Por: Conor Kane
Brigid Aylward de Mullinavat, en Co Kilkenny se hizo musulmana en 2008 pero no se sintió parte de su nueva comunidad hasta dos años después cuando comenzó a ponerse el hiyab y esto fue como una nueva experiencia.
“Cada uno tiene su propio viaje. Si una mujer musulmana decide que no puede o no quiere cubrirse el pelo, nadie puede decirle nada. No se puede obligar” dijo ella.
Durante los dos años que yo no me lo ponía me sentaba mal que la gente no me reconociera como musulmana. Tenía que ver con la identidad. Ahora me encanta.
Es por esto que aceptó una invitación para participar en un evento en el Instituto de Tecnología de Waterford el pasado miércoles para celebrar el Día Mundial del Hiyab (DMH).
Tanto ella como otros miembros de la comunidad islámica local conocieron a estudiantes y encargados del DMH, ofreciendo información sobre su religión y el hiyab para intentar aclarar algunas ideas equivocadas que han surgido del islam y sus creencias.
La lucha contra los prejuicios
Organizado por Colette Colfer, profesora de religiones del mundo, este evento constó de charlas públicas y la muestra de diferentes hijabs que podían probarse.
Es el único evento que ha sido registrado en Irlanda como parte del Día Mundial del Hijab, fundado en 2013 por la neoyorquina Nazma Khan, para luchar contra los prejuicios y la discriminación de la mujer musulmana.
“Creo que es una oportunidad muy real, y así es como yo la percibo; escuchar sobre el islam y la vida de una mujer que lleva el hijab” dijo la señora Colfer. “Una cosa es cuando yo le hablo a mis estudiantes y otra es escuchar a la gente que realmente lo vive”.
Ha habido alguna reacción negativa al evento de esta semana, pero hay gente interesada en él y que están descubriendo más sobre la religión, dijo ella. Hay muchas equivocaciones sobre el islam.
Enfermera pediatra en la ciudad de Waterford, la señora Aylward se convirtió al islam después de haber trabajado en Arabia Saudí en 2007. Ya había pasado un tiempo haciéndose preguntas sobre la religión católica en la que había nacido. “Cuando fui a Arabia Saudí por primera vez, pensaba que las mujeres estaban totalmente separadas de la sociedad y no sabía cómo podían cubrirse de esa manera, a pesar de ellos yo tenía una mente abierta. Yo trabajaba de guardia con los niños en el hospital y conocí a las mujeres más allá de lo que les cubrían”.
APOYO FAMILIAR
“Eran muy pobres pero muy amables, y fue esta gratitud y esta amabilidad la que me hizo decidir que tenía que conocer más sobre esta religión”.
Poco tiempo después conoció a su pareja Egipcia, su actual marido, Magdi. Ahora viven en Irlanda con sus cuatro hijos: Yussef, Saif, Yasmeen y Raiyan.
Su familia en Mullinavat la han apoyado a pesar de que sus hermanos y amigos al principio tenían dudas sobre su decisión de convertirse al islam, dijo la señora Aylward.
La persona que más me preocupaba era mi madre, no sabía cómo se lo tomaría. Debo decir que nunca me prohibió que hicera algo. Cuando tomé esta decisión confió en mí. Nunca nadie ha tenido una reacción negativa con mi Hijab ni con mi religión en Irlanda, dijo.
“Algunos piensan que lo hago por mi marido, y yo digo: no, es únicamente por mí. Nadie puede hacer nada en este mundo si no lo hace de corazón. Si me lo hubiese puesto por mi marido, odiaría el pañuelo”.
Fuente: http://www.irishtimes.com traducido y editado por Truth Seeker