Por: Justin Parrot
La atención plena se define lingüísticamente como “la cualidad o estado de ser consciente de algo”, y más específicamente, como “un estado mental logrado al centrar la conciencia en el momento presente, mientras se reconoce y acepta tranquilamente los propios sentimientos, pensamientos y sensaciones corporales, usado como una técnica terapéutica”. En el contexto de la psicología moderna, la atención plena es “una herramienta que podemos usar para examinar marcos conceptuales”. Al observar de cerca cómo pensamos y sentimos, obtenemos la capacidad de alterar nuestro marcos conceptuales, o patrones de pensamiento, para nuestro propio beneficio. Cuando estamos en un estado de in-consciencia, reaccionamos a los pensamientos y las emociones de manera instintiva y les permitimos que nos lleven a donde quieran. Por el contrario, cultivar un estado de atención plena nos da la capacidad de seguir o no nuestros pensamientos según lo que elijamos.
Dicho de otra manera, la atención plena es una forma de metacognición (“conciencia de la propia conciencia”), una auto-conciencia de lo que realmente sucede dentro de nuestra mente y corazón. Es un fenómeno que ha atraído la atención de psicólogos y profesionales de la salud, lo que ha dado lugar a cientos de artículos científicos, estudios y libros sobre la atención plena cada año. Se ha demostrado que cultivar la atención plena, incluso en un contexto no religioso o neutral, proporciona beneficios cuantificables a la salud y el bienestar. Según la Asociación Americana de Psicología, numerosos estudios revisados, muestran que las prácticas para la atención plena plena (como la relajación o la meditación) ayudan a reducir el estrés, aumentar la memoria, mejorar el enfoque y la concentración, disminuir la reactividad emocional y mejorar las relaciones personales. Las prácticas para la atención plena también promueven la empatía y la compasión y se utilizan de manera efectiva en la terapia cognitiva clínica. El floreciente campo de la atención plena, en la ciencia y la práctica espiritual, es un desarrollo emocionante que merece una investigación crítica.
En el contexto islámico, la conciencia plena es la virtud de la muraqabah, una palabra que se deriva de la raíz que significa “mirar, observar y considerar atentamente”. Ya podemos ver la estrecha proximidad etimológica y lingüística entre “mindfulness” (atención plena) y muraqabah. Como un término técnico espiritual, se define como “el conocimiento constante del siervo y la convicción en la supervisión de la Verdad, gloria a Él, sobre los estados externos e internos”. Es decir, un musulmán en estado de muraqabah tiene pleno conocimiento de que Allah es consciente de él o ella, interna y externamente. Es un estado completo de autoconciencia vigilante en la relación de uno con Allah en el corazón, la mente y el cuerpo. La base de la muraqabah es el conocimiento de que Allah nos está viendo en todo momento y, como consecuencia, desarrollamos una mayor atención y cuidado de nuestras propias acciones, pensamientos, sentimientos y estados internos del ser. Como Allah dice:
Sabed que Allah conoce lo que hay en vuestras almas, así pues, tened una conciencia temerosa de Él. (La vaca, 2:235)
Ibn Al-Qayyim y Al-Ghazali tienen capítulos en sus libros sobre los méritos y las realidades de la muraqabah. Y no es simplemente un rasgo de carácter recomendado, sino que es la realización del rasgo de carácter supremo, la excelencia espiritual (al-ihsan). Como el Profeta, que la paz sea con él, lo definió en el famoso hadiz de Gabriel, la excelencia espiritual :
Es adorar a Allahcomo si lo vieras a Él, porque si no lo ves, Él ciertamente te ve. (Muslim)
En otras palabras, la excelencia espiritual es ser completamente consciente y estar atento a Allah en todo momento -la cima de la fe. De acuerdo a Sheikh Al-Tuwayjiri:
La excelencia espiritual es la esencia de la creencia, su espíritu y su perfección al perfeccionar la presencia (al-hudur) con Allah Todopoderoso, y la atención plena de Él (muraqabatihi), abarca el temor a Él, el amor a Él, el conocimiento de Él, volverse a Él y la sinceridad con él. (al-Tuwayjirī, Mawsū’at Fiqh Al-Qulūb, 1:785)
La muraqabah incluye, necesariamente, atención plena a las intenciones, pensamientos, emociones y otros estados internos de cada uno. Al-Murta’ish dijo: “Muraqabah es la observación del ser más íntimo (al-sirr), ser consciente de lo oculto en cada momento y enunciación”. En cada palabra que decimos y en cada pensamiento que elegimos seguir, debemos ser conscientes de nuestros patrones de pensamiento y estados emocionales para poder reaccionar de la mejor manera a nuestras experiencias internas. Como dice Ibn al-Qayyim, el mantenimiento de la muraqabah interior es guardar los pensamientos, intenciones y movimientos internos… Esta es la realidad del corazón puro (al-qalb al-salim), por el cual nadie está a salvo sino al llegar a Allah con él. Esta es la realidad del refinamiento interno (tayrid) de los justos, los devotos y los conscientes de Dios. El refinamiento interno que no es este es deficiente”.
Para resumir, de acuerdo con Sheikh ‘Abd al-Qadr al-Jilani, la muraqabah se realiza en cuatro aspectos:
- Conocimiento de Allah Todopoderoso.
- Conocimiento del enemigo de Allah, Iblis (Satanás).
- Conocimiento de la capacidad de tu alma para sugerir el mal.
- Conocimiento de las acciones que hacer por Allah.
Es este tercer aspecto -conocimiento del propio corazón y mente- en el que el ejercicio de la atención plena dentro de un marco islámico puede ayudarnos a lograr: “saber qué cosas caracterizan (el yo), qué quiere, a qué llama y qué ordena”. Este tipo de ejercitación es un método de entrenamiento de la mente para identificar la forma en que los pensamientos y sentimientos se comportan dentro de nosotros, con el objetivo de ejercer un mayor control sobre ellos y, de ese modo, enriquecer nuestro bienestar mental y espiritual.
Las prácticas de mindfulness (atención plena) no religiosas o neutrales defendidas por los psicólogos terapéuticos se centran en este tercer aspecto, sin fundamentarlo en una cosmovisión teológica, para darle un mayor atractivo hacia la diversidad de sus pacientes y a las sociedades pluralistas en general. A veces se trata de prácticas que se originaron en tradiciones budistas o hindúes pero que han sido secularizadas desde sus premisas ontológicas religiosas. Este enfoque no religioso, por sí solo, todavía produce beneficios de salud y bienestar en las vidas de las personas. Hará la mente certera, sin duda, pero la mente es una herramienta que puede usarse para bien y para mal. Las prácticas neutrales de atención plena pueden ser potencialmente utilizadas para el mal por personas sin base en una visión ética del mundo. La claridad mental obtenida de la conciencia plena puede ser utilizada por un depredador con el objetivo de engañar o dañar a los demás. Por supuesto, esto sería un abuso de la conciencia plena.
Para los musulmanes, la atención plena de la vida interior es simplemente un aspecto, aunque crítico y a menudo descuidado, dentro del marco más amplio de la muraqabah. En conjunto, la conciencia plena islámica implica una conciencia integral de los principios básicos de la creencia, la ley y la ética islámica, y de la propia y sutil composición psicológica de cada uno.
Fuente: https://yaqeeninstitute.org/ Traducido y editado por Nuevos Musulmanes (la versión original contiene las referncias de todas las citas, aquí las hemos omítido para una lectura más fácil)