Autor: Ismail Büyükçelebi
Mientras el cambio constante es observado en la naturaleza, hay un aspecto subyacente de la permanencia en todo. Por ejemplo, una semilla germina bajo la tierra y se convierte en un árbol sin las leyes de cambio de crecimiento y germinación. De la misma manera el carácter esencial de la humanidad y la vida humana con todas sus necesidades vitales, indispensables, sin tener en cuenta cualquier material externo u otros cambios de nuestros modos de vivir, a pesar de su impacto sobre nuestras vidas y ambiente, ha permanecido sin alterar desde la creación de Adán y Eva.
Todos nosotros compartimos ciertas condiciones generales de vida y valor: nacemos, maduramos, nos casamos, tenemos niños, y morimos; tenemos algún grado de voluntad y deseos comunes; compartimos ciertos valores, como honestidad, bondad, justicia y coraje.
Así, todos los Profetas enviados por Dios fueron enviados con el mismo mensaje. Cada ser vivo creado naturalmente depende de su Creador. Sólo el Creador es Auto-existente, único y sin par, indivisible, sujeto a cambiar, o contenido por el tiempo o el espacio. La creencia en un Ser tan Divino constituye el pilar básico de la religión Divina predicada por todos los Profetas. Sus otros pilares son la creencia en la Resurrección, en todos los Profetas sin diferencia, en los ángeles, en las Escrituras Divinas, y en el Destino Divino (incluyendo el libre albedrío humano).
Aquellos que no usan su libre albedrío para disciplinarse afrontan el peligro de esclavitud por parte de sus pasiones. Tal carencia de autodisciplina nos lleva a causar daño a los demás, ya que el objetivo de tal comportamiento es satisfacer nuestros deseos. Ya que la religión Divina no permite tal maldad, aquellos que la persiguen tratan de corromper la religión a fin de justificar sus caprichos y fantasías.
Esto causa el desorden, la opresión, el conflicto interminable, y la destrucción. Dios será misericordioso con Su creación, no empleara la opresión o la injusticia; Él ordena que sus miembros vivan en paz de modo que la justicia prevalezca. Sin embargo, la historia relata que los seguidores de los primeros Profetas se alzaron contra ellos en facciones contrarias, manipulando la religión para servir a sus preferencias o intereses.
Todos los Profetas anteriores fueron enviados para restaurar la religión Divina a su pureza original purgando las innovaciones y desviaciones añadidas por sus seguidores. Este es la razón de por qué el Profeta Muhammad fue enviado después de Jesús para predicar los mismos pilares de la fe. Dios le reveló el Corán, que contiene los principios eternos para nuestra vida individual y colectiva. Ya que Dios decreta que el Corán sea absoluta y permanentemente conservado, el Profeta es el último Mensajero.
El Islam honra la experiencia religiosa de aquellos que vinieron antes de su revelación, porque el Islam confirma y completa lo que es verdadero en aquellas religiones. Considerando esto, los musulmanes dicen que el Profeta Abraham y todos los demás Profetas eran musulmanes. Tal perspectiva explica por qué la civilización Islámica, a partir de sus mismos principios, era y permanece tolerante, plural, e inclusiva. Siempre ha seguido este camino, excepto en contadas excepciones.
El Islam dice que la providencia universal de Dios sería negada si los Profetas fueran levantados para una nación sólo y si otras naciones no tuvieran a ningún Profeta. El Corán declara que Dios es el Señor y Sustentador de todos los mundos. Él no discriminó entre naciones enviando Su Revelación, y entonces los musulmanes no deben distinguirse entre ninguno de Sus Mensajeros:
Todo lo que hemos hecho descender a Nuestro Enviado Muhammad es la verdad y el Enviado ha creído en ello, y los sinceros creyentes también han creído con él. Cada uno de ellos cree en Dios, Sus ángeles, Sus Libros revelados y Sus Mensajeros. Todos ellos igualan entre Sus Mensajeros, creyendo en sus misiones y engrandeciéndolos y manifestando: no hacemos diferenciaciones entre ninguno de los Mensajeros de Dios, y confirman su fe de corazón a través de sus lenguas, y dirigiéndose a Dios con sus manifestaciones: Señor nuestro, hemos escuchado Tu revelación clarísima y respondemos a ella; danos, Señor, Tu perdón, pues sólo a Ti será nuestro destino y nuestro regreso (Sura de la Vaca, 2:285).
El Islam es la culminación de todas las religiones. Aceptando a los Profetas y las Escrituras de todas las naciones, el Islam afirma la Unidad de Dios y la Providencia universal, así como la universalidad de la experiencia religiosa. Los musulmanes son seguidores verdaderos de todos los Profetas, incluidos Abraham, Moisés, y Jesús.
Los musulmanes rechazan el Mahometismo como término, ya que ellos no adoran a Muhammad. Para entender el Islam como sus seguidores así lo hacen, tales palabras como mahometano o el Mahometismo deben ser abandonadas y olvidadas. Muhammad nunca reclamó para si más reconocimiento que el de un hombre que recibió revelaciones de Dios. Él no hizo el Islam; lo recibió, lo transmitió y lo puso en práctica.
Fuente: svida.com