¿Es obligatorio cambiarse el nombre al hacerse musulmán?

Hay mucha gente que se cambia el nombre al hacerse musulmán, pero ¿es obligatorio hacerlo?

Hay mucha gente que se cambia el nombre al hacerse musulmán, pero ¿es obligatorio hacerlo?

Por: John (Yahya) Ederer

Era el verano de 1999 en Tulsa (Oklahoma) y entré en una tienda de sándwiches con mis pantalones caídos y la gorra hacia un lado, miré al que parecía un hombre griego detrás del mostrador y le dije: “Ponme un gyro con extra de salsa”. Cuando me senté oí que el hombre contestaba al teléfono con un As-Salamu `alaykum (saludo de paz de los musulmanes) y pensé: “Wow, ese tío griego es musulmán”. Yo había estado leyendo el Corán durante más de un año y era consciente de que era el Mensaje de Dios, pero llevaba una vida corrupta que se interponía en mi camino. Solo conocía a tres musulmanes, pero no practicaban por lo que no tenían ni idea dónde podía encontrar una mezquita. Así que cuando fui a por mi Gyro, le dije: As-Salamu Alaiakum. Me miró de arriba a abajo y me preguntó: ¿eres musulmán? Confuso por su pregunta, rápidamente afirmé y le dije: “Sí tío, ¿puedes decirme dónde hay una mezquita por aquí? Él no tenía ni idea de qué era una mezquita hasta que le expliqué lo que era y me dio la dirección de una masyid recién construida. Entonces le pregunté si había muchos griegos musulmanes y me dijo: “¡No soy griego, soy sirio! Fue la primera vez que escuché hablar de Siria en mi vida. Hay mucho que aprender de ese encuentro, lo primero es que debemos hacer más y mejor da’wah (llamada al Islam).

Al día siguiente fui a la mezquita sobre la 1 de la tarde. Entré y gracias al desorden que suele haber, vi unos zapatos enfrente de la puerta de la sala de oración (musalla); me quité los zapatos, vi a un hombre rezando y empecé a rezar a mi manera, lo que había aprendido al ver a Denzel Washington en la película de Malcolm X, cuando este está rezando durante su peregrinaje a La Meca. Cuando salía, el señor mayor me siguió y me dijo: “Salaam”. Y yo le contesté -luego me preguntó si yo era musulmán y le dije que sí. Luego me preguntó que cómo me llamaba y le dije que John. Me dijo: “No, no. Ese no es un nombre musulmán. Ese es nombre de Kuffar (no creyente)”. Y me quedé ¿cóóómo? Y dijo, sí, ese no es un nombre islámico. Así que le dije que John significa “Dios es Misericordioso” y que es el nombre del primo de Jesús, un profeta que se menciona en el Corán. Pero dijo: “No, su nombre es ‘Isa y su primo es Yahia, por lo que te llamas Yahia”. Pensé, vale, este tío va en serio, volviendo al original…

Desde ese día, todos los hombres y mujeres musulmanes me llaman Yahia. Es un nombre muy bonito y no me importa que me llamen así, pero como hemos mencionado anteriormente no era exactamente el nombre del profeta primo de Jesús, y tampoco era ‘Isa el nombre con el que llamaban a Jesús. John era algo como Yohanna y Jesús algo como Yeshu’a. En el momento que me di cuenta de que esto era una arabización de los nombres para facilitar la lectura del Corán en árabe, me arrepentí de haberme cambiado el nombre, ya que ahora me parecía islámicamente lógico haberme quedado con mi nombre inglés para facilitarlo a los ingleses. Entonces:

¿Es obligatorio, desde una perspectiva islámica, cambiarse el nombre cuando una persona se hace musulmana?

La mayoría de los eruditos de la historia dicen que es obligatorio cambiarse el nombre si este representa otra creencia politeísta o si es un nombre con un significado negativo. Por ejemplo, si es un nombre cristiano, con un significado contrario a las creencias del Islam, al convertirse al Islam, se cambia. Esta práctica común de animar a un nuevo musulmán a cambiarse el nombre no es una enseñanza del islam, ya que el Profeta (que la paz sea con él) dejó a casi todos sus compañeros con nombres comunes que tenían poco o ningún significado como Umar, Talhah o Jadiya etc. Algunos de ellos se convirtieron en grandes guías. De hecho, Salmán es un nombre persa, y a pesar de que el Profeta (SAWS) fue testigo cuando se convirtió al Islam y pasó mucho tiempo con él, nunca le sugirió que se cambiase el nombre. Solo cambiaba los nombres de aquellos que indicaban la adoración de otro que Allah o los nombres con significados negativos como los siguientes:

  1. ‘Assiyah (pecadora) a Yamila (bonita)
  2. Abdul-shams (siervo del Sol) a Abdul-Rahman (siervo del Dios Misericordioso)
  3. Haram (prohibido) a Halal (permitido)
  4. Thalim (opresor) a Rashid (el bien guiado)
  5. Harb (guerra) a Muslim (comprometido con Dios)

Mirando hacia atrás, tras haber aprendido sobre las ciencias del Islam y sus objetivos, me he dado cuenta que el hombre que quiso cambiar mi nombre, era sincero pero ignorante sobre la imagen del Islam en América. Me di cuenta de ello cuando estaba sentado con un sheikh (erudito) de Egipto que me preguntó mi nombre. Le dije Yahia, a lo que me respondió: “¡Ese no puede ser tu nombre!” y me quedé como: “Eh al-Kalam dah?” (¿Qué dice este hombre?) Así que le intenté explicar por qué era ese mi nombre islámico. Me contestó, “ghalat” (estás equivocado). Luego me dio dos razones por las que no debería haberme cambiado el nombre y porqué debería volver a llamarme John:

  1. El Islam nos enseña a tener el mayor respeto por nuestros padres, sean musulmanes o no. Esto se muestra claramente en los versos del Corán que nos obligan  a hacerlo y en algunos se especifica que la única excepción es en la obediencia a un padre que te lleva a un mal camino. Cambiarte el nombre no solo elimina e invalida la primera interacción que tus padres tuvieron contigo, sino que además es como si te separases de tu familia, que se puede percibir como romper los lazos con ellos.
  2. Si tu nombre original no es contrario al Islam, entonces será de beneficio a la religión (da’wah). Cuando la gente ve que Matt, Dave, Robert, Sara… son musulmanes pero su idioma y sus costumbres son iguales que ellos, se evitará que el islam parezca una “religión extranjera”. Además, como dice el hadiz del Profeta Muhammad: “Facilita las cosas para los demás y no las hagas difíciles. Ten buenas relaciones y no apartes a la gente”. (Bukhari 69)

Está claro que si a alguien se le conoce con un nombre durante mucho tiempo, sería difícil volvérselo a cambiar. Pero de hecho, como dijo el Shaykh, mi madre estaba ofendida y me dijo que “mis hermanos” podrían llamarme como quisieran, pero que ella me seguiría llamando John. Cada persona puede tener el nombre que quiera, siempre que tenga un buen significado, y no es asunto de los demás. Lo que quiero expresar en este artículo es que no es parte de la sunna (tradición del Profeta) cambiar el nombre de alguien cuando se hace musulmán. Si alguien, por su propia voluntad, quiere cambiarse el nombre, está en todo su derecho,  pero no animes a los demás ya que los beneficios están ahí para tomarlos. ¡Y Dios sabe más!


Fuente: http://www.virtualmosque.com/ Traducido y editado por Nuevos Musulmanes

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