres humanos, recibimos una conciencia y una obligación que nos ha hecho estar en la cima de la creación. El hombre ha sido creado para actuar de representante de Allah en la Tierra. Es importante darnos cuenta de la obligación que tenemos de librarnos de todas las ilusiones y convertir nuestras vidas en una preparación para la vida del más allá. Todo aquel que deje pasar esta oportunidad no recibirá otra oportunidad para volver a este mundo, porque en el Sagrado Corán dice que cuando el hombre sea juzgado, dirá:

“¿Habrá alguien que interceda por nosotros, o podremos regresar y actuar de forma distinta a como lo hicimos?” (Sura ‘Al Araf, 7:53).

Mi formación religiosa

Fui criado en el mundo moderno con todos los lujos de la vida cómoda del mundo del espectáculo.  Nací en un hogar cristiano, pero sabemos que todos los niños nacen en su estado original de pureza – son sus padres quienes lo convierten a tal o cual religión. Me dieron esta religión (Cristianismo) y en ella me enseñaron.  Me dijeron que Dios existe, pero que no había contacto directo con Él, sino que teníamos que hacerlo a través de Jesús – de hecho, él era la puerta hacia Dios.  Eso más o menos lo acepté, pero no me lo creía del todo. Miraba las estatuas de Jesús; eran simplemente rocas sin vida.  Y cuando me dijeron que Dios son tres, me confundí aún más, pero no podía discutir.  Más o menos lo creía, porque debía respetar la fe de mis padres.

Estrella Pop

Con el tiempo comencé a alejarme de esta crianza religiosa.  Comencé a hacer música.  Quería ser una gran estrella.  Todo eso que veía en las películas y en los medios de comunicación se apoderó de mí, y pensé que ese era mi Dios: la meta de ganar dinero.  Tenía un tío que tenía un coche muy lujoso. “Bueno” me dije, “él lo ha conseguido.  Tiene mucho dinero”.

Decidí entonces que esa era la vida que quería para mí: ganar mucho dinero; tener la ‘gran vida’.  En ese momento mis ejemplos eran las estrellas pop.  Comencé a hacer canciones, pero en el fondo de mí sentía  humanidad, sentía que si me hacía rico ayudaría a los necesitados. (En el Corán dice que nos hacemos promesas, pero que cuando hacemos riqueza, nos aferramos a ella y nos volvemos avaros).

Entonces lo que pasó es que me hice muy famoso.  Aún era adolescente, pero mi nombre y mi foto estaban en todos los medios de comunicación.  Me hicieron más grande que la vida, por lo que quise vivir más de lo que la vida me daba, y la única manera de lograrlo era a través de las drogas.

En el Hospital

Después de un año de éxito económico y de ‘la gran vida’, enfermé seriamente, contraje tuberculosis y tuve que ser hospitalizado. Fue entonces cuando comencé a pensar: ¿Qué sucedería conmigo? ¿Era solo un cuerpo y mi meta en la vida era simplemente satisfacer ese cuerpo? Me di cuenta de que esa calamidad (la enfermedad) era ahora una bendición que Dios me había dado, una oportunidad de abrir los ojos  –“¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué estoy en una cama?”

 Y comencé a buscar algunas de las respuestas.

En esos días había un gran interés en el misticismo oriental.  Comencé a leer, y lo primero de lo que me empecé a dar cuenta fue de la muerte y de que el alma sigue su curso después de esto, no se detiene. Sentía que estaba tomando el camino hacia la bendición y los altos logros.  Comencé a meditar y me hice vegetariano. Ahora creía en ‘la paz y el poder de las flores’; esta era la tendencia general. Pero en lo que particularmente creía era que yo no era solamente un cuerpo.  Este ‘despertar’ me sobrevino mientras me encontraba en el hospital.

Un día, mientras caminaba, comenzó a llover y eché a correr hasta un refugio y me di cuenta de algo: ‘Un momento, mi cuerpo se moja, mi cuerpo me dice que me estoy mojando’. Esto me hizo pensar en el dicho de que el cuerpo es como un burro, que hay entrenarlo para que vaya a donde tiene que ir.  De lo contrario, el burro te llevará donde quiera.

Fue entonces cuando me di cuenta que tenía voluntad, lo cual era un regalo de Dios: Seguir la voluntad de Dios. Estaba fascinado por esta nueva terminología que estaba aprendiendo de la religión oriental. En ese entonces, me había cansado del Cristianismo.

Comencé a hacer música nuevamente pero esta vez reflexionando sobre mis propios pensamientos.  Recuerdo la letra de una de mis canciones.  Decía algo como: “Ojalá hubiera sabido, ojalá hubiera sabido lo que hace el Paraíso, lo que hace el Fuego. ¿Te llego a conocer en mi cama o en alguna celda polvorienta mientras otros llegan al gran hotel?” Y supe que estaba en el Camino.

También escribí otra canción ‘El Camino para encontrar a Dios’. Me volví aún más famoso en el mundo de la música. Realmente fue una época bastante difícil porque era cada vez más rico y famoso, y al mismo tiempo, buscaba con sinceridad la Verdad. Luego llegó un momento en el que decidí que el Budismo es correcto y noble, pero no estaba listo para abandonar este mundo. Estaba demasiado apegado a las cosas materiales y no estaba preparado para convertirme en monje y aislarme del resto de la sociedad.

