Autor: Osman Nuri Topbas
Uno de los conceptos fundamentales que el Islam enfatiza en muchas ocasiones es el concepto de la justicia y la ley. Según el Islam solamente el asociar otros dioses con Allah constituye un error más grave que violar los derechos de los demás. Durante el pero periodo de la enfermedad del Profeta, la paz sea con él, la cual le llevo al lecho de muerte, recalcó el significado del respeto a los derechos de los demás yendo a la mezquita y preguntando si alguien tenía derecho alguno sobre él que aún no hubiera sido satisfecho. Dijo:
“¡Oh compañeros! Si he tomado por error algo de vuestras posesiones que no fuera mío, he aquí las mías, que tome lo que le pertenezca. Si he pegado a alguno de vosotros por error, he aquí mi espalda. Que me pegue y tome su revancha”. (Asim Koksal, Islam Tarihi, Vol. II, p. 38)
El concepto de la justicia en el Islam, establecido sobre fundamentos tan fuertes, ha alcanzado la cumbre de la perfección y llena a cualquiera que lo estudie de admiración. Después de haber examinado todos los sistemas legales, el filósofo francés Lafayette, quien tuvo un importante papel en la formación del fondo ideológico de la Revolución francesa, lo expresó de esta manera: “¡Oh Muhammad! Nadie alcanzó tu nivel en cuanto a llevar la justicia entre la gente!”.
La historia del Islam está llene de anécdotas que ilustran el lugar que ha ocupado siempre la justicia en las sociedades islámicas. Un día un hombre compró un caballo en el mercado. Aunque el caballo era joven y fuerte murió tres días después de la compra. El comprados sospechó que el vendedor había envenenado al caballo para vengarse de un conflicto personal que había tenido. Fue a ver al juez durante tres días consecutivos pero este se encontraba de viaje, por lo cual el hombre llevó el caballo muerto al veterinario, cuyo examen comprobó que sus sospechas estaban fundadas. Cuando el juez volvió de viaje el hombre fue a verle otra vez. Dijo el juez: “¿Por qué no viniste aquí en seguida para ver cómo estaba el caballo?” El hombre contestó: “Señor, vine aquí durante tres días consecutivos pero usted no estaba”. El juez contestó: “Tiene razón, murió mi madre y viaje a su pueblo para su funeral”. Después de haber pensado un rato el juez se volvió su secretario para dictar el veredicto. El asuntó fue resuelto de la siguiente manera: La ausencia del juez ha tenido como resultado una pérdida para el demandante. De ahí que la pérdidas sufridas por el demandante deben ser reembolsadas por el juez.
En pocas palabras, el Islam es la religión de la justicia tanto materialmente como espiritualmente. Por eso nuestros antepasados llamaban a aquellos que, sin ser musulmanes, respetaban la justicia y se comportaban honradamente Musulmanes sin religión. Por el contrario de aquellos musulmanes que no se comportaban así se decía que eran musulmanes incrédulos.
Fuente: Libro del Autor: Islam