Autor: Yalaluddin as-Suyuti
Mu’adh Ibn Yabal dijo: “Abu Bakr entró en un jardín cercado donde había una especia de paloma a la sombra de un árbol; al verla suspiró y dijo: ‘¡Fragante fortuna la tuya, oh pájaro! Comes de los árboles, disfrutas de su sombra y luego te vas volando sin rendir cuenta alguna. Ojalá Abu Bakr fuera como tú’”.
Al-Asmai’ dijo: “Cuando alababan a Abu Abkr, este solía decir: ‘Oh Allah, Tú me conoces mejor que yo, y yo me conozco mejor que ellos. Oh Allah hazme mejor de lo que ellos piensan, perdóname por lo que ellos no saben y no me regañes por lo que digan’”.
Abu Imran al-Yunai dijo: “Abu Bakr dijo: ‘Me gustaría ser un pelo en el costado de un esclavo creyente’”.
Muyahid dijo: “Cuando estab en oración y debido a su humildad temerosa, Ibn az-Zubayr solía parecerse a un trozo de madera”. Y luego dijo: “Me han dicho que Abu Bakr era igual”.
Al Hasn dijo: “Abu bakr dijo: ‘Oh Allah me gustaría ser un árbol del que se come y luego es cortado’”.
Qatdah dijo: “Me he enterado que Abu Bakr dijo: ‘Ojalá fuera el pasto que come el ganado’”.
Damrah Ibn Habib dijo: “Llegó la hora de la muerte a un hijo de Abu Bakr As-Siddiq,. Eljoven miraba de vez en cuando al colchón. Cuando murió dijeron a Abu Bakr: ‘Hemos visto que tu hijo miraba hacia el colchón’. Cuando lo apartaron del mismo descubrieron que debajo había cinco o seis dinares. Abu Bakr se golpeó un mano contra la otra mientras decía: ‘Ciertamente que pertenecemos a Allah y a Él hemos de volver. Fulano, no creo que tu piel sea lo bastante amplia para ello’”.
Zabit al-Banani relató que Abu Bakr solía citar como proverbio el siguiente poema:
“No cesarás de lamentas la muerte de un ser querido
hasta que tú seas (como) él,
y el joven alberga una esperanza
y acaba muriendo sin conseguirla”.
Ibn Sirin dijo: “Después del Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, nadie estaba tan sobrecogido por lo que no sabía como Abu Bakr. Tras Abu Bakr, nadie estaba tan sobrecogido como ‘Umar. En ocasiones se presentaba ante Abu Bakr un caso sobre el que no podía encontrar referencias en el libro de Allah o en la Sunnah, y entonces solía decir: ‘Me esforzaré al máximo para llegar a mi propia conclusión. Si es correcta, es porque procede de Allah. Si es equivocada procede de mí y pido perdón a Allah’”.
Fuente: Libro ‘Los primeros califas del Islam‘, publicado por Madrasa Editorial