Autor: Redacción NM
Muhammad Ali, el boxeador estadounidense, tres veces Campeón Mundial de peso pesado, abrazó el Islam en 1965. “He tenido muchos momentos agradables en mi vida. Pero los sentimientos que experimenté mientras estba de pie en el Monte Arafat (a las afueras de La Meca, Arabia Saudita) en el día del Hajj (la peregrinación musulmana), ha sido el más especial. Me sentí exaltado por la atmósfera espiritual indescriptible que había allí; más de un millón y medio de peregrinos invocaban a Dios que los perdonase por sus faltas y les concediese sus mejores bendiciones.
Fue una experiencia emocionante ver a personas que de diferentes colores, razas y nacionalidades; reyes, jefes de estado y hombres comunes de países muy pobres, todos vestidos con dos simples sábanas blancas, adorando a Dios sin ningún sentimiento ni de superioridad ni de inferioridad. Fue una manifestación práctica del concepto de igualdad en el Islam”.
Una de las primeras figuras públicas en los Estados Unidos que se identifican con el Islam era el boxeador Muhammad Ali, a quien se le ha dado más atención en los medios que a cualquier otro atleta. Ha aparecido en la portada de Sports Illustrated más de treinta veces, y su nombre y su rostro son conocidos en todo el mundo .
Muhammad Ali nació Cassius Marcellus Clay, en 1942 en Louisville, Kentucky, de una madre bautista y padre metodista. Comenzó a boxear a una edad temprana con el fin de poderle comprar un coche de sus padres; cuando apenas había pasado lo veinte años, muchos le consideraban el mejor boxeador de todos los tiempos. Después de ganar los Juegos Olímpicos de Roma en 1960, se convirtió en el favorito del público: era guapo, encantador y muy exitoso.
En 1963 grabó un álbum en el que destacaba sus propios méritos (“Yo soy el más grande “) en una maniobra que lo trajo incluso mayor publicidad, pero también le valió algunas burlas.
Dieciocho días antes de que derrotase a Sonny Liston para convertirse en campeón mundial de peso pesado, Clay se unió a la Nación del Islam, influenciados por Malcolm X. Después de su conversión, parecía haber cambiado, presumiendo menos acerca de sus logros y destacando la importancia del Islam como una fuerza espiritual en su vida.
Adoptar el nombre musulmán Muhammad Ali, por el que siempre ha insistido que se le llame, fue uno de los acontecimientos más importantes de su vida. Lo hizo, sin embargo, en momentos en que la Nación del Islam era impopular en los Estados Unidos. La comisión de boxeo se puso furiosa, y de un héroe Ali se convirtió rápidamente en el objeto de sospecha.
En 1967, en oposición a la guerra de Vietnam, Ali se negó a ser reclutado en las fuerzas armadas con el argumento de que era un ‘pastor’ de la religión del Islam. La Comisión Atlética del Estado de Nueva York suspendió su licencia de boxeo y le retiró su reconocimiento como campeón.
A pesar de esto Muhammad Ali recuperó la licencia de boxeo poco después y recuperó el título de campeón de los pesos pesados ante George Foreman en 1970 en Kinsasa, Zaire, siendo el segundo boxeador de la historia en alzarse con el título mundial de los Pesos Pesados dos veces en su carrera.
La carrera posterior de Muhammad Ali fue muy accidentada, y es generalmente reconocido que luchó mucho más allá del momento en que su estado físico le recomendaba. Finalmente fue diagnosticado con la enfermedad de Parkinson.
Aun así, siempre habló mucho en público sobre su vida y sobre el Islam, mientras que el gobierno continuó la vigilancia sobre él como un miembro de la Nación del Islam. Nunca un firme defensor de las doctrinas racistas de la Nación, aunque habló del orgullo de color y se convirtió en un héroe de los negros americanos.
Hoy en día, Ali sigue practicando el Islam y prestando su nombre a la distribución de materiales educativos islámicos.
Muhammad ha sido un importante contribuyente a la financiación de instituciones islámicas como ‘Masjid al- Faatir’, la primera mezquita construida desde cero en la ciudad de Chicago. Muhammad Alí dijo en una ocasión: “Los verdaderos grandes hombres de la historia no quieren ser grande a sí mismos, sino para ayudar a los demás y estar cerca de Dios”.