Por: Jamaal Diwan
Muchas veces se ha discutido la importancia de la calidad sobre la cantidad y de que no deberíamos centrar en el desarrollo de la gente. Ahora hablaremos sobre esto en el sentido de cuál es nuestro indicador de éxito, o la falta del mismo.
Es cierto que deberíamos preocuparnos más por nuestro esfuerzo que por los resultados y que a veces un persona o un grupo de personas harán todo lo que puedan por algo y aún así no ver los frutos de su esfuerzo. Esto lo vemos claramente en la historia de Noé, que la paz sea con él, en el Corán, en la cual Noé llamó durante años a su gente al Islam y aun así solo le siguió un pequeño grupo de personas. De todas manera, es importante fijarnos en ciertas cosas para saber si realmente estamos teniendo éxito o no.
Algunas de la cosas útiles como indicadores diarios de esto son las oraciones y las clases. Esfuerzos tales como los grupos de jóvenes y otras actividades primordialmente sociales son medios por los que atraer a la gente cerca de la comunidad y de la mezquita, para que de esta manera estén más cerca de Allah. Uno de los indicadores de esto es si van a las oraciones o no. Esto es también un indicador para nosotros mismos. Si vemos que no nos sentimos inclinados a ir a hacer la oración a la mezquita de forma más continuada entonces es posible que haya un problema en cómo estamos llevando nuestros asuntos. También podemos tomar como indicador la atención a las clases. Las clases requieren más esfuerzo que una actividad social pero también indican que la gente está haciendo un esfuerzo por tener más conocimiento sobre su creencia.
Estas dos cosas guían a mucha gente que están establecidos sobre los fundamentos del conocimiento y la adoración, y que por lo tanto están cualificados para el liderazgo. La incógnita real sobre el éxito es si están o no dejando líderes tras de tí. Los líderes carismáticos son un hecho en la vida y tienen su lugar pero el trabajo no debe depender de un solo individuo. Si las cosas están bien estructuradas y se pone el suficiente esfuerzo en el desarrollo de la gente, entonces cuando uno se va, ese lugar será ocupado por otro. El trabajo no se parará. Si se ha hecho trabajo durante años, pero no hay que lo continúe, entonces puede que el esfuerzo se haya puesto en el lugar equivocado.
Ibrahim (as) entendió esto y esta es la razón por la que cuando Dios le dijo que le haría un líder en la tierra él pregunta:
“Y que hay de mis descendientes”. Allah le responde diciendo: “Mi pacto no incluye a los que llevan a cabo las malas acciones”. (Corán 2:124)
Ibrahim entendió que el mensaje del islam es más que una solo persona, y que si la rectitud ha de continuar en la tierra, entonces debe de tener gente que lleve los estandartes de la verdad. Dios básicamente le da una respuesta indirecta que básicamente implica que si sus descendientes son rectos entonces su promesa se cumplirá sobre ellos, pero sino, no. Cuando trabajamos y organizamos, siempre debemos de planear para el futuro y plantar la semillas de la corrección y la bondad en los líderes potenciales de los años que vienen.
Fuente: Traducido con ligeras modificaciones editoriales por el equipo de redacción de http://www.virtualmosque.com/