Por: Dr. Atiyah Al-Weeshy
Para que la intención sincera de hacer el Hajj surja en el interior de musulmán, se requiere hacer más de lo que comúnmente hace un turista. No es un viaje en el que vayamos a visitar monumentos o estudiar la historia de un lugar, por muy interesante que esta sea, por lo que requiere una preparación diferente.
Más allá de esto, la experiencia sobrepasa estos fenómenos y llega al corazón de los valores de la adoración y de los estados espirituales que viene de la Gracia de Dios, que provee al musulmán con lo necesario para una vida libre y noble.
El Hajj es uno de los pilares del Islam y un acto de adoración el cual Dios hizo obligatorio para sus siervos. También es una de las mejores acciones que una persona hace para ganar el beneplácito de Dios.
Aun así, muchos de los que llevan a cabo el Hajj no terminan de entender, por falta de reflexión quizás, la valiosas indicaciones de este rito que podemos extrapolar para toda la vida. A vece incluso no se paran a pensar sobre el propósito y objetivo por el que este acto fue hecho obligatorio.
Por esta razón vamos a resaltar algunas indicaciones para este viaje y que así los que lo emprendan lo hagan con más conocimiento y puedan evitar las faltas y sacarle el máximo beneficio.
Primero: la posibilidad física
A los que nos referimos por la ‘posibilidad física’ es a disponer de dinero obtenido por medio legales, que no pertenece de forma legítima y que está libre de sospecha y ganancia ilícitas. En el Corán Allah dice:
Hay en ella signos claros. Es el lugar de Abraham y quien entre en él estará seguro. Allah ha prescrito a los hombres la peregrinación a la Casa, si disponen de medios. (Corán, 3:9)
El beneficio de la usura, las transacciones fraudulentas, el azar o el tráfico ilegal no son ganancias con las que se pueda emprender una acción para complacer a Dios.
El tener la ‘posibilidad’ tampoco puede darse por haberse echado encima el peso de una deuda o algo similar.
Por lo que se debe de aplicar la contención para asegurarnos de que todas nuestras ganancias son de procedencia lícita y que nuestras acciones en el día a día no comprometan nuestra vida en la Otra Vida.
Busca, a través de lo que Allah te ha dado, la morada de la Otra Vida (Corán: 28:77)
Esta vida se puede comparar a un viaje en el que el hombre empieza en pañales y acaba envuelto en un trozo de tela blanca, que se parece a la vestidura que se utiliza durante el Hajj y por la que el peregrino es recordado de esta realidad inevitable. Esto obliga al musulmán a exigirse disciplina en su vida y reconciliarse consigo mismo de una forma que complazca a Dios.
Segundo: arrepentimiento sincero
El arrepentimiento sincero refleja la forma en la que un musulmán entiende la naturaleza del Hajj y siente su considerable magnitud. Pero hay gente que va al Hajj mientras que su corazón aún tiene que dejar malos hábitos y cualidades negativas. Hacen el Hajj estando sobrecargados con los derechos debidos a otras personas a las cuales pueden haber agraviado y por esto quizás su Hajj no sea aceptado tal y como esperan.
Mientras que el volverse a Dios en arrepentimiento es obligatorio en todo momento, lo es incluso más cuando se hace el Hajj. El musulmán que va a ser el invitado de Dios tiene mayor obligación de dejar a un lado todos los pesos del corazón para que su corazón no alberge nada que puede afectar a una relación pura y digna con Dios.
El volverse a Dios en arrepentimiento sincero es solo sincero si cumple tres condiciones: dejar la mala acción que se estaba haciendo, arrepentirse de ella y tener la intención de no volver a ella. Si la falta que estábamos cometiendo afectaba a otra persona, entonces el arrepentimiento de esa acción tiene que estar conjunto a reestablecer el derecho que hayamos arrebatado a esa persona o pedirle que nos lo perdone.
Tercero: una intención sincera
El peregrino ha de tener buena intención cuando emprende el viaje a la Casa Sagrada. Es conveniente que el peregrino dedique un tiempo previo antes de emprender el viaje a estudiar y entender lo que va a llevar a cabo y a apartarse un poco de la vida cotidiana diaria que nos puede distraer de mejores propósitos.
La intención es el criterio por el que se aceptan o rechazan las buenas acciones. El Profeta Muhammad, que la paz sea con él, dijo:
“Las acciones son juzgadas de acuerdo a su intención, y una persona será recompensada de acuerdo a dicha intención”. (Al Bujari y Muslim)
De esta manera quien haga el Hajj buscando algún beneficio mundano como fanfarronería, por reputación, fama o algún honor mundano, su Hajj probablemente no será aceptado y no obtendrá la recompensa de este.
