El hombre que murió en al-Raudah

raudah

el Profeta s.a.w.s. dijo: “El área entre mi casa y mi mimbar es uno de los jardines (riyaad, singular: raudah) de Jannah (paraíso), y mi mimbar es en el aljibe (hawd)

Por Ustadh Yahya Ibrahim

Al-Bayhaqi transmitió en “Shu’ab Al-iman” que Abu Sa’eed Al-Khudri (que Allah este complacido con él) narró:

El Profeta, la paz y las bendiciones de Allah sobre él, pasó cerca de una procesión funeraria cercana a una tumba y preguntó: ¿De quién es esta tumba? Ellos (Los compañeros) respondieron: “Es la tumba de tal y cual de Abisinia (Etiopia).” A continuación el Profeta s.a.w.s. dijo: “La Illaha Illa Allah (No hay dios sino Allah) él fue conducido por la tierra y el cielo de Allah a este suelo del cual él fue creado.” [Al-Albani clasifica este hadith Hasan en As-Silsilah As-Sahihah.]

El gran iman de sunna ‘Abdur-Razzaaq, que Allah este complacido con el transmitió en su “Al-Musnnaf” que Ibn ‘Abbas, que Allah este complacido con él dijo: “Cada persona será enterrada en el suelo del cual fue creado”.

Los elementos de la tierra con los cuales fuiste moldeado, son los mismos elementos de la tierra a los cuales regresas.

Dejadme que os cuente acerca de un hombre argelino de nombre Bukhari que murió en un jardín del paraíso.

Para llegar a la sagrada Raudah (Jardín del paraíso) que se extiende entre la antigua, pero aun parcialmente en pie casa del Profeta Muhammad, s.a.w.s. y el lugar de su mimbar (pulpito), se requiere tenacidad, paciencia y oportunidad. Miles de personas se alinean para tener una oportunidad de rezar en la santificada Raudah, y con buena razón.

Abu Hurayrah transmite que el Profeta s.a.w.s. dijo: “El área entre mi casa y mi mimbar es uno de los jardines (riyaad, singular: raudah) de Jannah (paraíso), y mi mimbar es en el aljibe” ( Narrado por Al-Bujari 1196 y Muslim 1391.

La mayoría de los que acuden a la Raudah quieren rezar dos unidades de oración, y algunos lo intentan, de acuerdo a evidencias históricas en lugares concretos y cerca de pilares específicos.

Yazeed ibn Abi ‘Ubayd dijo: solía ir con Salamah ibn al-Akwa’ r.a. y el rezaba cerca del pilar que estaba junto al Mus-haf, es decir en la Raudah. Yo dije: ‘¡O Abu Muslim, veo que eres aficionado a rezar junto a este pilar!’ Él dijo: ‘Vi que el mensajero de Allah s.a.w.s. era aficionado a rezar aquí’” Narrado por A-Bujari 502 y Muslim 509.

La tarea de llegar allí durante cualquier viernes es aun más escasa, como el mejor de los días, atrae a los locales en tropeles y masas de las ciudades circundantes, sin mencionar el continuo flujo de visitantes internacionales respondiendo a la invitación hecha por el Profeta s.a.w.s.

Él s.a.w.s. dijo: “No viajéis para visitar ninguna mezquita excepto tres: al-masjid al-Haraam (en Meca), esta mezquita mia (en Medina) y al-masjid al-Aqsa (En Jerusalén).” Narrado por Al-Bujari 1189 y Muslim 1397.

¡Todos acuden en manada a al-Habib! Todos, locales y visitantes buscan el alivio de postrarse cerca de donde al-Mustapha s.a.w.s. vivió su glorioso mensaje.

Él s.a.w.s. dijo: “Una oración en esta mezquita mia es mejor que mil oraciones rezadas en cualquier otro lugar, excepto al-masjid al-Haraam.” Narrado por Al-Bujari 1190 y Muslim 1394.

1000 Oraciones. 1000 Oraciones de Yumuah. ¡1000!

2 am. cada día soy bendecido por estar en Medina, llego a Bab Jibril (La puerta del Ángel Gabriel) y ofrezco dos rakat tan pronto como veo un lugar despejado que no molesta a nadie. Aunque algunos olvidan que la santidad de Medina es primordial.

Abu Hurayrah transmitió que el Profeta s.a.w.s. dijo: “Medina es un Haram (Santuario) por lo que quien cometa maldad en ella o de protección a un malvado, la maldición de Allah, los angeles y toda la humanidad estará sobre él. Allah no aceptará ninguna acción obligatoria o naafil de él el Día de la Resurrección.” Narrado por Al-Bujari, 1867 y Muslim, 1370.

