Por: Redacción NM
El Islam entiende al hombre y a la mujer como compañeros en la vida. Honra a la mujer de forma específica y le permite la libertad de participar en todas las esferas de la vida.
Un estudio comparativo mostraría que el Islam ha dado a las mujeres derechos y privilegios que nunca disfrutaron bajo otras religiones o sistemas constitucionales. Pero los derechos y responsabilidades de las mujeres no son necesariamente los mismos que los del hombre, dado que el Islam reconoce la diferencia en sus necesidades así como en sus papeles.
Esto no quiere decir que se rechace el importante lugar de la mujer, sino que se enfatiza que cada cual, hombre y mujer, cuiden de sus responsabilidades propias ayudándose mutuamente. Es algo bastante obvio para cualquier persona razonable que el hombre y la mujer son diferentes, tanto en los biológico como en lo psicológico, sin esto incurrir necesariamente en ningún tipo de jerarquía.
Por lo tanto, es normal y natural que el hombre como la mujer tengan diferentes papeles en la sociedad. Lo que es Islam ha establecido para la mujer es aquello que mejor va con su naturaleza, mantiene su dignidad, le da seguridad y protección además de respeto.
El Islam, en su visión de la familia, reconoce a la mujer como la madre y al hombre como al padre. Esto en una relación de ayuda mutua en la que cada cual tiene una serie de derechos y obligaciones para con el otro.
Dado que el matrimonio en el Islam es un contrato sagrado, puede haber cláusulas, dentro de lo razonable, que guarden los intereses de cada uno. Además, es obligatorio que el novio entregue una dote a su futura esposa.
Este es un derecho de la mujer, además de tener derecho a que su marido la provea y mantenga de forma completa. No está obligada a trabajar ni a compartir con su marido los gastos familiares y tiene la libertad de mantener su riqueza sin que su marido tenga derecho a ella, tanto la que pudiese tener antes de casarse como la que obtenga durante el matrimonio. Aunque, si ella quiere, puede participar en ayudar con los gastos familiares y a su marido.
Desde un punto de vista islámico, el matrimonio es considerado como una práctica muy recomendable, casi obligatoria, y, por lo tanto, una protección moral y una necesidad social.
Dice Allah en el Corán:
Y entre Sus signos está el haber creado esposas de entre vosotros, para que obtengáis quietud y tranquilidad, y el haber suscitado entre vosotros el afecto y la bondad. Ciertamente, hay en ellos signos para gente que reflexiona. (Corán, 30:21)
Este versículo del Corán claramente apunta al matrimonio como un medio por el cual el ser humanos puede conseguir ser feliz, al contrario que otras religiones que enfatizan el celibato.
El Profeta Muhammad, que la paz sea con él, dijo: “… yo me caso con mujeres. El que se vuelve la espalda a mi Sunna (práctica) no es de mi gente”. (Bujari y Muslim)
También dijo: “Cuando un hombre se casa a completado la mitad de su Din (práctica de adoración) por lo que tema a Allah respecto a la otra mitad”. (Al Baihaqi)
Vemos que el matrimonio da a la gente una forma permitida y protegida de satisfacer necesidades biológicas importantes permitiendo que entre ellos esta acto se lleve a cabo con respeto y amor en un contexto protegido, convirtiéndose en algo que es considerado Sadaqa y apartándolo de todo tipo de aberraciones.
El Islam provee una guías para que el hombre y la mujer puedan encontrar las parejas adecuadas y así el contentamiento y felicidad en esta vida. La vida matrimonial y es un tira y afloja constante y mucho de ella depende del afecto y respeto entre los cónyuges.
Este afecto, respeto y compasión, que en definitiva son los componentes del amor, se puede ver perjudicado por el paso del tiempo y las dificultades y avatares de la vida, y, es por esto por lo que desde el principio, el divorcio está permitido en el Islam, aunque es una de las cosas que menos agradan a Allah. El divorcio es una misericordia de Allah para con los cónyuges cuando la relación ya no es sostenible, puesto que en el Islam no se anima al sufrir como algo que expíe ningún tipo de falta.
En conjunto, el Islam provee el marco y la guía para que los cónyuges puedan encontrar cariño, respeto, afecto y compañía el uno en el otro y para que esto, se mantenga a lo largo del tiempo.