Autor: Jasser Auda
En su conocido libro, Al-Hikam (Aforismos) -traducido al castellano como El Libro de la Sabiduría-, el Sheij Ahmad Ibn Ataa’illah Al-Iskandari dice:
“Libérate de las preocupaciones por tu sustento. En efecto, hay quien ya se ocupa de esos asuntos por ti”
La confianza en Allah (tawakkul) es uno de los conceptos islámicos fundamentales que pueden ser malinterpretados y que, por lo tanto, pueden conducir a resultados no deseados. Una errónea interpretación del concepto puede conllevar algunas formas de desviación y la introducción de innovaciones en el Din del islam. Del mismo modo, podría dar lugar a un estado de fracaso tanto en los asuntos religiosos como en los mundanos. Al dejar los asuntos mundanos en manos de personas poco fiables, descuidar los medios o abandonar por completo tu labor, en realidad estás desviándote del camino de confiar en Allah y poniendo en práctica la apatía (tawaakul), al no confiar en Allah (tawakkul).
En su conocido libro, Al-Hikam (Aforismos), el Sheij Ahmad Ibn Ataa’illah Al-Iskandari dice: “Libérate de las preocupaciones por tu sustento. En efecto, hay quien ya se ocupa de esos asuntos por ti”. ¿Qué se entiende por tadbir aquí?
El vocablo árabe ‘tadbir‘ se define como la consideración de los resultados y los efectos de una determinada acción. Por lo tanto, el tadbir está estrechamente relacionado con los resultados. A su vez, los resultados están relacionados con el concepto de tawakkul (depositar plena confianza en Allah). Allah dice
“…y dijeron: ¡Allah es suficiente para nosotros qué excelente guardián!” (Sura Aal`Imran 3:173)
“… y cuando te hayas decidido confíate en Allah. Es verdad que Allah ama a los que ponen su confianza en Él” (Sura Aal`Imran 3:159)
“…En Allah se confían los creyentes” (Sura Aal`Imran 3:160)
Por lo tanto, la virtud de confiar en Allah es mencionada y elogiada en muchos versículos del Corán y lo que se menciona con frecuencia en el Corán es de profunda importancia y enorme prioridad.
Hay una diferencia considerable entre confiar en Allah y la preocupación constante, que es la misma diferencia que hay entre los medios y los resultados. Con esto quiero decir que hay una diferencia entre el trabajo representado en el esfuerzo por alcanzar los objetivos, dedicando empeño y tiempo, y el resultado de ese trabajo representado en los eventos, cifras y resultados. El papel de uno es el de esforzarse y confiar en Allah. Uno no ha de preocuparse por el proceso de gobernar tales asuntos. Es Dios quien lo gobierna todo. “…¿Quién rige el mandato? (Yunus 10:31); se trata es un planteamiento claramente suscitado en el Corán.
Allah gobierna todo cuanto existe. Uno tiene que adoptar los medios y dejar los resultados en manos de Allah, porque la adopción de los medios y las causas son parte del confiar en Allah. Cuando el Profeta (la paz y las bendiciones sean con él) quiso dar un ejemplo de confianza en Allah, dijo:
“Si hubieras confiado todo a Allah como se debe confiar en él, entonces te habría provisto como Él provee a las aves, que se despiertan con hambre en la mañana y regresan con los buches llenos al atardecer”. (Transmitido por Al-Albani)
Uno es como el pájaro. El pájaro no se posa en una rama de un árbol durante todo el tiempo en espera de los granos, sino que se mueve de rama en rama, hasta que consigue los granos que le alimentan. El pájaro tiene que invertir su mejor esfuerzo para obtener los granos, mientras que proveer al pájaro los granos es obra de Allah, y no del pájaro.
