Por: Sh. Ahsan Hanif, PhD
El Sūrah Yūsuf es un capítulo increíble y hermoso del Corán. A menudo oigo a la gente decir que es uno de sus Sūrahs favoritos y cuánto les gusta escucharlo recitado por tantos recitadores como pueden caer en sus manos. Tal vez, una razón de esto, sea la hermosa historia de Yūsuf que Allah subḥānahu wa ta’āla (glorificado y exaltado sea) describe como: “la más hermosa de las historias” (12:3) Es una historia sobre el amor que se manifesta en muchas de sus posibilidades y formas.
Quiero explorar algunos de estos tipos de amor y cómo el mensaje de esta Sūrah, es mostrar que forma más importante de amor, es por Allah, subḥānahu wa ta’āla (glorificado y exaltado sea).
El primer tipo de amor mencionado en esta Sūrah es el amor de un padre por su hijo. Este tipo de es uno de los lazos más fuertes conocidos por los humanos. Sginifica el cuidado, la protección, la paciencia, el sacrificio, el miedo, la esperanza y mucho más. Así, cuando Yusuf, ‘alayhi’l-salām (la paz sea con él), cuando aún era un niño, menciona un sueño que tuvo a su padre, el Profeta Ya’qūb’, alayhi’l-salām (la paz sea con él), la reacción de este fue de feroz protección:
¡Hijo mío! No cuentes tu visión a tus hermanos porque si lo haces tramarán algo contra ti, verdaderamente el Shaytán es un claro enemigo para el hombre (12:5).
Ya’qūb, conociendo a sus otros hijos y los celos que tenía de Yūsuf, se preocupó de cómo el Shaytan sembraría semillas de enemistad entre ellos.
Más adelante, Ya’qūb es convencido de que deje a Yūsuf’, salir y jugar con sus otros hermanos; aquí se menciona un segundo tipo de amor: el fraternal. Este debería de ser de protección, cuidado y sí, una cierta cantidad de rivalidad y envidia sana. Sin embargo, cuando estos dos últimos rasgos tomán precedencia por las artimañas del Shaytan, pueden eliminar los aspectos amorosos y protectores. Los hermanos de Yusuf, conspiran contra él, y, después de considerar y desechar la idea de matarlo directamente, lo dejan en el fondo de un pozo:
Y dijo uno de ellos: ¡No matéis a Yusuf! Arrojadlo al fondo del aljibe y así podrá recogerlo algún viajero, ya que estáis decididos a hacerlo (12:10).
Así, aquellos que deberían haber cuidado a su hermano menor están dispuestos a hacerle daño y dejarlo que muera.
Allah muestra desde el principio de este Sūrah la manera en que el amor puede dar como resultado algo bueno o malo. Entre el amor que implica el cuidado y la protección, y los celos que el amor puede reproducir, hay un abismo, y aquí vemos ambas posibilidades.
Yūsuf es rescatado del pozo por una caravana, tomado como esclavo y vendido a la casa de uno de los líderes de Egipto. Aquí, Allah subḥānahu wa ta’āla (glorificado y exaltado sea), menciona un tercer tipo de amor; uno de lujuria y deseo. Yūsuf es seducido por la esposa de su amo. Esta se sintió atrapada por su belleza y atracción. Nuestro Profeta, ṣallallāhu ‘alayhi wa sallam (la paz y las bendiciones de Allah sean con él), nos dijo que Yūsuf’, había recibidio la mitad de toda la belleza (Sahih Muslim, no. 5832); lo que significa que la belleza que todos nosotros tenemos es tan solo una pequeña parte de la mitad que compartimos con el resto de la humanidad, puesto que la otra mitda se le dio a Yusuf, ‘alayhi’l-salām (la paz sea con él).
Allah subḥānahu wa ta’āla, (glorificado y exaltado sea) dice:
Entonces aquélla en cuya casa estaba lo requirió, cerró las puertas y le dijo: Ven aquí. Él contestó: ¡Que Allah me proteja! Mi Señor es el mejor refugio (12:23).
Esta misma belleza causaría a que más tarde otras mujeres de la nobleza de Egipto se cortaran sus propias manos mientras pelaban manzanas cuando vieron a Yusuf. Allah subḥānahu wa ta’āla (glorificado y exaltado sea) dice:
Y cuando lo vieron, se quedaron maravilladas y se cortaron en las manos sin darse cuenta. Dijeron: ¡Válganos Allah! Esto no es un ser humano sino un ángel noble (12:31).
