Cómo el Islam fomentó el conocimiento y aprendizaje

Estudiantes en la universidad del Qarawiyyin, la más antigua del mundo y un importante centro de conocimiento y aprendizaje en el Islam

Estudiantes en la universidad del Qarawiyyin, la más antigua del mundo y un importante centro de conocimiento y aprendizaje en el Islam

Por: Redacción

¡Lee en el nombre de tu Señor que ha creado! Ha creado al hombre de un coágulo. ¡Lee, que tu Señor es el más Generoso! El que enseñó por medio del cálamo, enseñó al hombre lo que no sabía. (El Coágulo, 96:1-5)

La primera palabra del Corán revelada al Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones sean con él, fue “lee”. Lee en el nombre de tu Señor. Dios pide a los creyentes que lean, que busquen información, reflexionen sobre el universo y sus regalos y que sean agradecidos. Islam fomenta la educación y la búsqueda de conocimiento. A través del Corán, dios enfatiza repetidamente la importancia de la enseñanza. Desde sus comienzos, el Islam insta a aprender. Da cabida a consultas científicas, acercamiento a la resolución de problemas, a círculos de aprendizaje, al uso de recursos comunitarios, a revisar el trabajo de compañeros, a la narración y a la enseñanza libre. Podemos ver la importancia del aprendizaje en el hecho de que el Profeta Muhammad estableció la educación como una parte esencial en el Islam.

El Profeta Muhammad estableció las primeras clases en Darul Arqam. Se sentaba en la mezquita en las horas de los Salat, rodeado de sus compañeros, y les enseñaba los fundamentos del Islam, la importancia de la rectitud y sobretodo, el conocimiento correcta de Dios. El profeta Muhammad enseñaba en estas clases versículos del Corán y enviaba a profesores de Corán a las comunidades de alrededor de La Meca y Medina para que los enseñaran.

La memorización y el entendimiento del Corán era, y aún sigue siendo, la actividad con más importancia en la educación islámica, a la que le sigue el aprendizaje de las tradiciones del Profeta Muhammad. Esta tradición, que se transmitía de forma oral, garantiza su autenticidad, de la misma forma que las bibliografías y las enumeraciones se usan hoy en día para dar veracidad en las escuelas.

Los profesores seguían las tradiciones del Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones sean con él. Se sentaban en el suelo y los alumnos hacían un semicírculo alrededor de ellos. Al lado del profesor se sentaba el alumno más avanzado, que transcribía todo lo que este decía. La educación en el Islam pasó de unas pequeñas reuniones, a ser grandes instituciones conectadas a las mezquitas. En poco tiempo, las escuelas y universidades más grandes se extendieron por todo el califato musulmán.

Allah elevará en un grado a los que de vosotros crean y a los que han recibido el conocimiento. (La Discusión, 58:11)

Con el crecimiento del califato, los métodos de enseñanza se desarrollaron. Los encuentros en los que se enseñaba Corán y conocimiento del Islam, se consideraban una actividad muy admirada. Los Kuttabs (los hombres instruidos) y los muallams (profesores) formaban las bases de cada pueblo y ciudad musulmana. Ibn Hawqal, en su visita a Sicilia, contaba haber encontrado a unos trescientos intelectuales. Jubayr b. Hayya, quien más tarde se convirtió en oficial y gobernador del califato musulmán, era un educador en una escuela en Taif. Se dice que personalidades del Islam como Al-Hadjadd, o como los poetas al-Kumayt y al Tirimmah, fueron también maestros. Para los estudiantes más conocidos y respetados, era un honor enseñar. Se dice que el gramático Ibn Muzahim, poseía una escuela en Kufa a la que acudían 3000 jóvenes. Para supervisar a todos sus estudiantes, recorría el pasillo donde estaban los niños montado en burro.

Empezaron a estudiarse nuevas asignaturas. Había clases de los modales en el islam, leyes y jurisprudencia, matemática, gramática, agricultura, medicina, ética, ciudadanía, economía e historia. El método de un profesor se muestra en el siguiente pasaje:

“Y no te adelantes recitando antes de tiempo aquello del Corán que esté descendiendo sobre tí. Y di: ¡Señor! Concédeme más conocimiento”. (Ta Ha, 20:114)

Se explicaban varias veces los temas de los libros de leyes y se revisaban con los estudiantes cuando se lo habían memorizado y comprendido, viendo las diferencias de las posturas de Imam Malik y Abu Hanifa, entre otros. Luego se citaba el texto original, se proponían casos análogos con una voz muy clara y con diferentes palabras hasta que los estudiantes se quedaban con ellos. 

Las escuelas y las mezquitas solían ser instituciones benéficas. Si no tenían dinero no significaba que no tuviesen educación. Hay muchas cosas en común entre los procedimientos establecidos en la época temprana del Islam y las de hay hoy en día. Había recompensa en las diferentes habilidades y la poesía; había exámenes orales y se daban diplomas.

Ibn Sina fue un personaje famoso (Avicena) que era doctor, pensador y profesor. En el siglo 10 d. C., escribió libros de medicina que se usaron en escuelas médicas durante más de 800 años. Ibn Sina desarrolló las teorías de la educación que aún hoy en día siguen prevaleciendo. Mostró su interés en que los estudiantes aprendieran Corán, devoción y ética. Aun así, tenía también en cuenta la necesidad de los niños de moverse, jugar y disfrutar. Para él, el objetivo de la educación era el desarrollo espiritual, físico y moral de cada individuo. A través de la educación quería enseñar a los jóvenes a contribuir en la sociedad.

El Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones sean con él, sabía la importancia de la educación y la alfabetización. Motivó a sus seguidores a buscar el conocimiento y trasmitirlo a los demás. Enseñó la importancia de memorizar el Corán y actuar en base a ello. Instaba a que sus seguidores vieran los signos que mostraba la magnificencia de su Señor. Para amar a Dios, hay que conocerlo, y se conoce al entender el gran mundo que ha creado. El conocimiento es la clave para amar a nuestro Creador y llegar a Él de la mejor manera.

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