Autor: Osman Nuri Topbas
El Noble Qur’an contiene la enseñanza y la guía que nos muestran el camino de la verdad. Es una misericordia para los creyentes y una cura para las enfermedades del corazón. El Noble Qur’an saca a la humanidad de la oscuridad y la lleva hacia la luz, más cerca de Allah, con Su permiso. Es un decreto Divino que informa al hombre del propósito de la Creación, proclama la sabiduría que reina en ella y ordena que la vida debe desarrollarse de manera que corresponda al decreto Divino presente en todo el Universo.
Allah Todopoderoso ha dicho:
“Allah ha hecho descender el más hermoso de los relatos: Un Libro homogéneo, reiterativo. A los que temen a su Señor les eriza la piel y ésta y sus corazones se enternecen con el recuerdo de Allah. Esa es la guía de Allah con la que Él guía a quien quiere. Aquel a quien Allah extravía no habrá quien lo guíe.” (Az-Zumar, 39:23)
Esta ayah describe el tipo de relación que nuestro corazón debería tener con el Qur’an. Nuestro grado de taqwah está relacionado con nuestra lectura del Qur’an y se manifiesta en el tipo de carácter que confiere sinceridad a nuestra adoración, belleza a nuestro comportamiento y profundidad a nuestros corazones. Es el soporte más digno de confianza que existe.
Allah el Más Elevado lo ha concedido a aquéllos siervos Suyos que quieren ganarse su aprobación y quieren estar a salvo del mal y del castigo eterno. Los que se apoyan en él están a salvo de estas desgracias. Serán dignificados y elevados; los que lo rechazan serán humillados y rebajados, alejados del camino recto.
El Noble Qur’an es un banquete espiritual que Allah el Más Elevado ha preparado como ofrenda para Sus siervos. Los que acepten esta invitación de su Señor y participen en la fiesta, probarán el placer de bendiciones sin fin que les darán paz, felicidad y alegría.
La verdadera dignidad y honor del ser humano depende del grado de cumplimiento de sus mandamientos y perfeccionamiento del carácter según su enseñanza. Es decir, la humanidad puede alcanzar honor y dignidad solamente cuando actúa según el propósito de la Creación; según el grado en el que se adhiera a la espiritualidad del Qur’an y hasta el punto que obedezca los mandatos Divinos.
Allah Todopoderoso nos ordena reflexionar sobre la vida y los acontecimientos con la lógica del Qur’an, correctamente comprendida. La mente, que puede ser fuente tanto de felicidad como de disipación, necesita de la dirección que le ofrece la Revelación.
Si el Qur’an no hubiese abierto para nosotros la puerta de la reflexión, careceríamos de la posibilidad de expresar muchas verdades.
Por otro lado, la profunda reflexión sobre su contenido garantiza el descubrimiento de numerosos caminos que llevan al bien. Es necesario, por lo tanto, familiarizarse con el Qur’an y dedicarle mucho tiempo para asimilar correctamente el carácter islámico.
Los ahadiz nos dicen:
“Si alguno de vosotros ama suplicar y conversar (con vuestro Señor), que lea el Qur’an con el corazón atento.” (Suyuti, I, 13/360)
“¡Leed el Qur’an! Porque en el Día del Juicio, el Qur’an intercederá por aquellos que lo hayan leído.” (Muslim, Musafirin, 252; 253; Ahmad, V, 249, 251)
“El Día del Juicio se colocará una corona sobre las cabezas de los padres de aquéllos que leen el Qur’an y actúan según él. La luz de esta corona será más bella que la luz del sol que iluminaría una casa si fuera colocado en ella. Así que os podéis imaginar la luz de alguien que actúa acorde al Qur’an.” (Abu Daud, Vitir, 14/1453)
Estar familiarizado con el Qur’an es un acto de adoración con el que Allah está complacido. El Mensajero de Allah (s.a.w) dijo:
“Nada más Le complace a Allah el Más Elevado que la recitación del Qur’an por un profeta, con voz bella, sonora y con teganni.” (Bujari, Fadailu’l Qur’an, 19; Tawhid, 32; Muslim, Musafirin, 232-234)
“Allah escucha atentamente a un siervo que hace dos rakaah de salah por la noche y lee el Qur’an. Su misericordia se extiende sobre su cabeza durante todo el tiempo que dura la salah. Cuando más se acerca el siervo a Allah es cuando es uno con el Qur’an.”(Tirmidi, Fadailu’l Qur’an, 17/2911)
Se ha dicho que los que olvidan lo que del Qur’an han memorizado porque no lo repiten lo suficiente cometen una gran falta.(Abu Daud, Salah, 16/461)
Alguien que no ha memorizado nada, por poco que sea, del Qur’an es como una casa derrumbada. (Tirmidi, Fadai’ul Qur’an, 18/2913; Darimi, Fadai’ul Qur’an, 1)
El Mensajero de Allah (s.a.w) dijo:
“Los corazones se oxidan igual que el hierro.” Los Compañeros le preguntaron:”¿Cuál es el remedio para eso, oh Mensajero de Allah?” Él dijo:”Recitad el Libro de Allah y recordadle mucho.” (Ali Al-Muttaki, II, 241)
Y en otra ocasión dijo:
“Es cierto que hay gente que está cerca de Allah.” Le preguntaron: “¡Oh Mensajero de Allah! ¿Quiénes son?” Contestó:”Son la gente del Qur’an, la gente de Allah, y los siervos especiales de Allah.” (Ibn Mayah, Mukaddimah, 16)
El Profeta Muhammad (s.a.w) estaba especialmente contento cuando la gente se reunía para leer y estudiar el Qur’an. Dijo de ellos:
“Si un grupo de personas se reúne en una de las casas de Allah para leer el Libro de Allah, discutir sobre él, e intentar entenderlo, desciende sobre ellos la paz y les cubre la misericordia. Están rodeados de ángeles. Allah el Más Elevado menciona a los que están a Su alrededor.” (Muslim, Dhikr, 38; Ibn Mayah, Mukaddimah, 17)
Siendo así, debemos incrementar los lazos de nuestros corazones con el Noble Qur’an para obtener la felicidad en ambos mundos. Debemos leerlo y entenderlo, sentirlo en nuestros corazones, y esforzarnos por aplicar sus mandatos con absoluta sinceridad.
Tomado con ligeras modificaciones editoriales de la página de Osman Nuri Topbas