Autor: womeninislam.ws
En cierto sentido, la igualdad entre el hombre y la mujer es posible y razonable porque ambos son seres humanos, con almas similares, cerebro, corazón, pulmones, etc. En otro sentido, la igualdad entre el hombre y la mujer es imposible y absurda si se consideran las diferencias físicas, mentales, emocionales y las cualidades psicológicas y habilidades innatas de cada uno. Entonces habrá que analizar de qué modo el hombre y la mujer son iguales, y cómo se complementan.
Si la igualdad absoluta entre los miembros de un mismo sexo es imposible por sus diferencias naturales en cuanto a su fuerza y otras cualidades, definitivamente será imposible igualar los sexos opuestos. Dios, Enaltecido sea, dice en el Sagrado Corán:
“Y hemos creado dos parejas de cada cosa para que tal vez reflexionarais” (Sura de”Los que levantan un torbellino”, 51:49)
Incluso los átomos tienen esta dualidad, con roles interrelacionados y complementarios entre las partículas e iones negativos y positivos, y sin embargo cada uno es una parte integral de todo el sistema binario de la vida. La mayoría de los seres vivos tienen su femenino y masculino para reproducirse. Como nos enseñan las ciencias biológicas, todos los mamíferos tienen rasgos similares en sus estructuras moleculares y glandulares que determinan la diferencia de género. Estos rasgos físicos, psicológicos y sexuales básicos tienen un efecto determinante en otros aspectos de la vida.
Es natural que un hombre necesite y encuentre plenitud con una mujer y que una mujer sienta lo mismo por un hombre, porque han sido creados uno del otro y uno para el otro. Tienen un lazo inseparable y ninguno puede sentirse completo sin la presencia del otro como su cónyuge legal y honorable, como dijo Dios en el Corán:
“¡Hombres! Os hemos creado a partir de un varón y de una hembra y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais unos a otros. Y en verdad que el más noble de vosotros ante Allah es el que más Le teme Allah es conocedor y está perfectamente informado” (Sura de los Aposentos Privados, 49:13).
En muchas ocasiones el Islam trata a la mujer igual que el hombre. Mencionaremos algunas de aquí en más.
Ambos, hombre y mujer, son iguales en cuanto a su humanidad. El Islam no categoriza a la mujer, por ejemplo, como la fuente del mal por el “pecado original” que echó a Adán del Paraíso o que ella sea la causa del mal en el mundo como sostienen algunas doctrinas religiosas y fábulas por haber abierto la caja de Pandora que contenía todos los vicios.
Dios, Enaltecido sea, dice en el Sagrado Corán:
“¡Hombres! Temed a vuestro Señor que os creó a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombre y mujeres” (Sura de la Mujeres, 4:1).
Y dice:
“¿Cree acaso el hombre que se le dejará olvidado? ¿Acaso no fue una gota de esperma eyaculada? ¿Y fue luego un coágulo?, ¿y lo creo dándole forma completa? ¿E hizo a partir de él a la pareja: varón y hembra? ¿Acaso no ese Ese capaz de devolver la vida a los muertos?” (Sura del Levantemienro, 75:36-40)
Dios ilustra en estos versos que Él ha creado a ambos sexos de una misma fuente. No hay diferencia entre los sexos en cuanto a las cualidades humanas y cada uno es un complemento del otro como dos géneros de la misma especie. El Islam abolió y derogó todas las leyes previas que eran injustas y que consideraban a la mujer de naturaleza inferior. El Profeta de Dios (P y B) dijo: “Ciertamente la mujer es la mitad gemela del hombre”. [Transmitido por Abu Da’wood, Tirmidi y otros]
El hombre y la mujer tienen las mismas obligaciones religiosas. El testimonio de fe (Shahadah), las oraciones diarias (Salat), la caridad (Zakat), el ayuno (Siam) y la peregrinación (Hayy) deben ser realizados por ambos sexos. En algunos casos, se le facilitan ciertas obligaciones a la mujer para aliviarla, por ejemplo, en relación a su salud y a su condición física, cuando una mujer está menstruando o sufre del sangrado del posparto, está absuelta de rezar y de ayunar. Luego recuperará los días perdidos de ayuno, pero no las oraciones perdidas para que no sean una carga.
El Sheij Muhammad Mutawali ash-Sha’rawi dijo: “Desde el comienzo de la creación, el hombre ha sido diferenciado de la mujer. Uno complementa al otro, por eso, creemos que tan precisa división de género implica dos misiones diferentes en la vida, si no, no habría necesidad de hacer diferentes sexos. Esto indica que, si bien ambos son seres humanos, cada sexo tiene sus propios méritos. Podemos diferenciar el día de la noche, pero ambos nos indican el paso del tiempo. Durante el día salimos a ganarnos la vida y durante la noche descansamos. Podemos comparar al hombre y a la mujer con el día y la noche. Hay ciertas cosas que son obligatorias para el hombre por su predisposición natural y, de igual modo, es para la mujer. Aún así, ambos son seres humanos y tienen muchas características en común”.
Dios, Altísimo sea, dice en el Sagrado Corán:
“Los creyentes y las creyentes son amigos aliados unos de otros, ordenan lo reconocido como bueno y prohíben lo reprobable, establecen el Salat, entregan el Zakat y obedecen a Allah y a Su Mensajero. A esos Allah les dará Su Misericordia; y Y es cierto que Alla es Poderoso, Sabio” (Sura at-Tawba, 9:71).
Ambos, hombre y mujer, reciben de Dios las mismas recompensas por su obediencia y los mismos castigos si lo desobedecen en este mundo y en el Otro. El Corán dice:
“A quién haya obrado con rectitud sea varón o hembra, siendo creyentes, le haremos vivir una buena vida y le daremos al recompensa que les corresponda por lo mejor que haya hecho” (Sura de la abeja, 16:97).
