Por: Imam Ahmed Bermejo
Siervos de Allah, sabed que Allah, subhanahu wa ta’ala, ha creado en nosotros el deseo y el instinto de vivir en sociedad. No hemos sido creado para vivir aislados y apartados del mundo. El ser humano necesita de sus hermanos, ya que si está solo es débil, y con ellos es fuerte. Un hombre solo podrá llegar hasta cierto punto y no será capaz de superarlo. En cambio, el hombre rodeado de otros hombres fuertes, que se apoyan y confían los unos en los otros, puede llegar a donde se lo proponga.
Para que esto se convierta en una realidad, debemos crear y fortalecer vínculos. Es nuestra responsabilidad y nuestra obligación como musulmanes crear vínculos entre nosotros que estén basados en el amor a Allah y a Su Mensajero, no en los asuntos de este mundo, ya que una de la categoría de personas que estarán bajo la sombra del Trono de Allah el día en el que no haya más sombra que la Suya son dos hombres que se aman por Allah, se unen por Él y se separan por Él.
Este vínculo basado en el amor a Allah requiere de una condición, una condición sin la cual no se podrá establecer con firmeza, una condición que es de hecho la que permite el amor a Allah, una condición que en este mundo de hoy se va perdiendo cada vez más, una condición cuyo valor es innegable y su importancia inestimable; esa condición tan necesaria es la confianza.
La confianza entre los hombres es una cualidad loable y digna de alabanza; aporta tranquilidad y sosiego a los nufús. Todo el que posee esta noble cualidad es amado por el resto de la gente noble; se acercan a él, le imitan en sus palabras y en sus acciones, se apoyan en él en los momentos de dificultad, buscan su consejo y su opinión y tienen plena seguridad de que esa persona jamás les va a traicionar.
Es mediante la confianza como se afianzan y estrechan los vínculos. Es mediante la confianza la manera en que la hermandad, a las que nos llaman Allah y Su Mensajero, se convierte en una realidad, pues la confianza es lo que te da la seguridad necesaria para hablar sin tapujos con tu hermano, para buscar su consejo, para dejar tu riqueza y tus bienes en sus manos, para dejarle aquello que te importa, pues sabes que ese hermano tuyo, esa persona en la que confías, no te va a traicionar. Y entonces, cuando existe esta confianza, es cuando se puede establecer una familia, una comunidad, una sociedad fuerte y firme, una comunidad como lo fue la mejor de las comunidades, la comunidad de los Compañeros del Mensajero de Allah.
Siervos de Allah, ciertamente la confianza es totalmente necesaria en todas nuestras relaciones; la es con nuestra autoridad, ya que confiamos en ella, confiamos en que todas las decisiones las toma por nuestro bien, que desea en todo momento lo mejor para nosotros, y aunque en ocasiones podamos no compartir esas decisiones, eso no quiere decir en ningún momento que podamos perder la confianza que tenemos en ella, ya que si la perdemos, se sembrará en la Tierra la corrupción y veremos cómo los enfrentamientos y las disputas empiezan a crecer, ya que se habrá perdido la base para que toda relación florezca, y esa base es la confianza.
Es necesaria también en nuestra relación con nuestras mujeres y nuestros maridos, en nuestras relaciones matrimoniales. El vínculo que ha de existir entre nosotros, previo incluso al amor, tiene que ser un vínculo de confianza, ya que si no existe la confianza, ¿cómo podemos pretender crear una familia, que es la base de toda sociedad?
Es necesaria en la relación entre los padres y los hijos, entre los mayores y los jóvenes, aunque a veces cueste comprenderlo, ya que los padres siempre buscan lo mejor para sus hijos. Les dan consejos basados en la experiencia que ellos han vivido; no lo hacen por orgullo ni para ser escuchados y respetados, sino porque buscan lo mejor para ellos, porque han tenido experiencias que les hacen ver la vida de una manera diferente a como la ven los jóvenes. Sin ellos estaríamos perdidos. Si esa confianza entre un hijo y su padre se pierde, si esa confianza entre los mayores y los jóvenes no existe, ¿cómo podemos pretender que una comunidad de gente florezca?
Es necesaria en la relación con nuestros hermanos, hermanos a los que nos une el vínculo del Islam. Si no somos capaces de confiar en nuestros hermanos, ¿en quién vamos a confiar? Pero, para ganarse esa confianza, hay que tener un buen trato, hay que esforzarse en impregnarse de las nobles cualidades de carácter y comportamiento, ya que una persona, por el único hecho de ser musulmana, no significa que tenga que ser una persona digna de confianza, sino que esa confianza debe ganársela. Y se consigue aplicando el Islam, el Imán y el Ihsán, se consigue deseando para nuestros hermanos lo que deseamos para nosotros mismos. El que sea así será una persona digna de toda nuestra confianza, una persona en la que podremos apoyarnos, una persona que nos librará de muchos de los problemas que vemos a nuestro alrededor en este mundo convulso.
Oh Allah, te pedimos que nos hagas ser gente digna de confianza, gente que confía y gente en la que se puede confiar.
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Siervos de Allah, ciertamente la relación que más merece nuestra confianza es nuestra relación con Allah, una relación a la que todos nosotros nos hemos comprometido, una relación que todos hemos aceptado; y la base de esa confianza es estar complacidos con todo lo que Allah ha decretado para nosotros, ya que confiamos en que Allah no quiere el mal para nosotros ─y ciertamente no lo quiere─ y en que, si nos ocurre alguna desgracia o alguna dificultad, es porque con ello Allah nos está poniendo a prueba o nos está librando de una dificultad aún mayor.
Todas las repercusiones de la confianza, sean en las relaciones que sean, siempre serán buenas para nosotros. Si nos confiamos a una persona y esa persona nos traiciona, no habrá ningún mal para nosotros. Ella tendrá que rendir cuentas ante Allah por lo que ha hecho; nosotros no tendremos que hacerlo. Y, ciertamente, el que traiciona cuando alguien pone su confianza en él está actuando como lo hacen los hipócritas, que Allah nos libre de ellos.
Dijo el Mensajero, sallallahu alaihi wa sallam:
“Hay cuatro cosas que quien las tiene es un hipócrita absoluto, y quien tiene una de ellas posee uno de los rasgos de la hipocresía mientras no la abandone: cuando se confía en él, traiciona; cuando habla, miente; cuando se compromete en un trato, defrauda; y cuando está en una disputa, actúa con malicia”.
Tened temor de Allah, siervos Suyos. Sabed que todo es una cuestión de confianza, que todo el bien está en la confianza y todo el mal está en la traición. Ganaos la confianza de vuestros hermanos mediante vuestro buen comportamiento. Esforzaos por ser hombres y mujeres dignos de confianza, hombres y mujeres que confían en Allah y en Su Mensajero, que confían en su autoridad, en sus padres, en sus madres, en sus maridos, en sus mujeres, en sus maestros, en sus hermanos. Hombres y mujeres que confían y en los que se puede confiar. Si lo somos, seremos capaces de cambiar nuestro futuro. Si está presente la confianza en nosotros, en todos los niveles, floreceremos y entonces estaremos imitando a la mejor comunidad que ha surgido para el bien de los hombres, la comunidad del Mensajero de Allah y sus Sahaba, la comunidad de Madina Al Munawarah. Y con el permiso de Allah, nos reuniremos con estos hombres y mujeres en el Jardín.
Oh Allah, te pedimos que nos hagas ser de los que, por ser dignos de confianza y por confiar en Ti y en nuestros hermanos, estarán en el Jardín.
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Jutba pronunciada en la Mezquita Mayor de Granada el 17/04/2015