Aquí es donde vemos un cuarto tipo de amor, el cual Yūsuf muestra una y otra vez a lo largo de su vida, como se narra en esta Sūrah: el amor por Allah subḥānahu wa ta’āla (glorificado y exaltado sea Él). Un amor en el que se sacrifican los deseos, las tentaciones, la facilidad y los adornos de esta vida por amor a Él. De esta manera, Yusuf preferiría sacrificar su libertad que dejarse llevar por las proposiciones de la esposa de su amo.
Dijo: ¡Señor mío! Prefiero la cárcel antes que aquello a lo que me invitan, pero si no alejas de mí sus artimañas cederé ante ellas y seré de los ignorantes (12:31).
Un quinto tipo de amor se menciona en la parte del Sūrah que habla del encarcelamiento de Yusuf. Los dos prisioneros mencionados en la Sūrah aman a Yūsuf por su justicia y piedad. Es un amor que todos tenemos por la bondad y la justicia. Allah dice:
Ciertamente vemos que eres de los que hacen el bien” (12:36).
Este es el mismo amor que el rey de Egipto también tuvo más tarde por Yusuf, ‘alayhi’l-salām (la paz sea con él), cuando él cuando le perdona la cárcel y dice:
“En verdad, hoy gozas de posición ante nos y estás seguro (12:54).
Un sexto tipo de amor se muestra en el final del Sūrah, cuando Yūsuf está dispuesto y es capaz de perdonar a sus hermanos, a pesar de todo el sufrimiento que le causaron. Este amor proviene del amor que tiene para por Allah y su deseo de agradarle:
Dijo: No hay ningún reproche contra vosotros; hoy Allah os ha perdonado y Él es el más Misericordioso de los misericordiosos(12:92).
El Sūrah Yūsuf es una historia que nos muestra diferentes tipos de amor que la gente tiene, y los extremos a las cuales están dispuestos a ir para alcanzar y preservarlo. Sin embargo, el mensaje más profundo de este Sūrah, y Allah sabe mejor, es que nuestro amor por Allah debe ser mayor y más grande que todos los otros tipos de amor. Nuestro amor por Allah, subḥānahu wa ta’āla (glorificado y exaltado sea) debe ser mayor que el amor de un padre por su hijo, el de un cónyuge por su pareja, el que engendra los celos y el amor al deseo y a la lujuria.
Además, así como la gente está dispuesta a llegar a extremos para alcanzar y mantener el amor, sacrificando mucho en su camino, nuestro amor por Allah, subḥānahu wa ta’āla (glorificado y exaltado sea), debe mostar que estamos dispuestos a sacrificar más. Nuestro amor por Allah debe ayudarnos a despertarnos temprano y rezar Fajr, o pasar algunas de nuestras noches ocasionalmente en qiyām (oración nocturna). Debe inspirarnos a ayudar a otros, dar en caridad y ayunar fuera de Ramadán. Debe estimularnos seguir la sunnah del profeta en comportamiento y acción, a pesar de las presiones de la sociedad. Esto es amor verdadero.
Yūsuf estaba dispuesto a sacrificarlo todo, y lo hizo para alcanzar el beneplacito de Allah. Esto se ve en uno de los versículos finales de esta Sūrah, donde Yūsuf, resume el viaje de su vida:
Subió a sus padres sobre el trono y cayeron postrados en (reverencia) ante él, dijo: ¡Padre mío! Esta es la interpretación de mi visión anterior, mi Señor ha hecho que se realizara y me favoreció al sacarme de la prisión y al haberos traído a mí desde el desierto después de que el Shaytán hubiera sembrado la discordia entre mí y mis hermanos. Realmente mi Señor es Benévolo en lo que quiere y es cierto que es el Conocedor, el Sabio (12:100).
A pesar de sus pruebas, Yūsuf mira hacia atrás con felicidad y positividad. Cuando nos asociamos a Allah y a su amor, incluso las pruebas difíciles nos parecen ser manos a medida que reflexionamos sobre el cantoexot más amplio y una mayor recompensa.
Fuente: http://muslimmatters.org/ Traducido y editado por Nuevos Musulmanes