Por: Redacción
Ramadán es un mes especial del año, un mes que Allah ha elegido y sobre el que derrama sus bendiciones. La razón de que sea especial no es que ayunemos en él, sino que es especial porque Allah lo ha elegido y por eso ayunamos en él.
Es un mes en el que las buenas acciones se facilitan y su recompensa es mayor. Es un mes en el que se nos anima a incrementar nuestra oración y por eso se lleva a cabo el Tarawih. Es un mes en el que toda la comunidad se vuelca en ayudarse unos a otros e incrementar las buenas acciones.
Esto, evidentemente, crea un ambiente en el cual la gente se siente inclinada al bien, incluso aquellos que generalmente no cumplen con todos los preceptos, es más, incluso aquellos que hacen cosas impermisibles durante el año y al llegar a este tiempo las dejan. Esto es a lo que llamamos el síndrome de Ramadán y de esto queremos hablar un poco más.
El síndrome de Ramadán
A pesar de que no suene muy bien, el síndrome de Ramadán es algo muy elogiable. Es una energía comunitaria que surge a raíz de varios factores.
1) Allah ha hecho este mes especial
Quizás la causa principal de este síndrome de Ramadán es que Allah ha hecho este mes especial eligiendolo entre otros meses. Es el mes en que el Corán descendió por primera vez. Dice en el Corán:
En el mes de Ramadán se hizo descender el Corán, dirección para los hombres y pruebas claras de la Guía y del Discernimiento. (La vaca, 2:185)
Allah eligió este mes para revelar el Corán y este evento tan importante para todo musulmán honra el mes completo, y por eso se dice también que Ramadán es el mes del Corán. Además de ser un mes en el que la buenas acciones son más fáciles y conllevan más recompensa.
2) Las buenas acciones son facilitadas
Dijo el Profeta, que la paz sea con él:
Cuando llega el mes de Ramadán, las puertas del Paraíso se abren, las puertas del Fuego se cierran y los shaytan son encadenados. (Al Bujari y Muslim)
Esto significa que en este mes nuestras buenas acciones cuentan más y estamo un poco más libres de las mala influencias. También dijo el Profeta:
¡Oh gente! Os ha llegado un mes grande y bendecido, un mes en el que hay una noche que es mejor que mil meses; un mes en el que Allah ha hecho obligatorio ayunar y en el que ha dispuesto como acción voluntaria pasar la noche en oración. El que ayuna durante este mes, se acerca a Allah con una buena acción voluntaria, es como aquel que hace una acción obligatoria fuera de este mes, y su acción equivale a hacer setenta acciones obligatorias en cualquier otro tiempo. Es el mes de la paciencia inalterable y su recompensa es el Jardín. Es el mes en el que se debe dar con generosidad, y es el mes en el que se incrementa la provisión del creyente. Si alguien da al que ayuna algo para romperlo, obtendrá el perdón por sus malas acciones y se le librará del Fuego; y además tendrá la misma recompensa que a quien da de comer, sin que ello disminuya sus recompensas en modo alguno”. (Sahih ibn Juzaymah).
Por estas razones encontramos fuerzas para hacer más acciones de adoración durante este més y de forma más fácil.
3) Ramadán refuerza los lazos entre familias y comunidades
Debido a la naturaleza del ayuno, de la comida del Suhur antes de Fajr y del Iftar después de Maghrib, al Tarawih que se hace en comunidad y a que se rompen algunos de los hábitos comunes que tenemos durante el año, esto hace que los lazos entre familias y el sentimiento de comunidad se fortelezca.
Debido a esto aquellos que actúan con rectitud y llevan cabo todas sus obligaciones durante el año, tienden a querer incrementarse en este mes. Aquellos que hacen lo justo durante el año, en este mes se esfuerzan por hacer un poco más. Y aquellos que durante el año no prestan atención y viven distraídos de sus obligaciones, en este mes comienzan a practicarlas y dejan lo prohibido.
Y esto es bueno. Debemos de cuidarnos mucho de recriminar o mirar con malos ojos a aquellos que durante el año viven distraídos y durante este mes hacen un esfuerzo por cumplir con lo obligatorio y dejar lo prohibido, puesto que no sabemos si a través de esto Allah les guiará a que se mantengan firmes durante todo el año.
Además, todos debemos de procurar incrementar nuestras buenas acciones y alejarnos de lo reprobable en nuestra propia medida, y ninguno estamos libres de faltas ni cumplimos con los obligatorio sin crítica. Por lo tanto en este mes hemos de centrarnos en nosotros mismos y procurar en todo lo que podamos ayudar a los demás a que mejoren, cada unos en la medida de sus capacidades.
De esta forma, el síndrome de Ramadán nos será de beneficio a todos.
Fuentes: El Noble Corán, Sahih Bujari, Sahih Ibn Juzaymah