Fui musulmana toda mi vida y no lo sabía

Por: Redacción

Mi nombre es Angela. Sinceramente, no estoy muy segura de dónde comenzó mi viaje.

Crecí como un estadounidense. Crecí en una reserva, probablemente no es algo con lo que muchos estéis familiarizados, pero éramos muy espirituales.

Mis abuelos siempre me hablaban del creador y me contaban historias. Crecí escuchando esto.

Cuando tenía 10 años, todos nosotros, niños indios nativos americanos, fuimos enviados a un internado católico porque supongo que pensaron que eso nos haría más estadounidenses.

Así que pasé dos años en un internado católico y nada de ello tenía sentido para mi. Lo único que realmente aprendí después de los dos años es que definitivamente no era católica.

A medida que fui creciendo, la gente comenzó a preguntarme: “¿Cual es tu religión?”

Y siempre decía: “Realmente no lo sé”.

Los indios nativos somos espirituales, pero no tenemos un nombre para eso. Es una forma de vida. Pasas todo el día en oración, y los ancianos siempre nos dicen que debemos caminar en oración. Se supone que cada paso es una oración. Y mientras haces esto, estarás viviendo como deberías. Pero no tenemos un nombre eso.

Era algo realmente confuso cuando las personas preguntaban: “¿Cuál es tu religión?”

Entonces comencé a informarme sobre otras religiones. Empecé a estudiarlas todas. Cualquier religión sobre la que pudiera encontrar información, pensaba y ‘¿esto qué es?’.

Eventualmente, llegaba a un momento con todas ellas en el que pensaba: “Esto simplemente no tiene sentido”.

No importa cuántas veces al día rece, nunca voy a ser un dios, no está pasando.

La vida seguía pasando. Después de un tiempo, conocí a un musulmán y comenzamos a hablar. Y mientras hablábamos pensaba: “¡Guau! ¿Realmente hace eso? Yo también”.

Llegué a un punto en el que pensé que tal vez necesitaba leer más sobre esto. Así que fui a internet y comencé a leer todo lo que podía; y todo tenía sentido… La mayor parte de ello eran cosas que ya había escuchado de mis abuelos.

Seguí leyendo y un día fui a una tienda de comestibles donde encontré una pequeña caja. Eran libros que la gente dejaba para que otros los comprasen y el dinero se donaba a obras de caridad.

En la parte superior de la pila, había un montón de libros sobre el Islam. Y pensé: “¡Genial! ¡Esto es asombroso!

Compré toda los libros que encontré, me fui a casa y comencé a leerlos. Y esto realmente tenía sentido.

Entonces decidí que iba a tratar de leer el Corán. Conseguí uno y comencé a leerlo. Al principio, me sentí un poco rara por la cantidad de cosas que estaba leyendo y las cosas que había escuchado de mi abuelo. Encontré diferencias.

Pero luego seguí leyendo el Corán y pensé: “¡Guau! ¡He estado haciendo esto toda mi vida y nunca lo supe!”.

Entonces llegó a un punto en el que todo simplemente tenía sentido. Y aquí estoy.


Fuente: http://aboutislam.net/ Traducido y editado por Nuevos Musulmanes

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