Por lo tanto, uno debería adoptar los medios necesarios y dejar los resultados en manos de Allah. Algunos musulmanes -incluso entre los más devotos- no asumen los medios, sino que se quedan en la mezquita todo el tiempo y piden a la gente comida y ropa. Argumentan que regir y gobernar la provisión no es tarea suya. Su argumento es correcto, pero tienen que confiar en Allah, y confiar en Allah precisa de la búsqueda de los medios y las causas que le llevan a uno a alcanzar los objetivos.
Fue transmitido en un hadiz que un hombre solía quedarse en la mezquita todo el tiempo, argumentando que se había encomendado a sí mismo y su tiempo a adorar a Dios. El Profeta preguntó acerca de quién se ocupaba de él. Le respondieron al profeta que su hermano era quien se hacía cargo de él. El Profeta respondió entonces: “su hermano es mejor que él”. Umar ibn Al- Jattab aconsejó a algunas personas que siempre permanecían en la mezquita y decían: “Confiamos en Allah”. Dijo así sus palabras habituales: “Del cielo no llueve oro ni plata”.
Si uno no puede alcanzar el éxito después de recurrir a todos los medios a su disposición, se halla verdaderamente es una situación adecuada para confiar plenamente en Allah. Si los medios adoptados le llevan al fracaso, podría decir con toda su intención: Oh Allah, he empeñado mi mejor esfuerzo y no he dejado piedra sin mover, ¿qué debo hacer? En este punto, uno está depositando toda su confianza en Allah.
Lo que no resulta conforme a confiar en Allah (tawakkul) es no hacer nada o no acudir a todos los medios y causas lícitas para la consecución del éxito. Algunas personas ignorantes no son conscientes de adoptar los medios necesarios intencionadamente. Lo que se necesita de uno es que adopte todos los medios y, a continuación, confíe en Allah con todo su ser.
En ocasiones, Allah puede retener de uno las causas, los medios y la energía para que éste regrese a Él y confíe en Él. Este es un valioso regalo de Allah, el Sustentador de todos lo mundos.
Confiar en Allah no es incompatible con lo que llamamos hoy en día la planificación, hacer un estudio de viabilidad, el estudio del mercado, etc. Todo esto es parte de la confianza en Allah, porque mediante la planificación, la organización, el estudio, etc. estamos recurriendo a los medios que podrían conducir al éxito. Si usted es un comerciante, tendrá que hacer un estudio de viabilidad y hacer sus cálculos para el éxito de su negocio. Si usted pierde, este es el decreto de Allah. Si usted gana, también es el decreto de Allah. De modo que no tiene que preocuparse acerca de los resultados. Perder o ganar, tener éxito o fracasar, no es su asunto.
Incluso en cuestiones religiosas, que implquen hacer dawah (invitación al islam), abordar cuestiones científicas o problemas sobre el culto, uno ha de realizar el trabajo y dejar el resto a Allah. Por ejemplo, usted adora a Allah y llama a la gente a hacer buenas obras, pero guiar a esa gente es competencia de Allah. Allah dice:
“No te incumbe a ti guiarlos, sino que Allah guía a quien quiere”. (Sura Al-Baqarah 2:272)
Allah dice también:
“Ciertamente tú no guías a quien amas sino que Allah guía a quien quiere y ÉL sabe mejor quienes pueden seguir la guía” (Sura Al-Qasas 28:56).
Ahmad Ibn Ataa’illah Al-Iskandari dice: “Libérate de las preocupaciones por tu sustento. En efecto, hay quien ya se ocupa de esos asuntos por ti”. ¿Qué se entiende por ya hay “alguien más”? ¿Quién te provee de los medios necesarios para vivir? ¿Quién planifica tu éxito? ¿Quién decide sobre los resultados? Es Allah, el Todopoderoso. Por tanto, si ya hay quien hace algo por ti, por qué ir y hacerlo tú mismo.
Este es un tema racional muy simple. Si hay un especialista en un campo determinado que puede hacer algo por ti, no es apropiado que vayas y lo trates de hacer tu mismo. ¡Más aún, si el que cuida de ese asunto es Allah (swt).