Por: Abu Amina Elias
Los pensamientos afectan en gran medida a los sentimientos y al estado emocional, y por lo tanto afectan también a nuestro comportamiento, para bien o para mal. El islam nos indica que reflexionemos (tafakkur) sobre los signos de Allah, los nombres y atributos de Allah, sus bendiciones y regalos; sobre la esperanza del Jannah y el optimismo. Si controlamos nuestros pensamientos de manera positiva, podremos incrementar la eficacia de la oración y la adoración, además de alejarnos del enfado, la depresión y las ansiedades de este mundo.
A pesar de lo que nos hacen creer, sí que tenemos control sobre los que pensamos. Tal vez no podamos evitar que un pensamiento entre en nuestra cabeza en un momento u otro, pero sí podemos elegir si ignorarlo o mantenerlo.
Los pensamientos voluntarios son declaraciones internas. Por lo tanto, debemos mantener los buenos pensamientos, y sino intentar mantener la mente en silencio.
Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con el, dijo:
Aquel que crea en Allah y en el Último día, que hable bien o que se mantenga en silencio. (Sahih-Bukhārī 6110)
A veces, Shaytan nos llevará a pensar mal, pero estas sugerencias no tendrán fuerza a no ser que decidamos actuar sobre ellas. Si seguimos estos pensamientos malvados o negativos, nos conducirá a un final terrible.
Así es que, si nos damos cuenta que estamos pensando de forma negativa, debemos cambiar inmediatamente estos pensamientos por declaraciones internas positivas
Abu Dharr relató que el Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con el, dijo:
Tras una mala acción, haz una buena y se te eliminará la anterior. (Sunan al-Tirmidhī 1987)
Los pensamientos positivos son los que nos hacen sentir bien, los que nos llevan a hacer buenas acciones, los que nos conducen hacia una mente tranquila, a la gratitud, a la satisfacción y a otros estados emocionales positivos. Estos son pensamientos verdaderos sobre Allah, la esperanza en la Otra Vida, los profetas, nuestras bendiciones, buenas acciones, etc. Los cuales causan sabiduría e iluminación en el corazón.
Los pensamientos negativos son aquellos que nos hacen sentir mal, que nos enfadan y nos conducen a la envidia, el odio, la ansiedad, las depresión, y a otros estados emocionales negativos. Estos son pensamientos sobre este mundo, la riqueza, el estatus, sobre personas que nos han causado mal o no nos caen bien, etc. La causa de estos pensamientos es el apego por la vida mundana que nubla el corazón y evita que este se purifique.
Abu Sulaiman, que Allah tenga misericordia de el, dijo: Pensar en lo mundano es un velo sobre el Otro Mundo y un castigo para la gente. El pensamiento sobre el Otro Mundo produce sabiduría y vida en el corazón. El que vea el mundo como una protección, aceptará sus engaños. (Hilyat al-Awliyā 14447)
No todos los pensamientos mundanos son malos. Pensar sobre algo con lo que Allah nos ha bendecido en este mundo es bueno. Debemos cuidar nuestros asuntos mundanos, cumplir con nuestro trabajo, pagar las facturas, etc. Aunque solo debemos pensar en ello lo estrictamente necesario.
Por ejemplo, quizás tengamos que pensar en realizar un proyecto en nuestro trabajo. Y puede que algún compañero nos haya dicho o hecho algo que no nos guste. Si nos limitamos a pensar en la parte negativa, nos va a hacer daño y no producirá ningún beneficio. Es un pensamiento mundano innecesario que debemos dejar ir.
De hecho, para llegar a la excelencia en el Islam, debemos aprender a solo preocuparnos sobre lo que nos concierne.
Ali ibn Hussein relató que el Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con el, dijo:
Ciertamente, parte de la perfección en el Islam requiere dejar lo que no te concierne. (Sunan al-Tirmidhī 2318)
Ibn Al-Qayyim escribió: El mejor remedio es preocuparse por los pensamientos que te conciernen y no por los que no te conciernen. Pensar sobre lo que no te incumbe es la puerta a todo mal. Aquel que reflexiona sobre lo que no le concierne, dejará a un lado lo que sí le concierne. (al-Fawā’id 1/175)
Esto requiere solo preocuparnos de los pensamientos mundanos lo estrictamente necesario, y aprender a no preocuparnos por los asuntos que se salen de nuestro círculo de influencia y control. Si pensamos constantemente en cosas que no podemos cambiar, no tendremos tiempo para pensar en lo que sí podemos cambiar.
Tras comprender los efectos de los pensamientos positivos y negativos, debemos dirigir nuestros pensamientos hacia lo positivo y aprender a dejar atrás lo negativo antes de que nos lleve cuesta abajo. Muchos profetas consideraban la capacidad de dirigir tu pensamiento a lo positivo como un esclarecimiento de la verdadera fe.
Amir ibn Abdi Qais, que Allah tenga misericordia de el, dijo: Escuché de más de uno, dos o tres compañeros de Muhammad, que las bendiciones sean con el, que dijeron que el resplandor de la luz de la fe está en la reflexión. (al-Durr al-Manthūr 3:190)
Pensar sobre las bendiciones de Allah, es un acto de adoración que nos lleva a la gratitud, la satisfacción y la felicidad. No requiere mucho esfuerzo pero causa grandes resultados en nuestras vidas.