Y también dice:
“Es verdad que a los musulmanes y a las musulmanas, a los creyentes y a las creyentes, a los obedientes y a las obedientes, a los veraces y a las veraces, a los pacientes y a las pacientes, a los humildes y a las humildes, a los que dan con franqueza y a las que dan con sinceridad, a los que ayunan y a las que ayunan, a los que guardan sus partes íntimas y a las que las guardan y a los que recuerdan mucho a Allah y a las que recuerdan; Allah les ha preparado un perdón y una enorme recompensa” (Sura de los Coaligados, 33:35).
La mujer tiene las mismas obligaciones morales y los mismos derechos que el hombre en cuanto a cuidar su castidad, integridad, honor y respeto. No se permiten ambigüedades, por ejemplo, quienes acusan falsamente de adulterio o fornicación a una mujer casta, son castigados públicamente, tal como si acusaran a un hombre. Dios, el Altísimo, dice en el Sagrado Corán:
“Y a los que acusen a las mujeres honradas sin aportar seguidamente cuatro testigos, dadles ochenta azotes y nunca más aceptéis su testimonio. Esos son los descarriados” (Sura de la Luz, 24:4).
Al igual que el hombre, la mujer está calificada y puede realizar cualquier transacción comercial o financiera. Según la ley Islámica, una mujer puede tener, comprar, vender o realizar cualquier transacción sin el consentimiento de un tutor y sin imponérsele ninguna restricción o limitación. Sin duda esto es un concepto que aún en algunas sociedades modernas no se aplica.
El Islam indica que un hombre que honra, respeta y trata a una mujer con justicia, posee un corazón sano y tiene una personalidad correcta, mientras que a un hombre que maltrata a una mujer, se lo considera inicuo y desmerecedor de respeto. El Profeta de Dios (p. y b.) dijo: “El más completo de los creyentes es el que tiene el mejor carácter, y el mejor de vosotros es el que trata bien a sus mujeres”. [Transmitido por Tirmidi ]
El Islam le otorga a la mujer los mismos derechos que al hombre en cuanto a educación. En una tradición transmitida por Ibn Majah y al-Baihaqi, el Profeta de Dios (P y B) dijo: “Buscar el conocimiento es una obligación de cada musulmán (es decir, hombre o mujer)”.
Los sabios del Islam concuerdan en que la palabra “musulmán” utilizada en la revelación se refiere al hombre y a la mujer. Es decir que el Islam le otorga a la mujer el mismo derecho de educarse que el hombre para entender sus obligaciones religiosas y sociales, y para criar a sus hijos según las enseñanzas del Islam. Por supuesto que la mujer tiene ciertas obligaciones en la crianza de sus hijos dadas sus habilidades innatas y el hombre tiene obligaciones complementarias en cuanto a financiar, proteger y mantener a la familia. Debido a que él es el más fuerte de la familia, se lo carga con las mayores responsabilidades. El Profeta (P y B) dijo: “Quien se haga cargo de tres hijas mujeres y las eduque bien, las case y las trate con buenos modales tendrá su recompensa en el Paraíso”. [Transmitido por Ahmad e Ibn Habban]
Sobre las esclavas, el Profeta (P y B) dijo: “Quien tenga una esclava mujer y la eduque con un buen comportamiento, le enseñe bien, la libere y luego se case con ella, tendrá doble recompensa”. [Transmitido por Bujari, Muslim y otros]
El hombre y la mujer tienen obligaciones y responsabilidades similares para reformar y corregir la sociedad para mejorarla. Ambos comparten la responsabilidad de incentivar al bien y de prohibir el mal. Dios dijo:
“Los creyentes y las creyentes son amigos aliados unos de otros, ordenan lo reconocido como bueno y prohíben lo reprobable, establecen el Salat, entregan el Zakat y obedecen a Allah y a Su Mensajero. A esos Allah les dará Su Misericordia; y Y es cierto que Alla es Poderoso, Sabio” (Sura at-Tawba, 9:71).
El hombre y la mujer tienen derechos bien determinados a recibir riquezas tanto como están obligados a pagar el Zakat (caridad obligatoria) según cálculos específicos. Todos los sabios del Islam concuerdan en esto. Una mujer tiene derecho a recibir su herencia, derecho que era impensable en muchas sociedades y que analizaremos en detalle más adelante.
Dios dice:
“A los hombres les pertenece una parte de lo que dejen los padres y los parientes, y a las mujeres les pertenece una parte de lo que dejen los padres y los parientes sea poco o mucho. Es una parte preceptiva” (Sura de la Mujeres, 4:7)
La mujer, tal como el hombre, puede ofrecer refugio y protección entre los musulmanes a todo aquel que lo pida. Dios, Enaltecido sea, dice:
El Mensajero de Dios (P y B) dijo: “…y la protección de los musulmanes es una sola, y hasta el más débil puede brindar protección; y si alguien usurpa el derecho de un musulmán, la maldición de Dios, sus ángeles y de toda la gente caerá sobre sí, y no se aceptará ni su arrepentimiento ni su dinero”. [Transmitido por Bujari]
Vemos reflejado este concepto en la famosa historia de Um Hani que le dio refugio a un incrédulo que le pidió ayuda el día de la conquista de Meca a pesar que su familia lo había amenazado de muerte, entonces el Mensajero de Dios (P y B) dijo: “Nosotros protegeremos y le daremos asilo a quien tú protejas y des asilo, oh Um Hani”. [Transmitido por Bujari]
Estos son algunos de los derechos mencionados como ejemplos en forma resumida para comprender la naturaleza comprensiva que tiene la jurisprudencia islámica.