La igualdad espiritual entre hombre y mujer en el Corán

De acuerdo al Corán, el hombre y la mujer tienen la misma naturaleza espiritual

De acuerdo al Corán, el hombre y la mujer tienen la misma naturaleza espiritual

Por: Redacción

De acuerdo al Corán, el hombre y la mujer tienen la misma naturaleza espiritual y están en igualdad de condiciones ante Dios:

¡Hombres! Temed a vuestro Señor que os creó a partir de un solo ser, creando de él a su pareja y generando a partir de ambos muchos hombres y mujeres. Y temed a Allah, por Quien os pedís unos a otros*, y respetad los lazos de sangre. Realmente Allah os está observando. (Sura de la Mujeres, 4:1)

Él es Quien os creó a partir de un sólo ser del que hizo a su pareja para que encontrara sosiego e intimidad en ella. Y después de cubrirla, quedó embarazada de una carga ligera que llevó adelante hasta que se hizo pesada y entonces ambos pidieron a Allah, su Señor: Si nos das un hijo recto estaremos siempre agradecidos. (Al’Araf, 7:189)

El Originador de los cielos y de la tierra, os ha dado, de vosotros mismos, esposas y ha hecho a los animales de rebaño también en parejas, así es como os multiplica. No hay nada como Él; Él es el que oye y el que ve. (La Consulta, 42:11)

Los hombres y las mujeres son ambos recipientes del “aliento divino” puesto que ambos son creados con la misma naturaleza espiritual. Como el Corán declara, Allah originó a ambos de un mismo ser (naafsin-waahidah). Reflejando la magnitud de este regalo universal divino, el Corán dice:

Luego le dio forma e insufló en él parte de Su espíritu. Y os dio el oído, la vista y el corazón. ¡Qué poco agradecéis! (La postración, 32:9)

Hablando de Adam, el padre de hombres y mujeres, el Corán nos dice que Allah ordenó a los ángeles que se postraran, como signo de respeto, ante él:

Y cuando lo haya completado y le haya insuflado parte de Mi espíritu, caeréis postrados ante él. (Al Hiyr, 15:29)

Allah ha creado tanto al hombre como a la mujer con una dignidad inherente a ambos, y los ha hecho los fideicomisarios suyos en la tierra:

Es cierto que hemos honrado a los hijos de Adam. Los llevamos por la tierra y por el mar, les damos cosas buenas como provisión y les hemos favorecido con gran preferencia por encima de muchas de las criaturas. (El Viaje Nocturno, 17:70)

Y cuando tu Señor dijo a los ángeles: Voy a poner en la tierra a un representante Mío*. Dijeron: ¿Vas a poner en ella a quien extienda la corrupción y derrame sangre mientras que nosotros Te glorificamos con la alabanza que Te es debida y declaramos Tu absoluta pureza? Dijo: Yo sé lo que vosotros no sabéis.  *[En árabe “jalifa”, de donde viene califa. El hombre es el califa o el representante de Allah en la tierra.] (La Vaca, 2:30)

El Corán no culpa a la mujer por la “caída del hombre” ni considera el embarazo ni el parto como castigo por “comer del árbol prohibido”. Al contrario, el Corán muestra a Adam y Eva como responsables a partes iguales de la falta cometida en el Jardín, y nunca singulariza a Eva como culpable. No solo esto, sino que considera el embarazo y el parto como razón suficiente para el amor debido a las madres por sus hijos.

¡Adam! Habitad tú y tu pareja el Jardín y comed de donde queráis, pero no os acerquéis a este árbol pues seréis de los injustos. El Shaytán les susurró, por lo que se les hizo manifiesto lo que estaba oculto de sus vergüenzas, diciéndoles: Vuestro Señor os ha prohibido este árbol sólo para evitar que seáis ángeles o que no muráis nunca. Les aseguró jurándoles: Realmente soy un consejero para vosotros. Y los sedujo con engaños, Y una vez hubieron probado del árbol, se les hicieron manifiestas sus vergüenzas y comenzaron a cubrirlas con hojas del Jardín. Entonces su Señor les llamó: ¿No os había prohibido ese árbol y os había dicho que el Shaytán era para vosotros un enemigo declarado? Dijeron: ¡Señor nuestro! Hemos sido injustos con nosotros mismos y si no nos perdonas y no tienes misericordia de nosotros, estaremos entre los perdidos. Dijo: Descended todos*. Seréis mutuos enemigos. Tendréis morada en la tierra y posesiones en disfrute por un tiempo. * [Referido a Adam, Hawa e Iblis.] Dijo: En ella viviréis, en ella moriréis y de ella se os hará salir. ¡Hijos de Adam! Hice descender para vosotros vestidos que cubrieran vuestras vergüenzas y os sirvieran de adorno, así como el vestido del temor (de Allah). Y ese es el mejor. Esto forma parte de los signos de Allah para que podáis recapacitar. ¡Hijos de Adam! Que no os soliviante el Shaytán del mismo modo que logró que vuestros padres salieran del Jardín despojándolos de su vestido para que fueran conscientes de sus vergüenzas. Él y los suyos os ven desde donde no los veis. Hemos hecho a los demonios aliados de los que no creen. (Al Araf, 7:19-27)

Refiriéndose al embarazo y el parto el Corán dice:

