Autor: Osman Nuri Topbas
Se ha transmitido que mientras el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, ofrecía la oración, la gente alrededor solía oír una voz llorosa que salía de su pecho. Ali, que Allah esté satisfecho con él, recuerda su observación al respecto: “Vi al Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, cuando lloraba en la oración debajo de un árbol durante la batalla de Badr. Pasó en esta posición toda la noche”. (Fadail al-Amal, 299)
El Profeta fue visto en un estado en el que su corazón emitía sonidos como si fuera una olla hiriendo. Aisha, la mujer del Profeta, que Allah esté satisfecho con ella, dijo: “Solíamos oír un sonido que salía del pecho del Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, era como una olla hirviendo”. (Abu Dawud, Salat, 157; Nasai, Sahv, 18)
Aisha dijo también:
“El Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, solía hablar con nosotros mucho, pero cuando venía la hora de la oración cambiaba como si no nos conociera, y se dirigía Allah…” (Fadail al-Amal, 299).
Así pues, alcanzar esta bendición de la oración debería ser el primer objetivo de nuestras almas. Aunque no siempre se puede alcanzar, debemos esforzarnos por en esta dirección. Resumiendo, el comportamiento del Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, debería ser para nosotros el modelo. Cuanto más nos acercamos a este modelo más beneficio recibimos.
Hay que recalcar aquí que ningún acto humano puede realizarse de manera perfecta sin haberlo intentado muchas veces. Esto se refiere también a la oración, que primero se hace como imitación . El siervo necesita tiempo para alcanzar la perfección igual que el artista necesita tiempo y experiencia para producir un trabajo perfecto. Los que no pueden realizar su oración de manera perfecta no deben perder la esperanza y seguir intentándolo. Igual que se tiene que remover toneladas de tierra para conseguir un gramo de oro, se debe intentar alcanzar la perfección y paz en la oración con perseverancia. Y de hace necesario tener durante la oración un sentimiento como el que describe el Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, de esta manera:
“Cuando hacéis cada oración debéis hacerla como si fuera vuestra última oración. No digáis nada de lo que luego os podáis arrepentir ni os inclinéis hacia lo que desean los descuidados”. (Ibn Mayah, Zuhd, 15)
Los Compañeros del Profeta, la paz y las bendiciones sean con él, y aquellos santos de Allah quienes les siguieron, siempre han luchado por este objetivo.
Fuente: Libro ‘Islam, Espíritu y forma’.