Autor: Shaykh Abdalhaqq Bewley
Somos responsables y tendremos que rendir cuantas de lo que hacemos. Y debemos reconocer el Señorío completo de Allah. Allah dice de sí mismo:
Realmente han de volver a Nos. Y a nosotros nos corresponde pedir cuentas. (Sura del envolvente, 88:25-26)
Esta es la razón de que descubramos que el Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, a pesar de su situación incomparable como el amado de Allah y de saber que tenía Su perdón absoluto ante cualquier posible error, nunca cesó, hasta la hora de su muerte, en sus intentos de complacer a su Señor. Lo mismo se aplica a todos los que le han seguido, tanto en lo externo como en lo interno: los Califas Rectamente guiados, los grandes Compañeros, los awliya’ y todos los musulmanes correctos de su comunidad a lo largo de las generaciones sucesivas hasta llegar a nuestros días. Ellos son los que han tenido el mayor conocimiento, y la creencia más arraigada, en el Decreto Divino; y al mismo tiempo tenía la mayor de las razones para confiar plenamente en Allah. Y sin embargo, todos ellos sin excepción alguna, han rechazado todo atisbo de autocomplacencia, han sido extremadamente escrupulosos a la hora de evitar lo que pudiera disgustar a Allah y, a lo largo de vidas, han procurado sin descanso realizar las acciones que complacen a su Señor. Esta es la forma que toma la profunda comprensión de la naturaleza del Decreto Divino.
A continuación citamos una pequeña parte de un tratado escrito por el erudito Marroquí Ahmad Ibn ‘Ayiba:
“En lo que respecta a las pruebas del decreto en Su Libro Poderoso Allah dice: “Es cierto que hemos creado cada cosa en una medida” (54:49). Allah, glorificado sea, dice: “Cada cosa la recogemos en un registro claro” (36:12), refiriéndose a la Tabla Protegida donde se inscribe todo lo que existe. Allah dice: “Cada cosa, junto a Él, es según una medida” (13:8) y “El mandato de Allah es un decreto fijado” (33:38) y “Fue así para que Allah llevara a término un mandato que ya estaba decidido” (8:42). Y más adelante, Allah, glorificado se dice: “No hay nada que ocurra en la tierra o en vosotros mismo, sin que esté en un Libro antes de que lo hayamos causado. Eso es fácil para Allah” (57:22). “No hay nada que ocurra en la tierra” –como sequías, hambrunas, terremotos e inundaciones- “o en vosotros mismos” –como la enfermedad y la muerte- “sin que esté en un Libro” –la Tabla Protegida- “Antes de que lo hayamos causado.
A continuación Allah dice: “Para que no os desesperéis por lo que perdáis” –porque ya estaba preordenado desde antes de la eternidad que no iba a suceder o continuar; así pues no te apenes por algo que no ibas a tener. “Ni os alegréis, arrogantes, por lo que os da” (57:23), porque antes de que sucediera ya estaba destino y comprometido para que te llegara. Lo que es deseable es una actitud equilibrada respecto a dar y retener, la contracción y la expansión, la pérdida y la ganancia, la humillación y el poderío, la pobreza y la riqueza, la salud y la enfermedad y todos los demás estados, porque todas estas cosas existen según los decretos predeterminados. Así pues, no te entristezcas demasiado por lo que no tengas y no te alegres de sobremanera por lo que te ha llegado”.
Fuente: Libro ‘Islam, creencia y prácticas básicas’