Por: Redacción
Allah, subhanahu wa ta’ala, en Su Sabiduría, ha dado preferencia a algunos meses sobre otros, ha hecho que unos meses del año tengan un valor especial y ha definido cuatro de ellos como inviolables, por el valor, el rango y la estación que poseen. Dice Allah:
El número de meses para Allah es doce, en el Libro de Allah, el día en que creó los Cielos y la Tierra. De ellos, cuatro son inviolables. Esta es la práctica de Adoración recta. (Tawba, 36).
Hoy nos encontramos en uno de estos meses, en el mes de Muhárram, el primer mes del año Hiŷri; y en este mes hay un día que tiene un valor especial, pues es un día en el que Allah hizo que muchos sucesos especiales tuvieran lugar, sucesos que ocurrieron hace muchos años, pero que nosotros seguimos recordando, pues no hay nada como mirar hacia atrás para aprender las lecciones del pasado y aplicarlas en el presente y en el futuro.
Este día tan especial del que estamos hablando es el día diez del mes de Muhárram, el noble día de ‘Ashura. En ese día, Allah liberó a un pueblo de creyentes del yugo, la opresión y la tiranía a la que estaban sometidos. En ese día, Allah liberó a uno de sus nobles Mensajeros de las tres oscuridades: la oscuridad de la noche, la oscuridad de las profundidades del mar y la oscuridad del vientre del animal marino. En ese día, Allah hizo que el Arca en la que viajaban unos pocos creyentes sinceros, acompañados de una pareja de cada especie de animales, tocara tierra tras una larga travesía y llegara a un lugar purificado en el que poder adorar a Allah con sinceridad.
En ese día, Allah salvó a Su amigo íntimo de morir quemado en la hoguera, una vez que le puso a prueba y vio cómo se entregaba por completo a Él, y cómo aquél le decía al ángel Ŷibril, cuando fue a ofrecerle su ayuda preguntándole si necesitaba de alguna cosa mientras caía hacia la hoguera: “Si es de ti no, si es de Allah Sí; Allah es suficiente para mí, y qué excelente Guardián”.
Por estos sucesos, y otros que no hemos mencionado, es por lo que el Mensajero de Allah honraba ese día con el ayuno; y nosotros lo hacemos también porque, como musulmanes, creemos en todos los Profetas y Mensajeros. Es parte de nuestra creencia, es parte de nuestra aquida, y quien rechace a uno de estos Mensajeros es como si estuviera rechazando a todos ellos. El Profeta Muhámmad, sallallahu alaihi wa sallam, dijo:
Nosotros, los Profetas, somos hijos de diferentes madres, pero nuestro Din (práctica de adoración) es uno y el mismo.
La forma de recordar y honrar este día es como todos los asuntos de nuestro Din: con el equilibrio, con el camino del medio. No lo recordamos con lamentos, sollozos, sufrimiento, flagelación ni muestras públicas de tristeza y castigo, como hacen algunos que se han desviado de la aquida correcta; tampoco mediante expresiones fuera de lugar de alegría y de festividad, como hacen otros. No, nosotros lo hacemos con equilibrio, porque así es nuestro Din. Nunca los extremos, siempre el camino del medio, en todos y cada uno de los asuntos; lo honramos recordando a Allah y siguiendo la sunna de Su Profeta Muhámmad, sallallahu alaihi wa sallam, que dedicaba este día al ayuno y al aumento de la sadaqa y de las buenas obras.
Ayunar el día de ‘Ashura es un acto de enorme beneficio por todo el significado que encierra, por los grandes sucesos que ocurrieron en ese día, y si además se ayuna de forma sincera, buscando con ello la Faz de Allah, puede servir como expiación de las faltas cometidas a lo largo del año. Dijo el Mensajero de Allah: “Espero de Allah que el ayuno en el día de ‘Ashura sirva como expiación del año que ha pasado”.
Y a pesar de que el ayuno de Ramadán ya era obligatorio, el Mensajero de Allah y sus Compañeros de Medina seguían ayunando a título meritorio el día de ‘Ashura, porque ellos conocían el valor que tenía. Cuando ellos veían una puerta hacia el bien, una oportunidad de obtener una recompensa para la Otra Vida, jamás la dejaban pasar. Y es recomendable acompañar el ayuno de este día con el del día anterior, o del día posterior, o incluso ambos; dijo el Mensajero de Allah, sallallahu alaihi wa salam, en el mismo año en el que murió: “Si alcanzara con vida el año próximo, ayunaría también el noveno día”.
Ayunar en Ahusra como confirmación de nuestra identidad como musulmanes
Es de vital importancia que reconozcamos lo que significa ser musulmanes, el valor que eso tiene y, por encima de todo, es fundamental que nos sintamos orgullosos de ser musulmanes.
Y una forma de sentirnos orgullosos y de afianzar nuestra identidad como musulmanes es recordando este tipo de días, como el día de ‘Ashura, que es una festividad nuestra, nuestra como musulmanes, es un día que honramos en nuestro Din. Y el hacerlo, aparte de los beneficios que ya hemos mencionado, hace que afiancemos el Din en nuestro corazón y en el de nuestros hijos, y hace que nos sintamos orgullosos y agradecidos del enorme regalo que Allah nos ha dado.
Esto es algo de lo que, como musulmanes, en este tiempo y en este lugar, debemos hablar en nuestros hogares. Debemos transmitir a nuestros hijos y a nuestras mujeres, enseñarles, cuáles son las festividades y celebraciones en nuestro Din; hablarles de por qué honramos este día, hablarles del valor especial que tiene. Y al hacerlo, y esto es lo más importante de todo lo que tiene que ver con el Día de ‘Ashura, nuestros hijos afianzarán su identidad como musulmanes y conseguirán el discernimiento que tan necesario es en nuestros días.
Dijo el Mensajero de Allah: “Tened seguro que seguiréis las prácticas de los que hubo antes de vosotros palmo a palmo, codo a codo, hasta el punto de que, si se meten en agujero de un lagarto, vosotros también os meteréis”. Dijeron: “¡Mensajero de Allah!, ¿son los judíos y los cristianos?”. Dijo: “¿Quién si no?”. Y por esto mismo, el Mensajero nos dijo que al ayunar el día de ‘Ashura, lo acompañáramos del día anterior o del día posterior, incluso de ambos, para así no parecernos a los judíos, para así ser distintos a ellos. Y
Este hadiz debemos tenerlo muy presente. Vivimos rodeados de gente que no son musulmanes; con lo cual, sed precavidos y tened el discernimiento suficiente para no seguirlos e imitarlos hasta acabar metiéndoos en un agujero de lagarto. Protegeos vosotros mismos y proteged a vuestras mujeres e hijos de ello.
Hemos de tener cuidado de no seguir las prácticas ajenas a nuestro Din, porque eso nos puede conducir a la perdición y el extravío; afianzad nuestros corazones en la identidad como musulmanes, y sed precavidos con ellos.
Fuente: mezquitadegranada.com editado por NewMuslim.Net