Autor: Islamweb
Buscad ayuda en la paciencia y el Salat, porque en verdad ello es mucho excepto para los que se humillan. Loa que creen con certeza que encontrarán a su Señor y que a él han de volver (Sura de la Vaca, 2:45-46).
La singularidad del Salat se encuentra en el hecho de que no se repite una vez al año o al mes o incluso al día, sino cinco veces cada día. Esta es la distinción más remarcable de la vida de un creyente. Sin embargo, debido a esta naturaleza continua y exigente del Salat, puede ser una causa de dificultad para quien carece de entendimiento y piedad o para quienes son nuevos en su práctica.
Si es enfocado con sinceridad y paciencia, el Salat puede ser el placer más grande de nuestras vidas diarias, “la frescura de los ojos” como lo expresó un hadiz. He aquí diez cosas que pueden hacer al Salat fácil y placentero.
1. Conoce su valor
Si no se conocen los méritos y la necesidad del Salat, los inmensos beneficios que vienen con él, y el indescriptible placer espiritual y felicidad de la Compañía de Al-lah, que es la recompensa de un Salat bien hecho, es probable que uno se canse de él.
El Salat separa a los creyentes de los incrédulos. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, dijo en un hadiz auténtico: “Quien lo haya abandonado (al Salat) ha cometido un acto de incredulidad”.
En aquel terrible Día del la rendición de cuentas, la primera cosa sobre la que el siervo será preguntado será el Salat, si tiene éxito en esto, el resto será fácil; si no, lo demás también será una ruina.
2. Retrasar el placer es el camino al éxito
Cualquier logro digno de mencionar en este mundo, ya sea la excelencia en el trabajo o en los estudios o en cualquier otra tarea, todo requiere un grado de autocontrol y represión de los deseos inmediatos. De hecho, los expertos han descubierto que, en general. el más sabio de entre la gente, incluso en transacciones mundanales, es quien reprime sus deseos y retrasa el placer. Tal persona es un comerciante exitoso, un científico productivo y un estudiante sobresaliente. Entonces, ¿qué diremos acerca del verdadero examen de esta vida, cuya recompensa no otra es sino el Paraíso de nuestro Señor?
El Salat requiere de esta actitud de paciencia, reprimir los deseos y retrasar los placeres. Sin embargo, a medida que lo hacemos regularmente, también nos entrena a reprimir los deseos y retrasar los placeres en todos los demás aspectos de la vida, y de esta forma hace a la persona exitosa en todos los aspectos de su vida, tanto mundanales como religiosos.
3. Luchar contra la pereza y la postergación de los deberes
Realizar el Salat a tiempo es una prueba. De hecho, el fuego está rodeado por caprichos y deseos, mientras que el Paraíso está rodeado por adversidades. Todos enfrentan esta dificultad proporcional al nivel de su creencia. Cuanto más débil es la creencia, más grande es la dificultad. En consecuencia, el Salat es más duro para los hipócritas.
Hay que luchar con determinación contra la pereza. Cuando ganas esta lucha, tu creencia aumenta, y realizar el Salat se vuelve más fácil. Se relata en un hadiz que Al-lah Dice: “Quien se acerca a Mí la distancia de un palmo, Yo Me Acero a él la distancia de un brazo…”, y Dice: “Si él se acerca a Mí caminando, Yo Me Acerco a él rápidamente”.
4. No esperes al último minuto
Más bien, apresúrate a hacer el Salat en la primera hora, y así se te hará más fácil. El Profeta, sallallahu ‘alaihi wa sallam, advirtió contra retrasar el Salat e indicó que este es un signo del hipócrita. Gradualmente se convierte en hábito realizar el Salat bien y duele hacerlo de forma incorrecta.
5. La adoración es un alimento para el alma
Ibn Al Qaiem mencionó que Ibn Taimiah solía quedarse recordando a Al-lah después del Salat del Fayer hasta que salía el sol. Él solía decir: “Este es mi alimento”, es decir, su medio de subsistencia. “Si no consumiera esto, entonces no tendría la fuerza para pasar el día”. Del mismo modo, se ha reportado de varios de los virtuosos Salaf que ellos no solían lamentarse por perder algún asunto de esta vida como lo hacían al perder estos actos de adoración.
Por lo tanto, si te preguntas cómo podrías alcanzar el mismo nivel de virtud, la respuesta es: mediante la creencia y las acciones. Solo con desearlo no es suficiente, y solo porque uno es capaz de llegar al nivel más bajo de adoración no significa que automáticamente uno será capaz de alcanzar el nivel más elevado. De hecho, todo esto depende de la paciencia y el trabajo duro. Dice Al-lah:
E Hicimos de algunos de ellos dirigentes que guiaban según Nuestro Mandato, mientras eran pacientes y tenían certeza de Nuestros signos (Sura de la Postración, 32:24).
Fuente: http://www.islamweb.net/esp/?page=articles&id=169009