El Islam es el mensaje final: un razonamiento islámico

Por: Dr. Ahmad Muhammad Al-Tayyib

El Islam es el mensaje final y el último eslabón en la cadena de los mensajes que Allah he hecho descender, así como Su mensajero es el último y el sello de los profetas. Decir que el Islam es el último mensaje profético tiene dos significados:

  1. El primero es negativo y consiste en que Allah no enviará ningún otro profeta.
  2. El segundo es positivo y ser refiere a la continuidad del mensaje profético hasta el final de los tiempos.

El primer significado se ve apoyado por la historia y la realidad, puesto que han pasado catorce siglos en los cuales no ha aparecido ningún profeta con mensaje o ha pretendido la profecía formando una nación, o ha tenido éxito o la gente ha creído en él.

Muhammad no es el padre de ninguno de vuestros hombres, sino que es el Mensajero de Allah y el sello de los profetas. (Los coligados, 33:40)

También dice Allah en otra aleya:

Hoy os he completado vuestra Práctica de Adoración, he culminado Mi bendición sobre vosotros y os he aceptado complacido el Islam como Práctica de Adoración. (La mesa servida, 5:3)

El Profeta nos informó de lo mismo al decir:

Yo soy Muhammad, soy Ahamad, soy Al-Mahi (el que borra) a través de quien Dios borra la incredulidad, soy al Hashir, porque resucitaré primero y el resto de la gente resucitará después de mí, también soy Al-Aqib (el último, es decir, no habrá profeta alguno después de mí). (Sahih Bujari)

El segundo significado de que el Islam es el mensaje final indica la generalidad y continuidad de dicho mensaje con el paso del tiempo. Además, el Islam es el último eslabón en la cadena de las religiones celestiales, la única puerta que da al cielo y que permanece abierta y es el vínculo verdadero que sigue enlazando al hombre con su Creador.

El mensaje islámico en este sentido tiene tres características: final, general y continuo. La primera característica implica necesariamente las otras dos, ya que si el mensaje profético de Muhammad, la paz sea con él, es:

1) El último, esto implica ser general para todo el mundo y no puede ser propio de alguno y estar los demás privados de él. Si esto hubiese sido así, la guía divina se encontraría incompleta porque solo se habrían beneficiado algunos y no todos. El Sagrado Corán confirma esto en más de una ocasión:

Di: ¡Hombres! Es cierto que yo soy para vosotros el Mensajero de Allah.  (Al Araf, 7:158)

Di: ¡Hombres! Yo sólo soy para vosotros un claro advertidor. (La peregrincación, 22:49)

Y no te hemos enviado sino como misericordia para todos los mundos. (Los Profetas, 21:107)

Y no te hemos enviado sino como anunciador de buenas noticias y advertidor para todos los hombres; sin embargo la mayor parte de los hombres no sabe. (Saba, 34:28)

Entre otras aleyas en las cuales Allah habla a toda la humanidad utilizando palabras como: “¡Oh gente!”, “¡Oh gente de Adán!”, “Todos los mn¡undos”, “¡Oh gente del Libro!”. También el Sagrado Corán describe al mismo tiempo los mensajes anteriores como propios de ciertos pueblos.

Y así fue como enviamos a Nuh a su gente. (Al Araf, 7:59)

Y a los Ad, a su hermano Hud. (Al Araf, 7:65)

Y a los Madyan, su hermano Shuayb. (Al Araf, 7:85)

Así mismo dice sobre Jesús, la paz sea con él:

Será un mensajero por los hijos de Israel. (Familia de Imran, 3:49)

2) Si el Mensaje de Muhammad, la paz sea con él, es el último, esto significa que es continuo y verdadero. Si no no fuese así, sería lógico pensar en la detención de la sutileza y la guía Divina de modo que no llegue a la creación y a los siervos, y esto se trata de un defecto que es imposible que se atribuya al Sutil, el Conocedor de todo.

Cuando el Corán habla de todas las naciones y religiones lo hace sin especificación temporal, lo que demuestra que dicho Mensaje no está dirigido a una época o tiempo concretos o limitados, ya que el Sagrado Corán esto diciendo:

Para hacerla prevalecer sobre toas las demás formas de adoración. (9:33, 48:28, 61:9)

Ubaidul-lah ibn Umar relató que Umar ibn Abdel Aziz dio un discurso en el cual dijo: “¡Oh gente! Es cierto que Allah no ha enviado a un profeta después del vuestro, ni ha hecho descender otro Libro después del que le ha enviado a él. Lo que Allah he hecho lícito en boca de Su profeta es lícito hasta el Día de la Resurrección y lo que ha prohibido en boca de Su profeta está prohibido hasta el Día de la Resurrección”. (Sunan al-Daremi)

Asimismo podemos atribuir las razones por las cuales el mensaje de Muhammad ha sido el último, general y continuo a dos razones principales.

1) El Mensaje islámico ha quedado preservado tal y como fue hecho descender en el texto coránico y no ha sufrido ni alteración ni modificación. Esto es una característica propia del Sagrado Corán de entre los Libros celestiales que han sido revelados y los cuales todos ha sufrido muchas alteraciones y se ha perdido mucho de su contenido original, excepto el Corán.

Nosotros hemos hecho descender el Recuerdo y somos sus guardianes. (Al Hiyr, 15:9)

Es un Libro sin igual. Al que no le afecta la falsedad por ningún lado. Y es una Revelación cuyo descenso procede de uno que es Sabio, y en Sí mismo Alabado. (Se han expresado con claridad, 41:41-42)

2) La Sharia (ley) islámica satisface las necesidades que requieren las sociedades actuales y las futuras; ya que se basa en fundamentos humanos que se preocupan por las necesidades que acontecen nuevas al hombre, además de comprender los requisitos imprescindible y los complementarios que convierten la vida del hombre en virtuosa y garantiza las permanencia de la vida y su protección de la corrupción y la desviación. El Sagrado Corán ha clarificado la verdad de esta Sharia indulgente en su descripción del sello de los Profetas:

Que les ordena lo reconocido y les prohíbe lo reprobable, les hace lícitas las cosas buenas e ilícitas las malas y los libera de las cargas y de las cadenas que pesaban sobre ellos. (Al Araf, 7:157)

Así como ha confirmado la continuidad de esta religión en las honradas aleyas siguientes:

Hoy os he completado vuestra Práctica de Adoración, he culminado Mi bendición sobre vosotros y os he aceptado complacido el Islam como Práctica de Adoración. (La mesa servida, 5:3)

Y quien desee otra práctica de adoración, no le será aceptada. (La familia de Imran, 3:85)

Realmente la práctica de adoración ante Allah es el Islam. (La familia de Imra, 3:19)

Ante una Sharía que reune todas estas características comprensivas, la mente no puede encontrar justificación razonable para la aparición de otra Sharía y otro mensajero.


Fuente: Libro ‘Los fundamentos del Islam’, por el autor, traducido por el Centro de traducción de Al Azhar, editado por Nuevos Musulmanes

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