Hemos encomendado al hombre que trate bien a sus padres. Su madre lo llevó en el vientre fatiga tras fatiga y fue destetado a los dos años. Sé agradecido conmigo y con tus padres. A Mí has de volver. (Luqman, 31:14)

Y le hemos encomendado al hombre que haga el bien a sus padres. Su madre lo llevó en el vientre con fatiga, y con fatiga lo parió, durando su embarazo y la lactancia treinta meses. Y al alcanzar la madurez, tras haber llegado a los cuarenta años, dice: ¡Señor mío! Infunde en mí que te agradezca el beneficio con el que me has favorecido a mí y a mis padres y que lleve a cabo buenas acciones que sean de Tu agrado; y haz mi descendencia recta. En verdad a Ti me vuelvo y soy de los sometidos. (Las Dunas, 46:15)

El hombre y la mujer tienen las mismas obligaciones y responsabilidad religiosas. Cada ser humano tendrá que enfrentarse a sus acciones, sea hombre o mujer. Y su Señor les ha aceptado y respondido.

Y quien haga acciones de bien, sea varón o hembra, y sea creyente…esos entrarán en el Jardín y no se les hará ni una brizna de injusticia. (Las Mujeres, 4:124)

Es verdad que a los musulmanes y a las musulmanas, a los creyentes y a las creyentes, a los obedientes y a las obedientes, a los veraces y a las veraces, a los pacientes y a las pacientes, a los humildes y a las humildes, a los que dan con sinceridad y a las que dan con sinceridad, a los que ayunan y a las que ayunan, a los que guardan sus partes íntimas y a las que las guardan y a los que recuerdan mucho a Allah y a las que recuerdan; Allah les ha preparado un perdón y una enorme recompensa. (Los Coligados, 33:35)

El día en que veas a los creyentes y a las creyentes, y su luz mostrándose por delante de ellos y a su derecha. Hoy vuestras buenas nuevas son jardines por cuyo suelo corren los ríos, en los que serán inmortales. Ese es el inmenso triunfo. (El Hierro, 57:12)

Los fundamentos de la igualdad espiritual del ser humano

El Corán es claro respecto a pretender la superioridad o inferioridad  de cualquier ser humano, sea hombre o mujer:

¡Hombres! Os hemos creado a partir de un varón y de una hembra y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais unos a otros. Y en verdad que el más noble de vosotros ante Allah es el que más Le teme. Allah es Conocedor y está perfectamente informado. (Los Aposentos privados, 49:13)

Podemos hacer algunas observaciones respecto a este versículo que no serán útiles para entender la igualdad espiritual del ser humano ante Allah.

El versículo comienza dirigiéndose a todos los seres humanos, no a los musulmanes, ni a los hombres solamente, sino a todos los seres humanos independientemente de su religión, raza o sexo. Como tal, y a diferencia de otros versículos que sí están dirigidos solo a los creyentes o solo a los musulmanes, este está dirigido a todos los seres humanos y, por tanto, es universal.

Declara que solo hay un creador para toda la humanidad y todo lo creado y, por tanto, no se acepta ningún argumento de que uno es superior por haber sido creado por un ‘dios’ superior, dado que solo hay un Dios, Allah. Tampoco hay lugar para un sistema de castas ni racistas basado en que hay quien ha sido creado de forma diferente a otros. Como explicó el Profeta Muhammad, que la paz sea con él: “… Todos sois hijos de Adam, y Adam fue creado de tierra”. En el proceso de la reproducción humana no hay superioridad o inferioridad, reyes y súbditos, hombre y mujeres, son creado de los que el Corán dice:

Es verdad que creamos al hombre a partir de una gota de esperma eyaculada, como una prueba para él, y lo hicimos con capacidad de ver y oír. (El Hombre, 76:2)

Dado que hemos sido creado por el Único y el mismo creador, esto implica que somos iguales ante Él; Él es justo con todos.   

Los que yace en el corazón de una verdadera espiritualidad y humanidad es el ser creyentes sinceros y siervos que adoran a Dios, únicos y sin asociados. Es en esto en el que la igualdad espiritual encuentra sus más profundo argumento.

Como declara este versículo, la única medida para la superioridad ante Dios es el ser siervos con consciencia reverencial de Dios, esta es la persona más honrada ante Él; aquel que reconoce, pone en su corazón y actúa de acuerdo a esta realidad sometiéndose a ella, por encima de cualquier otra diferenciación, ya sea de género, raza o color.

Esto nos lleva a la conclusión, basada en estos versículos del Corán, que cuando hablamos de igualdad espiritual ante Dios, hombres y mujeres están en las mismas circunstancias. Tampoco encontramos en la fuentes originales, el Corán y la Sunna, ninguna base para argumentar la superioridad del hombre sobre la mujer. La mal-interpretación humana, la opiniones guiadas por las preferencias culturales y las manipuladas con alguna meta como fin, no son congruentes con las enseñanzas del Islam. La igualdad de los seres humanos ante Dios está fuera de duda. Aún así, esta igualdad no debe confundirse con el papel de los diferentes roles con los que el hombre y la mujer han sido creados para que cooperen, se complementen y se completen.


Este artículos está parcialmente basado en http://www.thewaytotruth.org traducido y editado por Nuevos Musulmaes

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