En el Corán Allah dice:
A quienes hayan deseado la vida de de este mundo y su ornato, les remuneraremos en ella con arreglo a sus obras y no serán defraudados en ella. Ésos son los que no tendrán en la otra vida más que el Fuego. Sus obras no fructificarán y será vano lo que hayan hecho. (Corán, 11:15-16)
La intención sincera en el Hajj, y por esta buscar la complacencia de Dios, es uno de los determinantes de una correcta destinación del estado del peregrino, especialmente de su corazón. Hace que el peregrino se vuelva de las distracciones de este mundo hacia Dios cuando se encuentra haciendo la peregrinación.
Cuatro: desapego de la vida de este mundo
Hay más puntos en común y enseñanzas entre la preparación y circunstancias del Hajj y las que se dan en el momento de dejar este mundo, que hacen que emanen algunas situaciones parecidas entre estos dos fenómenos.
Así el peregrino se desapega de este mundo cuando deja sus ropas habituales y entra en el estado de consagración ritual conocido Ihram. Al hacer esto el peregrino se entrega tanto de forma física como moral.
De esta forma el peregrino no debe ocuparse con asuntos que le recuerdan a esta vida y que le distraen de las bendiciones y beneficios del Hajj. Allah dice en el Corán:
Así es. Y quien respeta las cosas sagradas de Allah… Estoprocede del temor reverencial de Allah que tienen los corazones. (Corán 22:31)
Por lo que dejar los asuntos de este mundo en estas honorables circunstancias es deseable y recomendable para el hombre pueda adentrarse en el espacio Divino con paz y tranquilidad de espíritu.
Hay algunas acciones que el musulmán ha de llevar a cabo para adoptar este desapego de la vida mundana:
- Resolver las disputas morales con otros; las quejas deben ser reparadas, las controversias y disputas deben resolverse, y se debe de buscar el perdón de la gente, especialmente el de los padres, que se debe de hacer obedeciéndoles, buscando su complacencia y satisfacción y pidiéndoles que hagan duaas por la aceptación de nuestro Hajj.
- Se deben de pagar las deudas, devolver los depósitos y escribir un testamento. También se recomienda que el peregrino aconseje a su familia e hijos a tener taqwa y obedecer a Dios.
Quinto: las provisiones del viaje y la compañía
Este no es un viaje en el que se requieran mucha provisiones, sino que se recomienda que uno se aprovisione de aquellas cosas que le acercan a uno a Dios como son las buenas acciones, las buenas intenciones y Su recuerdo constante, para que el deseo del viajero de alcanzar su destino sea cumplido. Dice Allah en el Corán:
¡Aprovisionaos! Aunque la mejor provisión es el temor de Allah …¡Temedme, pues, hombres de intelecto! (Corán 2:197)
No hay que decir que el temor reverencial de Dios –taqwa, deber ser debidamente atendido durante este viaje dado que hay quien al emprenderlo olvida llevar con él una copia del Corán, se olvida de recordar a Dios durante el viaje y de pedirle y reflexionar sobre los signos y bondades de Dios en la creación o no se deja recordar de la importancia de volverse a Él en arrepentimiento por las faltas cometidas.
Al contrario, creen que volver a fuentes de distracción mundanas y olvidarse de esto les hará más fáciles las dificultades del viaje. Esta es la razón de que lleven con ellos todo tipo de aparatos tecnológicos u otros utensilios que los distraen. Uno debe procurar apartarse de todo lo que es claramente incorrecto, pero también de todo aquello que no es recomendable hacer.
El peregrino debe de buscar la cercanía con Dios también a través de mantener una compañía que le ayude a mantenerse en Su recuerdo y apartarse de acciones como la calumnia, el hablar mal de la gente, le hablar demasiado, etc. Esto es algo que se debe pensar cuidadosamente cuando se está preparando el viaje para no encontrarnos después con sorpresas desagradables.
“Elige el compañero antes del camino a seguir” el algo que se debe tener en consideración en el contexto de cualquier viaje, y de este en particular, puesto que quizás solo se haga una vez en la vida.
La buena compañía refuerza la decisión de hacer el bien, alivia la soledad y urge al viajero a aprovisionarse de aquellos que será útil en la otra vida.
Dice un antiguo poema árabe: “¿Aceptas acompañar a quien Se ha aprovisionado (para la otra vida) mientras tú no?”
Traducido y adaptado por el Equipo Editorial de www.new-muslims.info