¿Hay esperanza de paz en el conflicto de Palestina?

Un niño palestino mira a un soldado israelí junto al muro ilegal es West Bank, Palestina

Un niño palestino mira a un soldado israelí junto al muro ilegal es West Bank, Palestina

Por: Jeremy R Hammond

Este es un extracto de un artículo que explica en profundidad las diferentes facetas del conflicto Palestino-israelí publicado por Foreign Policy JournalEs cierto que se puede hacer mucho más análisis de la situación basados en perspectivas y datos diferentes al igual que es cierto que el sufrimiento del pueblo palestino no tiene justificación. Pero nos ha parecido que el análisis de Jeremy R. Hammond es muy pertinente y basado en un entendimiento de lo que es posible hacer, y no solo de lo que nos gustaría que sucediese.  

Popularmente se cree  que el conflicto palestino-israelí es inevitable, demasiado complicado para encontrar una solución práctica, lo que lleva a la resignación de que va a persistir siempre. Esto es incorrecto. Hay una solución, que la debe aplicar la ley internacional. Sin embargo, Israel y E.E.U.U. han estado luchando para evitar esto a través del “proceso de paz”, que se basa en la oposición de la aplicabilidad de estos tratados, como La Carta de las Naciones Unidas y el Convenio de Ginebra, y en su lugar, aumenta los deseos de Israel sobre los derechos de Palestina.  

Y los medios de comunicación se adaptan a ellos, calificando al territorio del Este de Jerusalén como “disputado”, un argumento repetido ad nauseam.

¿Qué se puede hacer sobre esta situación? ¿Cómo pueden ver los Palestinos justicia y como se puede conseguir la paz?

La respuesta es simple. Los ciudadanos deben dejar de esperar que el gobierno solucione el problema. Hay que llegar a reconocer que el gobierno es parte de él. Esto incluye a la ONU, que desde el principio ayudó a crear este conflicto, y que sigue haciendo una labor engañosa. Si somos más explícitos,  la secretaria de la ONU bajo el mandato de Ban Ki-moon ha sido cómplice de la opresión de Israel a los palestinos (por ejemplo, haciendo negociaciones “sin requisito previo” en su papel como socio en el Cuarteto, que es un eufemismo que significa básicamente que los palestinos deben dejar de pedir que Israel frene la construcción de su asentamiento ilegal antes de responder con argumentos como los “procesos de paz” llevados por EE.U.U.).

Israel actúa con tal impunidad porque tiene el respaldo de los gobiernos más poderosos del mundo. El gobierno de Estados Unidos, sigue con su complicidad en la opresión de Palestina  porque los medios de comunicación han consentido sus políticas criminales. La mayoría de los americanos tiene una percepción del conflicto que se aleja de la realidad. Lo que se conoce del tema no tiene nada que ver con la verdadera naturaleza del conflicto.

Esto debe cambiar. Lo que se necesita es un cambio de ideas. El público debe dejar de creerse todas las mentiras y la propaganda. Los americanos, y todos los demás ciudadanos deben de informarse en condiciones. Hay quien, aun así se mantendrá con la misma perspectiva de los hechos y hay quien sus propios perjuicios lo cegará de la verdad. Pero aquellos de nosotros, honestos e interesados de verdad en las víctimas de la violencia -tanto los judíos como los árabes- tenemos una responsabilidad de educarnos  y compartir nuestros conocimientos con los demás.

Debemos transmitir el conocimiento a un grupo considerable de ciudadanos, llegar un punto en el que las personas estén realmente tan informadas de la verdad del conflicto que no será posible para el gobierno de Estados Unidos continuar su política de status quo de ocupación y opresión. Esto incluye también a ciudadanos de otros países, cuyos gobiernos, incluso aquellos que dicen apoyar los derechos de Palestina, están cegados ante la realidad de que el “proceso de paz” ha sido diseñado para prevenir una solución de paz y que por consiguiente actúa como cómplice defendiendo la continuidad de esta farsa. Este marco de negociaciones necesita ser reemplazado con un proceso real de paz, uno que no rechaze la aplicación de la ley internacional, y que no sea perjudicial para aquellos que viven bajo la ocupación de un régimen opresivo; en el que los oprimidos no estén obligados a “negociar” con sus invasores sobre hasta qué punto pueden conservar su propia tierra.

El mundo se mueve en esta dirección, sin ningún confort para las víctimas. La Unión Europea, por ejemplo, ha revisado las normas para que los bienes producidos en los asentamientos ilegales de Israel estén etiquetados como tal. El creciente movimiento de Boicot, Desinversiones, Sanciones (BDS) puede atribuirse cierto éxito en este tema, pero hay otro factor importante que se suele ignorarse que llevó a este progreso: el reconocimiento en 2012 de Palestina como un estado no miembro observador.

El reconocimiento de la ONU de Palestina como estado lleva al acceso de instituciones internacionales legales como el CIJ y el CPI, al cual la Autoridad Palestina podrá acudir para buscar soluciones legales ante las transgresiones de Israel de la ley internacional.


Fuente: http://www.foreignpolicyjournal.com Traducido por Nuevos Musulmanes

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