Por: Redacción editorial
¿Son la vida de este mundo y del que viene enemigas? ¿Nos afectará en la otro vida el preocuparnos por asuntos de este mundo? ¿O son esta vida y la que viene dos caras de una misma moneda?
Dios nos ha creado con un propósito en esta vida: que reconozcamos su unidad y que le adoremos solo a Él. Si entendemos el principal objetivo por el que han sido creado los seres humanos, entonces reconoceremos la importancia de adorar a Dios como le es debido.
Por otro lado, hemos de ganarnos un sustento; tenemos que relacionarnos con los demás; tenemos que desplazarnos a sitios y lugares. Entonces ¿qué debemos hacer? ¿Debemos de aislarnos y vivir en soledad?
No. El Islam no acepta la renuncia de este mundo. Relacionarse con él y con sus gentes no es un crimen, sino lo contrario, ya que el Islam llama a involucrarse, a mejorar la cosas y al cambio.
Un verdadero creyente debería estar involucrado en los asuntos de este mundo ordenando lo reconocido, prohibiendo lo reprobable y estableciendo justicia. Un musulmán debe de ser un miembro activo de la sociedad.
En el Corán encontramos la historia de Qarun, quien era uno de entre la gente de Musa, y que fue amonestado por la gente temerosa de su gente.
Y trata de ganarte el Paraíso con lo que Allah te ha concedido, y no te olvides que también puedes disfrutar de lo que Allah ha hecho lícito en esta vida. Sé generoso como Allah lo es contigo, y no corrompas la Tierra; ciertamente Allah no ama a los corruptores. (Corán, 28:77)
Esto es exactamente lo que ha de hacer un musulmán: alcanzar un equilibrio entre su vida mundana y espiritual. La preguntas es cómo conseguir este equilibrio.
Gestionar el tiempo es clave para el éxito. Si gestionamos nuestro tiempo de forma correcta, podemos realizar muchas más cosas de las que pensamos. Primero has de hacer una lista con tus prioridades, las más importantes al principio y las menos al final. Debes de usar cada segundo de tu vida de la mejor forma posible. En tu camino al trabajo o de vuelta puedes hacer que las buenas acciones se conviertan en actos de adoración. Por ejemplo, puedes recitar el Corán, recordar a Dios y buscar su perdón mientras estás el autobús o tren.
Tenemos un buen ejemplo en la vida del profeta, que la paz sea con él. La dama Aisha fue preguntada: “¿Qué solía hacer el Profeta en su casa?” Dijo: “Solía estar ocupado sirviendo a su familia, y cuando llegaba la hora de la oración iría a él”.
El Profeta solía ayudar a sus esposas con el trabajo de la casa, esto en un asunto del este mundo. Pero cuando el tiempo de la oración llegaba, lo dejaba toda y se iba a la mezquita.
Ocuparse con los asuntos de este mundo sin prestar atención a las obligaciones religiosas es algo sobre lo que el Islam advierte. Dios dice en el Corán:
Ciertamente Allah introducirá a los creyentes que obran rectamente en jardines por donde corren los ríos. En cambio, los incrédulos gozarán [en esta vida] transitoriamente y comerán como lo hacen los rebaños, y [en la otra] tendrán el Infierno por morada. (Corán, 47:12)
Puede que algunos nuevos musulmanes puedan pensar que en el periodo de transición inicial deberían dejarlo todo y centrarse en fortalecer su relación con Dios. Están en lo correcto al buscar una fuerte relación con Dios, pero no es rechaza este mundo. El siguiente Hadith explica la forma en la que el Profeta se comportaba:
Anas Ibn Malik transmitió que: “Un grupo de tres hombres fueron a las esposas del Profeta para preguntarles cómo adoraba el Profeta a Dios. Cuando se les informó de esto, ellos consideraron su propia adoración insuficiente y dijeron: ‘Que lejos estamos nosotros del Profeta, cuyas faltas pasadas y futuras han sido perdonadas’. Uno de ellos dijo entonces: ‘Pasaré todas las noches en velas haciendo oración’. Otro dijo: ‘Ayunará cada día y no haré pausas’. Y el otro dijo: ‘Me mantendré alejado de las mujeres y nunca me casaré’.
Entonces el Profeta de Allah se enteró de esto y fue a verles y le dijo: “Sois vosotros los que habéis dicho esto y esto?” Y continuó: “Por Allah, que yo estoy más sometido a él que vosotros y tengo más temor de él; y aun así yo ayuno y dejo de ayunar, duermo por la noches y me caso. Por lo que quién no sigue mis prácticas no es uno de entre mi gente”. (Bujari)
Este es el enfoque que ha de ser seguido por los musulmanes ya hayan nacido en el Islam o se haya hecho musulmanes. Tanto el extremismo como la negligencia son rechazados en el Islam.
Hay muchos versículos del Corán que muestran que un musulmán no debe de cargarse con aquello que no puede hacer:
Allah no exige a nadie por encima de sus posibilidades. (Corán, 2:286)
Temed a Allah cuanto podáis, escuchadle, obedecedle y haced caridad, pues es lo mejor para vosotros. Y sabed que quienes luchen contra la propia avaricia serán los triunfadores.(Corán, 64:16)
Se ha transmitido que el Profeta dijo: “… si os prohíbo hacer algo, entonces manteneros apartados de eso, y si os ordeno hacer algo, hacer todo cuanto podáis”. (Bujari y Muslim)
La dama Aisha dijo: “En una ocasión el Profeta vino mientras yo estaba sentada con otra mujer. El me preguntó luego: ‘¿Quién es?’ Y yo respondí: ‘Es tal y tal’ y le conté sobre su oración (se entiende de forma excesiva). El dijo desaprobando esto: ‘Haz las (buenas) acciones que están en tu capacidad (sin extenuarte) porque aunque Allah no se cansa de dar recompensa, tú si te cansarás. La mejor acción (ante Allah) es la que se hace con regularidad’”. (Ahmad)
Esta son la directrices que se han de seguir. Un término medio en nuestro enfoque no facilitará el crecimiento de nuestra creencia de una forma sostenible en esta vida y no llevará a grandes recompensas en la próxima.
Fuente: http://www.new-muslims.info/ Traducido por New Muslims
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