Por: Zohair Abdul-Rahman
Ibn Ḥazm (d. 456 AH), el famoso erudito del Islam de Al Andalus dijo: “He buscado un objetivo común entre la humanidad, hacia el que todos estarían de acuerdo en esforzarse por alcanzar la excelencia. No he encontrado nada más que el eliminar la ansiedad [hamm]” [4].
La búsqueda del equilibrio emocional y la eliminación de la ansiedad es una meta universal y continúa hasta hoy. A pesar del inmenso progreso científico y los avances médicos que se han logrado en los últimos siglos, parece haber una disminución en la salud mental. Las tasas de depresión han aumentado dramáticamente entre 1988 y 2008 en los Estados Unidos [5]. Se ha encontrado que el uso de antidepresivos en la población aumentó un 400 por cien dentro de este marco de tiempo [6]. La tasa de suicidio se triplicó en los jóvenes (entre 15 y 24 años) entre 1950 y 2000 [7]. Para la población de mediana edad, las tasas de suicidio han aumentado un 40 por ciento de 1999 a 2016 [8].
Aunque parezca sorprendente, las tasas de suicidios son mucho más altas en las naciones ricas que en los países pobres [9]. Un estudio intercultural que incluyó a 132 países y cerca de 140.000 personas encontró que, aunque había tasas más altas de felicidad registradas en las regiones ricas, había tasas mucho más bajas de percepción de significado en la vida en comparación con los países pobres [10]. La gente en países pobres como Niger y Togo registraban algunas de las tasas más altas de significado pero también la tasa más baja de felicidad. Esto sugiere que la felicidad no explica la disparidad en las tasas de suicidio [12]. Un factor clave que podría explicar la disparidad entre los países es la capacidad de la población para lograr tener significado y propósito en la vida [13].
Extraer el significado del mundo es una de las características principales de la espiritualidad [14]. Por lo tanto, estos estudios señalan el tremendo valor que la espiritualidad aporta a la regulación del desequilibrio emocional. Desarrollar la espiritualidad es más importante que los logros financieros. La gente a menudo cree que los estados transitorios de felicidad obtenidos a través de entretenimiento, riqueza y posesiones les permitirá escapar de su hamm (ansiedad). Ibn Ḥazm comenta:
“Cuando piensas muy profundamente en todos los asuntos [de este mundo], te encontrarás perdido. Su contemplación llevará inevitablemente a la comprensión de que todo en esta vida mundana es temporal. Por lo tanto, uno debe reconocer que el verdadero propósito radica en sólo trabajar para el más allá [que es eterno]. Esto se debe a que el final de todos tus sueños y aspiraciones en este mundo es la eventualidad del ḥuzn [dolor] -o tus ambiciones se te quitan, o te ves obligado a renunciar a tus metas [ambos caminos llevarán a la pena]. No hay escape de estos dos extremos excepto en el esfuerzo hacia Dios. En este caso, una persona logra la felicidad en esta vida y por la eternidad. Su hamm es mucho menos comparado con el hamm de la humanidad. Son respetados por amigos y enemigos por igual y en cuanto a su eternidad, es el paraíso” [15].
Ibn Ḥazm señala que la naturaleza temporal de este mundo llevará inevitablemente a la persona a una crisis existencial. Buscar significado es nuestra salida del abismo. Es un esfuerzo espiritual que se centra en descubrir lo que hace que nuestra vida valga la pena vivir.
Inteligencia espiritual y la habilidad de procesar los eventos de la vida
Algunas personas tienden a pensar en enfermedades mentales y estados emocionales en términos puramente biológicos. Si bien es cierto que nuestras emociones y nuestra mente tienen componentes biológicos, estos no son los únicos. La psicología moderna ha reconocido que un aspecto fundamental de la mente humana es la espiritualidad. De hecho, el Dr. Robert Emmons, un destacado investigador de la psicología de la espiritualidad, ha propuesto que la espiritualidad debe ser considerada como un tipo separado de inteligencia humana [16]. La inteligencia espiritual es esencialmente la capacidad de una persona para procesar el mundo a su alrededor y descubrir el significado y el sentido. En la tradición Islámica, este proceso implica contemplar los ayaat (signos) de Dios que existen en el mundo y extraer conocimiento para discernir sobre cómo actuar, pensar y sentir. Por ejemplo, cuando una persona es testigo del cambio en los árboles durante la estación de otoño, lo ve como una ayah de Dios. Tal vez le recuerde la naturaleza temporal de este mundo, inspirándolo a luchar por objetivos más elevados en la vida. O tal vez los diferentes colores lo inspiran a reconocer la belleza de la diversidad de la humanidad. Cuando una persona con alta inteligencia espiritual se mueve por la vida su mente está constantemente abstrayendo significados positivos y sentido a los acontecimientos que se desarrollan a su alrededor. Esto alimenta estados espirituales positivos como inspiración, optimismo, gratitud y perseverancia.
