Nuestra relación con el Corán y cómo lo entendemos (2/4)

Por: Spahic Omar

El Corán significa para los musulmanes la fuente de su identidad, fortaleza, conciencia y ser cultural y civilizacional. Sin el Corán, no habría Islam; ni habría musulmanes ni cultura y civilización islámica. Sin el Corán como un conducto de sabiduría y conocimiento revelados sobre el significado y los propósitos éticos y espirituales de la vida, el hombre nunca podría alcanzar una forma plena. Por lo tanto, uno podría preguntarse: ¿qué bien conceptual, sustancial o moral permanecería con la humanidad si las contribuciones de los profetas de Dios y las contribuciones directas e indirectas de numerosos sabios y líderes que han surgido después los profetas fuesen eliminadas? La respuesta enfática es: nada, o muy poco, en el mejor de los casos.

No obstante, es una triste verdad hoy que la relación con el Corán de muchos musulmanes está cargada de innumerables deficiencias. En pocas palabras, el Corán se ha abandonado o se trata erróneamente.

Muchas personas no tienen relación con el Corán y su contenido en lo que respecta a su vida privada, familiar y profesional. Su afiliación con el Islam se basa en algunos rituales y tradiciones repetitivas que heredaron de sus antepasados ​​y que siguen ciegamente. Su Islam a menudo gira en torno al simbolismo “islámico”, el formalismo insensato y los relatos y supersticiones sin fundamento. No están interesados ​​en el Corán, ya que saben que todo para lo que viven sería expuestos repentinamente y sería sacudido hasta el núcleo. Por lo tanto, el Corán estaría causando más “daño” que “beneficio” a esas personas.

En caso de los que tienen algo de relación con el Corán, se lee o recita de forma regular pero apresuradamente y sin comprender o contemplar debidamente su contenido. Además, sl significado es mal malentendido, mal interpretado y mal aplicado. El Corán se usa a menudo como un medio para justificar y apoyar algunas ideas y juicios preconcebidos. Las personas han sometido el Corán a sí mismos, en lugar de someterse a ellos mismos al Corán. Han hecho al Corán un pariente, y sus objetivos e inquietudes egoístas son reflejado en este. El Corán se ha convertido, de forma parcial, en el objeto de sus actividades intelectuales, espirituales y culturales, pero estas son unidimensionales y parcheadas, a menudo erróneas. En estas circunstancia el Corán está destinado a ser comprendido e implementado de manera superficial y parcial, en el mejor de los casos, y mal utilizado e incluso abusado, en el peor. Sin embargo, el Profeta, que la paz sea con él, advirtió que habrá ocasiones en que ciertas personas recitarán el Corán, pero no irá más allá de sus gargantas, lo que significa que no entrará en sus corazones y no lo entenderán. “Saldrán (dejarán) el Islam como una flecha que atraviesa el cuerpo de una presa” (Sahih al-Bukhari).

Algunos de las formas menos desesperanzadoras siguen la línea de leer constantemente el Corán por el mero hecho de leerlo. El Corán también se graba y se reproduce regularmente en numerosos programas de televisión y en diversas ceremonias oficiales y no oficiales, en público y en privado. Las recitaciones del Corán por recitadores famosos se pueden escuchar prácticamente en todas partes del mundo musulmán: desde los minaretes de mezquitas, en centros comerciales, escuelas, casas privadas, restaurantes y cafeterías, y todo tipo de transporte público y privado. Algunos recitadores se han convertido en celebridades mundiales como resultado; muchos otros sueñan y hacen todo lo posible para seguir su ejemplo. Las competiciones de Tilawah (recitación del Corán) son organizadas de manera regular, tanto a nivel local como internacional, y se asignan grandes cantidades de dinero para este fin. Innumerables escuelas y colegios dedicados a recitar y memorizar el Corán se establecen en todo el mundo y se producen muchos recitadores y hufad del Corán (aquellos que memorizan todo el Corán) anualmente.

Los numerosos beneficios externos de todas esas actividades, a pesar de la cantidad y la forma, destacan a expensas de la calidad y la sustancia, en total oposición a el espíritu del Islam y el Corán. Es verdad que hay un número creciente de excepciones genuinas, pero desafortunadamente todavía son pocas y distantes entre sí. Es lógico pensar que todo el conjunto de las tendencias religiosas prevalecientes representan un segmento de lo que podría llamarse una cultura populista (musulmana) emergente, algunas de cuyas características y cualidades principales giran no solo en torno al Corán, sino también a la moda musulmana, el entretenimiento, los medios y el deporte.

Una relación con el Corán reflexionada e informada, nos debería llevar a un entendimiento de nosotros mismos y de la existencia diferentes a la proposición ateo-materialista.


Fuente: https://medinanet.org Traducido y editado por NewMuslim.net

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