Autor: IYAA
El hadiz tiene una trascendental importancia. Es el complento del Corán: aclara muchas circunstancias del texto. Según un hadiz, el Profeta era el Corán andando, es decir, el ejemplo vivo de sus enseñanzas. El Hadiz es, pues, la práctica inmediata de los contenidos del Corán al-Karim.
Pero el hadiz no sólo comenta el Corán, sino que es modelo para cada musulmán. Abarcan todos los aspectos de la vida, desde los aparentemente más triviales a los más trascendentes. En realidad, los hadices son la descripción detallada de casi cada gesto del Profeta: todo lo que de él proviniera era observado por ojos que admiraban su persona hasta en lo más insignificante. El Profeta fue un buen ejemplo, Qúdwa o Úswa Hásana. El hadiz proporciona, por tanto, a cada musulmán, una inspiración para cada movimiento que realice.
En el Corán y en el Hadiz tiene sus fuentes principales la Ley del Islam, la Sharï‘a. Saidina Muhammad, que la paz y las bendiciones sean con él, creó una nación, y esta fue dotada de todos los recursos para administrarse en la más absoluta de las independencias. En el hadiz hay una extensa información a la que se debe recurrir para seguir o deducir normas para la gestión de los asuntos de los musulmanes, si éstos desean continuar siendo fieles a sí mismos.
El hadiz es también fuente de inspiración para los que buscan conocer a Allah. El Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones sean con él, vivió orientado hacia Allah, siendo modelo y ejemplo a todos los niveles, para la vida práctica y para el sentir trascendente. El hadiz, por tanto, describe su vía, su Sunna.
El hadiz, junto al Corán, son también los modelos ideales de la lengua árabe. La fidelidad a ellos normalizó el uso de la lengua dotándola de un soporte valiosísimo que adquirirá el rango de autoridad definitiva que fija los usos en árabe.
El hadiz contiene un inmenso caudal de informaciones históricas. No sólo es posible conocer a través de los hadices la vida de Muhammad, sállà llähu ‘aláihi wa sállam, sino también su entorno, la mentalidad imperante en su tiempo, las costumbres y creencias, etc. Son por tanto un contexto ideal para conocer toda una época, las condiciones en las que aparece el Islam, los intereses de los hombres, sus inclinaciones, su forma de ser, sus problemas, sus aspiraciones. Son un retrato vivo que sitúa los orígenes del Islam en el marco de una experiencia que siempre puede ser revivida. En este sentido es una fuente valiosísima, y única en la historia de la humanidad porque ofrece una imagen muy amplia y detallada de toda una época y de sus protagonistas.
Fuente:http://www.islamyal-andalus.org/