Entonces tomo mi camino hacia el rauda desde el fondo moviéndome adelante tan bien como puedo sin pasar por encima del hombro o cortando en frente de la oración de nadie. Aun cuando es cuatro horas antes de fajr, la mezquita esta todavía bastante concurrida. A esta hora de la noche, sin embargo, la Raudah no está seccionada aparte tal y como está la mayor parte del día. Por lo que llegar a ella, con la mínima molestia para otros y asegurar un lugar está relativamente asegurado, si vienes así de temprano.

Amo rezar en el Ustuwaanah de Aisha RadiyAllahu anha.

El Profeta s.a.w.s. acostumbraba a recitar aquí sus oraciones y Aisha transmitió que el Profeta s.a.w.s. dijo: “En esta mezquita hay un lugar que si la gente conociese la verdadera naturaleza bendita de este, irían en manadas de tal manera a rezar en el que tendrían que dispersar dichos grupos (es decir Qu’rah).”

La gente le pidió qué señalase el lugar exacto, a lo que ella se negó. Más tarde, por la persistencia de Abdullah bin Zubair radiyAllahu anhu ella señalo este lugar.

Toma una hora que me parece mucho más para finalmente llegar a la Raudah y a mi lugar favorito. Rezo y dejo a otros rezar y moverse, pero retengo mi lugar atesorado. Después de Fajr la Raudah es sellada junto con aquellos que aun están dentro por una hora, hasta el amanecer.

Despues de Fajr, muchos en la Raudah descubren que no puedes ofrecer oraciones hasta que el sol aparece completamente (Shuruk). Algunos eligen marcharse. La Rauda crece en dulzura.

Alrededor de diez minutos después de que fajr concluya, un hombre de mediana edad, vestido con el tradicional vestido blanco argelino/marroquí colapsa en el pesado volumen de gente deseando saludar al Profeta s.a.w.s. en la puerta dorada. Se toma la decisión de que el mejor lugar para que se recupere es en la ahora calmada Raudah.

Mientras es traído dentro, todos asumimos que pasaran unos minutos hasta que los paramédicos le atiendan. Su hermano pequeño tiene una mirada nerviosa en el rostro. Voy junto a él y me siento, mientras sonrío le digo Insha Allah todo estará bien. El me informa de que el nombre de su hermano es Bukhari.

Él es un hombre a quien externamente tú, erróneamente, asumirías como sin importancia, por la ausencia de cualquier señal mundana o vestimenta formal.

Me acerco a él y pido permiso a los oficiales para suministrarle algún cuidado. Masajeo su pecho para ver si hay alguna reacción, como no noto ningún latido ni respiración. Uso mi teléfono como linterna para ver si las pupilas se dilatan. Un medico marroquí también en la Raudah, y hospedado en mi hotel se acerca a ayudar. Le suministramos primeros auxilios e intentamos revivir a Bukhari. Trabajamos en el diez minutos.

Esta silencioso, inexplicablemente silencioso. El sonido de lo  miles en calladas oraciones. Todos reconocemos la virtud, inshaAllah, de Bukhari. Aquellos fuera de la Raudah  le miran con esperanza de un final similar, mientras que todos nosotros dentro de la Raudah exclamamos en suplica de otro igual. Ciertamente, era como agua derramándose de un recipiente. Su alma era ligera, sencilla y fluida.

Las horas que otros aguantan para entra en al-Raudah fueron circunvaladas, eludidas.

El apretarse para encontrar un punto de apoyo fue parado por alto.

El hombre que viajo desde Argelia que no pudo encontrar sitio en al-Raudah y rezo fuera en el mármol, como su hermano me contó, fue conducido dentro por guardia oficial.

El hombre al que la mayoría de nosotros tomamos como un simple peregrino, era un honrado invitado de Allah, insha Allah.

El hombre que vivió una vida lejos y estaba visitando medina por primera vez, fue tumbado para expirar su último aliento a no más de diez metros de an Nabi Muhammed la paz y las bendiciones de Allah sobre él.

Un poco antes de las 7 am, en el vendito día del Yumuah Bukhari expiró su último aliento de vida, mientras yacía reclinado en la Raudah del Mensajero de Allah s.a.w.s.

Cerré sus ojos y rezé por él. Aunque en mi corazón deseé que esta alma vendita pudiese haber rezado por mi antes de su partida.

Bukhari, rahimahullah, más tarde en ese día, después de haberse rezado la oración de Yumuah, fue enterrado en al-Baqi – el cementerio cercano a la mezquita del Profeta.

Bukhari fue hecho de Medina y a Medina fue devuelto.

Ya Allah permitemé encontrarme con Bukhari, el Argelino, en Jannatul Firdaous, Allahumma amin.

Traducido del inglés por la redacción de NewMuslims desde MuslimsMatters

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