Las personas con niveles más bajos de inteligencia espiritual o bien abstraen significados falsos del mundo que les rodea o no reconocen los ayaat de Dios. Esto alimentará estados como la ira, los celos, la arrogancia y la presunción. El Corán nos proporciona un excelente ejemplo de esta realidad a través de la historia del hombre con dos jardines. Después de describir la naturaleza hermosa de estos jardines, el Qurān cita las nociones falsas que este hombre extrajo de esto debido a su inteligencia espiritual pobre:
Y entró en su jardín injusto consigo mismo y dijo: No creo que todo esto vaya a desaparecer nunca. Ni creo que la hora vaya a llegar, y en el caso de que sea devuelto a mi Señor seguro que encontraré a cambio, algo mejor que estos dos jardines. (La Caverna, 18:35-36)
Al pasar los años en el jardín, este hombre no reconoció los ayaat de Dios manifestado en el cambio de estaciones y el ciclo continuo de muerte y renacimiento. Esto debería haberle dirigido a darse cuenta de la naturaleza temporal de su propia vida y la fragilidad de lo que poseía. Además, el ciclo de muerte y renacimiento debería haber sido una ayah de la realidad de la Otra Vida. El compañero justo de este hombre, que tenía un alto nivel de inteligencia espiritual, explica lo que debería haber sido extraído de estos ayaat:
Más te habría valido si al entrar en tu jardín hubieras dicho: Que sea lo que Allah quiera, no hay poder sino por Allah. (Corán, 18:39)
En los campos de la psicología clínica y la psiquiatría, muchos facultativos también están empezando a reconocer el papel de la espiritualidad como una parte esencial de la prevención y el tratamiento de la enfermedad mental. En un artículo en el Medical Journal of Family Practice, el autor concluye: “Cuando sea apropiado, las cuestiones espirituales deben ser abordadas en la atención al paciente, ya que pueden tener un impacto positivo en la salud y el comportamiento, y recomendar que el modelo médico se amplíe a uno biopsicosocial-espiritual” [19]. Una revisión sistemática de múltiples estudios (que representa uno de los más altos niveles de evidencia clínica) [20], mostró que el aumento de los niveles de espiritualidad y religiosidad en la adolescencia se correlaciona con una mejor salud mental. Como podemos ver, la espiritualidad y la búsqueda del significado parecen ser muy importantes para proporcionar una salud mental óptima.
Estaciones y fortalezas espirituales también tienen propiedades protectoras y terapéuticas muy fuertes. Ibn al-Qayyim explica: “El pasado no puede ser cambiado ni corregido con la tristeza [ḥuzn], sino con contentamiento [riḍā], gratitud [ḥamd], paciencia [ṣabr], firme creencia en el destino [Imān bil qadar] y el reconocimiento verbal de que todo ocurre por el Decreto de Dios [qaddarAllāhu wa mā shā wa fa’l]“. [22]
Existe una gran cantidad de literatura en el campo de la psicología positiva que correlaciona la autorregulación y la gratitud con una menor incidencia de enfermedades mentales. La autorregulación es la fuerza de voluntad que permite a las personas actuar de acuerdo con sus valores y el beneficio a largo plazo a pesar de los costos de energía o placer a corto plazo. [23] Este concepto parece estar representada en la tradición espiritual Islámica como ṣabr. Ibn al-Qayyim menciona que lingüísticamente ṣabr tiene tres connotaciones: (1) restricción, (2) fuerza y (3) construcción [24], Explica que ṣabr es la fuerza de la voluntad que permite a las personas actuar de manera que les traiga beneficios. [25]
Este concepto de autorregulación es tan significativo que el Dr. Timothy J. Strauman ha propuesto que la depresión clínica es en realidad un trastorno de la autorregulación [26]. En cuanto a la gratitud (shukr), se realizó un estudio que correlacionó la gratitud con muchas diferentes medidas de bienestar subjetivo y demostró una relación inversa con varios estados desagradables. Mostró la más fuerte relación negativa con la depresión [27].
La espiritualidad es un componente importante en la curación y protección de la mente. La tradición espiritual Islámica contiene una amplia variedad de prácticas y creencias que pueden ser analizadas por el beneficio terapéutico.
Lo que continúa en el estudio original es un análisis análisis psico-espiritual de una oración prescrita por el Profeta (Dua), que la paz se con él, para síntomas de ansiedad y depresión. Si quiere leer el análisis completo, este es el estudio original.
Fuente: https://yaqeeninstitute.org/ Traducido y editado por Nuevos Musulmanes