Umar ibn Abdul Aziz, que Allah tenga misericordia de el, dijo: Hablar recordando a Allah, el Exaltado, es bueno, pero pensar en las bendiciones de Allah es la mejor forma de adoración. (Tafsīr Ibn Kathīr 3:190)
Todo esto nos lleva a darnos cuenta de que el creyente debe ser optimista y no pesimista ni cínico. No hay presagios en Islam (o signos que predigan el futuro), pero los creyentes siempre esperan lo mejor de Allah aunque no sepan lo que vendrá.
Abu Huraira relató, que el Profeta, la paz y las bendiciones sean con el, dijo:
No hay presagios, pero lo mejor es el optimismo. Dijeron: “¿Oh Mensajero de Allah, qué es el optimismo?” El Profeta dijo: La palabra honesta que escuchas.
En otra narración el Profeta dijo:
Me asombra el optimismo, la palabra buena, la palabra amable. (Sahih-Bukhārī 5422)
Ibn Abbas relató:
El Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con el, era optimista y no veía presagios malos, y le gustaban los nombres buenos. (Musnad Ahmad 2762)
Los pensamientos positivos son más importantes cuando se tratan de nuestras oraciones, súplicas y actos de adoración. Si suplicamos con certeza de que Allah va a respondernos, es mucho más beneficioso y eficaz que si lo hacemos con dudas. Por esta razón, el Profeta decía que rezáramos a Allah con certeza de que va a respondernos.
Anas ibn Malik relató que el Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con el, dijo:
Cuando se suplica, hay que estar decidido con la súplica, y no se debe decir: Oh Allah, dame si es tu voluntad. No hay nadie que pueda coaccionar a Allah. (Sahih-Bukhārī 5979)
En otra narración, el Profeta dijo:
Invoca a Allah con la certeza de que va a responderte. (Sunan al-Tirmidhī 3479)
Esto quiere decir que debemos rezar creyendo que Allah ya nos ha respondido de la mejor manera.
Ibn Hajar comenta sobre esta tradición diciendo: La determinación es ser persistente en la súplica y afirmar que lo que se pide ocurrirá. (Fathal-Bārī 5979)
An-Nawawi escribió: Tener expectativas buenas (husn-al-zaan es que Allah va a responderte. (Sharh Sahih Muslim 2678)
Una vez hemos hecho una súplica, debemos afirmar sin ninguna duda en el corazón y en la mente que Allah ya nos ha escuchado y contestado. Deja que el rezo llegue al fondo de tu corazón y penetre en tu subconsciente.
A veces la respuesta no llega de la manera que se espera, pero mientras pidamos y esperemos el bien, la respuesta ya ha tenido lugar, aunque no sepamos cómo.
Abu Sa’eed Al-Khudri relató, que el Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con el, dijo:
No hay musulmán que suplique Allah algo, mientras no sea erróneo o que rompa de lazos familiares, al que Allah le dará una de estas tres respuestas: se apresurará en cumplir su súplica, la guardará para el en el Otro Mundo o desviara de el un mal de la misma medida. (Musnad Aḥmad 10749)
Mientras sigamos rezando y suplicando, la respuesta nos llegará aunque sea en la próxima vida. Por el contrario, si nos frustramos y dejamos de rezar, estamos en peligro de que nuestras súplicas no sean respondidas
Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con el, dijo:
Se responderán las súplicas de todos mientras no se sea impaciente y se diga: he suplicado y no he tenido respuesta. (Sahih-Bukhārī 5981)
A muchos de nosotros no se nos responden las súplicas porque no lo hacemos correctamente, rezamos por cosas ilícitas, no esperamos bien de Allah o simplemente nos damos por vencidos. En este caso, el Profeta es el mejor modelo a seguir con respecto a aprender a qué y cómo rezar. El verdadero secreto del rezo es que obtendremos bien de Allah en la medida en la que esperemos bien de el.
Abu Huraira relató que el Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con el, dijo:
Allah, Exaltado sea, dice: soy como mi siervo espera que sea, y estoy con el como me recuerda. (Sahih-Bukhārī 6970)
En otra narración, el Profeta dijo:
Allah dice: Si tiene buena opinión de mí, el la tendrá. Si tiene mala opinión de mí, el la tendrá. (Musnad Ahmad 8833)
Nuestras súplicas deben ir acompañadas de certeza y convicción de que nuestros deseos se cumplirán. Debemos reafirmar y fortalecer constantemente nuestras súplicas con un pensamiento positivo de que Allah nos oye y nos ha respondido de la mejor manera. Tener buena opinión de Allah de esta manera es otro paso en el camino de la excelencia en el islam.
Abu Huraira narró que el Mensajero de Allah, la paz y las bendiciones sean con el, dijo:
Ciertamente, tener buena opinión de Allah es parte de la adoración excelente de Allah. (Sunan al-Tirmidhī 3970)
Como conclusión, el Islam nos enseña a pensar en lo bueno y evitar lo malo. Como las declaraciones externas, los pensamientos que perseguimos son pensamientos internos que deben de ser buenos o por lo menos, neutrales. Si mantenemos un pensamiento malo, debemos intentar tener luego varias declaraciones internas positivas que cancelen su efecto. El pensamiento positivo debe llevarnos a una actitud optimista y esperanzadora en Allah y su misericordia. Estas buenas expectativas son el secreto que hace que nuestras súplicas y nuestra adoración sean más efectivos y satisfactorias.
Fuente: abuaminaelias.com Traducido y editado por Nuevos Musulmanes