El trato del Profeta con los nuevos musulmanes: un ejemplo a seguir

A todos nos gusta ese momento en el que un hombre o mujer, dice la Shahada, y toda la mezquita empieza a decir “Takbir, Allahu Akbar”

A todos nos gusta ese momento en el que un hombre o mujer, dice la Shahada, y toda la mezquita empieza a decir “Takbir, Allahu Akbar”

Por: Equipo Editorial

A todos nos gusta ese momento en el que un hombre o mujer, dice la Shahada, y toda la mezquita empieza a decir “Takbir, Allahu Akbar”; no se puede negar que ser testigo de cómo alguien ha encontrado el camino verdadero, y ha dado un paso para acercarse a Allah es un momento maravilloso.

Pero, ¿qué es lo siguiente? ¿Cómo va a recibir la comunidad musulmana a este nuevo musulmán? ¿Qué consejos se les dará y cómo van a empezar su largo camino de aprendizaje en el Din de Allah?

A veces consideramos que la Shahada es el último paso de Dawah, y podemos ser negligentes o considerar menos importante el aprendizaje después de la Shahada.

A continuación les dejamos cuatro aspectos que no se deben pasar por alto en el trato al nuevo musulmán o musulmana.

  1.       Reconocer las aptitudes de los recién llegados

El Profeta (saws) dijo:

Los individuos son como los metales de oro y plata. Los mejores de ellos antes del Islam (periodo de ignorancia) lo fueron también después del Islam si lo entendieron y aprendieron correctamente. Y los espíritus son como soldados ordenados en grupos. Se conocen según su naturaleza, sea buena o mala. Cuando se parecen las naturalezas, se reconocen y se juntan. Y cuando no se parecen, se desconocen y se separan.” (Muslim).

Todo ser humano tiene una serie de habilidades y aptitudes únicas, y el Profeta reconocía este hecho y motivaba a la gente a desarrollar sus capacidades desde el momento en el que se hacían musulmanes. Dos leyendas de la historia del Islam, Jalid ibn Al-Walid y ‘Amr ibn Al-‘As, se hicieron musulmanes en el mismo día y defendieron profundamente el Islam.

Jalid fue el que dirigió a los musulmanes a conquistar Iraq, Persia, Armenia, Shaam (Siria y Líbano). ‘Amr ibn Al-As fue el que extendió Islam en Palestina y Egipto.

Imagina el gran impacto que estos dos hombres tuvieron, y cuánta gente fue introducida al Islam gracias a estos dos nuevos conversos.

Es interesante apuntar que ambos habían luchado contra el Profeta y los musulmanes, especialmente Jalid ibn Al-Walid, quien fue una de las razones de la derrota de los musulmanes en la batalla de Uhud. Además Jalid fue el líder de los musulmanes en muchas batallas, habiendo compañeros del Profeta que sabían mucho más Corán que él y que habían hecho la Shahada muchos años antes. Aunque también sabemos que Jalid tomó decisiones erróneas debido a su desconocimiento, pero eso no hizo que sus talentos se desmerecieran.

  1.      Dar una atención especial a los nuevos musulmanes

‘Amr ibn Al-‘As estaba asombrado por la atención tan especial que el Profeta le daba. Él realmente pensó que era el compañero al que el Mensajero de Allah más amaba, y le preguntó directamente un día:

‘Amr: ¿Oh Profeta de Allah quién es la persona a la que más amas?

Profeta Muhammad: A A’isha

‘Amr: ¿De los hombres?

Profeta Muhammad: A su padre (Abu Bakr As-Siddiq)

‘Amr: ¿Y después quién?

Profeta Muhammad: Después ‘Umar

En palabras de ‘Amr: “Tras esto, el Profeta empezó a decir nombres, y esto me hizo permanecer callado, temiendo que me pusiera al final de la lista…” (Al-Bujari)

El Mensajero de Allah tenía ese dulce efecto en todos a su alrededor, especialmente para los nuevos musulmanes lo que hizo que ‘Amr pensara que era el mejor de los compañeros a ojos del Profeta.

  1.      Labor de Dawah desde el primer día

Algunos de los compañeros del Profeta tuvieron que hablar sobre Islam desde el primer día, y se les dio cursos de Dawah para ese cometido. At-Tufail ibn ‘Amr Ad-Dawasi aceptó Islam en los primero tiempos de Meca, e inmediatamente volvió a su tribu para emitir el mensaje de la verdad. Tenía una manera un poco dura de hacer llegar a la gente Islam ya que les decía: “¡O te haces musulmán o no te vuelvo hablar!”.

Este método no funcionaría en los tiempos que corren, pero aparentemente resultó en ese momento para algunos de los miembros de su tribu, aunque no todos.

Volvió al Profeta (era la segunda vez que se encontraba con él después de haber aceptado Islam) y se quejó de su gente. El Profeta hizo du’a para los Daws (su tribu) y le dijo:

Vuelve con tu gente, llámalos a Allah y sé tolerante con ellos”. (Ibn Ishaq).

  1.      Cambio gradual en el comportamiento de las personas

Puede que haya personas que acepten la idea de someterse a un Dios. Pero quizás encuentren más problema en algunas de sus órdenes (cubrirse, Ramadán etc.). La tribu de los Thafiq accedieron a aceptar Islam pero le dijeron al Profeta: “No daremos ninguna caridad, y no lucharemos en la causa de Allah”.

El Profeta aceptó esa condición, y les dijo a sus compañeros:

Darán caridad y lucharán cuando acepten Islam”. (Abu Dawud)

Podemos ver en este ejemplo que el Profeta reconocía las debilidades de la gente y el trato que les daba basándose en eso.

Debemos por lo tanto ser tolerantes con los demás, y entender que hay cosas que les supondrán una gran dificultad es sus vidas por lo que tendremos que gradualmente ayudarle a incorporar esos aspectos, siempre y cuando no se expongan las bases esenciales del Din.

 

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