Probé el Zen y el Ching, la numerología, las cartas del Tarot y la astrología. Intenté volver a la Biblia pero no encontré nada.  Por aquel entonces no sabía nada del Islam, y entonces, sucedió lo que yo considero un milagro. Mi hermano había visitado la mezquita de Jerusalén y quedó muy impresionado porque, por un lado, estaba llena de vida (a diferencia de las iglesias y sinagogas, que estaban vacías), y por otro lado, reinaba allí un ambiente de paz y tranquilidad.

El Corán

Cuando volvió a Londres se trajo de vuelta un traducción del Corán, el cual me dio. Él no se hizo musulmán, pero sintió algo en esta religión, y pensó que yo también podría encontrar algo.

Y cuando recibí el libro, una guía que me lo explicaría todo –quién era; cuál es el propósito de la vida, cuál era la realidad y cuál sería le realidad; y de dónde venía– me di cuenta de que esta era le religión verdadera. Religión no en el sentido en el que Occidente lo entiende, no del tipo que solo sirve para la gente mayor. En Occidente, quien abraza una religión y la convierte en su único camino en la vida, se le considera un fanático. Yo no era un fanático, estaba confundido en un principio entre el cuerpo y el alma. Luego me di cuenta de que el cuerpo y el alma no son cosas separadas y de que no hacía falta irse a la montaña para ser religioso. Debemos seguir la voluntad de Dios. Entonces podremos ascender más alto que los ángeles. La primera cosa que quise hacer en ese momento fue hacerme musulmán.

Me di cuenta de que todo pertenece a Dios, de que el sueño no le alcanza.  Él lo creó todo. En ese momento empecé a perder el orgullo que sentía por mí, porque hasta entonces había pensado que la razón por la que estaba donde estaba era mi propia grandeza. Pero me di cuenta de que yo no me había creado a mí mismo, y que todo el propósito de mi vida aquí era someterme a las enseñanzas que se han perfeccionado en la religión que conocemos como Al-Islam. En este momento empecé a descubrir mi creencia. Sentí que era musulmán. Leyendo el Corán me di cuenta de que todos los profetas enviados por Dios trajeron el mismo mensaje. ¿Por qué entonces eran los cristianos y los judíos diferentes? Ahora sé cómo los judíos no aceptaron a Jesús como el mesías y el cambiaron Su palabra. Incluso los cristianos malinterpretaron la palabra de Dios y llamaron a Jesús el hijo de dios. Todo tenía tanto sentido. Esta es la belleza del Corán, te pide que reflexiones y pienses, y que no adores al sol o a la luna, sino al Creador de todo. El Corán le pide a la gente que reflexione sobre el sol y la luna y sobre la creación de Dios en general. ¿Te das cuenta de lo diferente que es el sol de la luna? Están a diferente distancia de la tierra, pero paran nosotros parece que tienen la misma medida, a veces uno parece sobreponerse con el otro.

Incluso cuando muchos astronautas van al espacio, ven el tamaño insignificante de la tierra y la vastedad del espacio. Se vuelven hacia la religión, porque han visto los signos de Allah.

Cuando continué con la lectura del Corán, hablaba sobre la oración, las buenas maneras y la caridad. Yo no era musulmán todavía, pero sentía que la única respuesta para mí era el Corán, y Dios me lo había mandado, y guardé esto en secreto. Pero el Corán también habla en diferentes niveles. Lo empecé a entender en otro nivel, donde el Corán dice:

Los creyentes son, en realidad, hermanos (Sura de los aposentos privados, 49:10)

En ese momento quise conocer a mis hermanos musulmanes.

Conversión

Entonces decidí viajar a Jerusalén (como había hecho mi hermano). En Jerusalén fui a la mezquita y me senté. Un hombre me preguntó qué quería. Le dije que era musulmán. Me preguntó cuál era mi nombre. Le dije ‘Stevens’. Estaba confundido. Entonces me uní a la Oración, aunque sin mucho éxito. De vuelta en Londres conocí a una hermana llamada Nafisa. Le dije que quería hacerme musulmán y me indicó a la mezquita en New Regent. Esto fue en 1977, como un año y medio después de recibir el Corán. Ahora me doy cuenta de que debo deshacerme de mi orgullo, deshacerme de Iblis, y dirigirme en una dirección. Entonces el viernes, después del Jumuah, fui al Imam y atestigüé mi creencia (la Shahada) en sus manos. Tienes enfrente de ti a alguien que ha obtenido fama y fortuna. Pero la guía había sido algo que me eludió, por mucho que la buscara, hasta que se me enseñó el Corán. Ahora me doy cuenta de que puedo estar en contacto directo con Dios, no como el Cristianismo o cualquier otra religión. Como me dijo una mujer hindú: “No entiendes a los Hindús. Nosotros creemos en un Dios; usamos estos objetos (ídolos) simplemente para concentrarnos”. Lo que ella estaba diciendo es que para llegar a Dios, una tiene que crearle asociados, es este caso ídolos. Pero Islam quita todas estas barreras. Lo único que mueve a creyente de la incredulidad es el Salat. Este es el proceso de purificación.

Finalmente quiere decir que todo lo que hago es buscando la complacencia de Allah y espero que puedas ganar algo de inspiración de mis experiencias. Aún más, me gustaría enfatizar que no entre en contacto con ningún musulmán antes de entrar en el Islam. Primero leí el Corán y me di cuenta de que nadie es perfecto. El Islam es perfecto, y si imitamos la conducta del Mensajero, que la paz sea con él, tendremos éxito. Que Allah nos dé la guía para seguir el camino de la Ummah de Muhamad. Amin.

Fuente: Internet

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