Por: Mehmet Ozalp
El objetivo fundamental de la espiritualidad en el Islam es crear una relación íntima y cercana con Dios. Las creencias del islam dirigen al musulmán a un camino hacia Dios y los cinco pilares proporcionan una serie de normas para atravesar este camino, quitando los obstáculos que existen entre el musulmán y Dios.
La shahadah, el testimonio de fe, nos separa de todos lo falso y finito; el salat, el rezo, nos separa de los asuntos mundanos; el zakat, la limosna, separa al creyente del deseo de lo material; el hajj, la peregrinación, se realiza para separarnos de nuestros errores y del racismo o nacionalismo; y el sawm, ayuno, separa al creyente de los deseos físicos e impulsos emocionales.
A pesar de que hay quien cree que es una prueba para torturarnos, el ayuno es en realidad una experiencia humana profunda. El ayuno apela a una debilidad fundamental del ser humano, la tendencia de actuar por impulsos. El esfuerzo constante de contenerse de comer, beber o tener relaciones sexuales, a pesar de que el cuerpo nos mande impulsos, implica que el deseo está bajo control. Ayunar no significa quedarse hambriento o sediento, sino que es una prueba para apartarse de los impulsos destructivos. El Profeta Muhammad, que la paz y las bendiciones sean con el, dijo: “Si no se abandonan las mentiras y actuar sobre ellas durante el ayuno, Dios no necesita que se abandone la comida y la bebida”. Por lo que el resultado del ayuno es el dominio de los impulsos físicos que no se originan conscientemente. De esta manera, la dependencia a estos impulsos y deseos se transforma en una dependencia que solo Dios puede guiar, lo que acerca al creyente a Dios.
Por lo tanto, el beneficio espiritual fundamental del ayuno es ejercitar la voluntad para conseguir control sobre nosotros mismos necesario para conseguir el éxito en la vida. Ayunar durante 30 días seguidos, agudiza la fuerza de voluntad y convierte el autocontrol en una costumbre. Tanto, que incluso cuando acaba Ramadán la mayoría de la gente siente que sigue ayunando. El beneficio de conseguir esta fuerza de voluntad tiene un impacto en todos los aspectos de la vida del ser humano. Es importante mantener esta habilidad durante el año hasta el siguiente Ramadán. El Profeta Muhammad (SAWS), ayunaba los lunes y los jueves de todas las semanas del año. Recomendaba a los musulmanes hacer lo mismo para que se ayunara regularmente, aunque esto no era obligatorio.
La universidad de Stanford hizo un experimento muy interesante en los años 60 con niños de prescolar en el que ponían a prueba a niños de cuatro años para resistir tentaciones. Ponían una chuchería en una habitación y les decían que podían comerse la chuchería en ese momento, pero que si esperaban a que la persona que hacía la prueba fuera a un recado, cuando volviera les darían dos chucherías. Algunos niños esperaron para conseguir dos chucherías, mientras que otros se la comieron inmediatamente. Se hizo un seguimiento de estos niños durante 14 años para ver cómo les iba la vida. Los que se habían resistido a la tentación a los cuatro años, eran ahora, adolescentes, más competentes, más efectivos, más seguros de sí mismos, y tenían más capacidad para superar los problemas en la vida. El tercio de los niños que había cogido las chucherías sin esperar, no tenían estas cualidades y en general tenían la mayoría más problemas. Incluso los que habían esperado, eran mejores estudiantes, y sacaban mejores notas en sus exámenes. Quizás no haya una habilidad psicológica mejor que resistir los impulsos. Es la raíz del auto control, ya que todas las emociones, por su naturaleza, nos llevan a realizar algún impulso. La manera en que uno se cría tiene un impacto en el autocontrol. Si nuestros padres hacen todo por nosotros y nos dan todo lo que queremos no tendremos mucho autocontrol. Afortunadamente, el ayuno en el Islam puede evitar que los niños adopten esta mala cualidad, aunque estos no están obligados a ayunar y lo harán mas adelante en su vida.
Fuente: fountainmagazine.com Traducido y editado por Nuevos Musulmanes