Autor: Harun Yahya
Orar significa “invocar, dirigirse a, hacer una petición ferviente, pedir ayuda.” En el Corán, la oración también se describe como “recurrir a Allah con toda el alma” o el “reconocimiento de la propia debilidad y limitado poder ante el poder infinito de Allah, y pedir Su ayuda.”
Cualquier persona que tiene creencia en Allah le reza de una forma u otra. Sin embargo, la mayoría de las personas recurren a la oración como último recurso, después de haber agotado todas las alternativas posibles en las ocasiones en las que tienen problemas o sufren estrés. Una vez que pasa la dificultad, se olvidan de recordar a Allah y de implorarle, hasta la próxima vez que tengan algún problema.
Hay otras personas que no comprenden en absoluto lo que significa rezar. Para ellos, la oración es un ritual incomprensible que les enseñaron los miembros más ancianos de la familia. No piensan en la existencia, grandeza y poder de Allah mientras rezan. Apenas recuerdan que Allah siempre ve y oye a la gente, y que Él contesta a las oraciones. Repiten palabras memorizadas sin pensar en ellas. Sin embargo, la forma de orar que Allah describe en el Corán, es muy diferente.
Según el Corán, la oración es la forma más sencilla de llegar a Allah. Recordemos ahora algunos de los atributos de Allah. Él es el que está más cerca de la gente que su vena yugular, Quien sabe y oye todo… Ni siquiera un solo pensamiento de los seres humanos permanece oculto a Allah. Siendo este el caso, sólo el pensamiento es suficiente para pedirle algo. Esto demuestra lo fácil que es ponerse en contacto con Allah.
Allah está satisfecho, siempre que las personas sean conscientes de que son Sus siervos. Por esta razón, dirigirse a Allah, confesándole los propios errores y pidiéndole ayuda sólo a Él son elementos esenciales de ser siervo de Allah. Una actitud contraria significa mostrarse arrogante hacia Allah.
En nuestros días, como ocurre con algunas otras formas de adoración, muchos perciben la oración como una tradición obsoleta. Esta creencia se ha visto reforzada por la idea de que el mundo es autónomo e independiente de Allah. Algunas personas asumen que ellos, o la gente que les rodea, controlan lo que les sucede a lo largo de su vida, por lo que no sienten la necesidad de rezar a Allah hasta que se enfrentan a un desastre o sienten que la muerte está próxima. Esto es un engaño, que en algunos casos, arrastra a la gente hasta el punto de percibir la oración como una especie de conjuro que ha sobrevivido hasta nuestros días. El hecho es que la oración es una forma de adoración que impregna todos los aspectos de nuestra vida.
Todas las personas, sin excepción, necesitan rezar. Es erróneo asumir que una persona pobre que trata de sobrevivir bajo unas duras condiciones de vida necesita la oración más que una persona acomodada. Es erróneo pensar que alguien que ha alcanzado todo lo que él o ella deseaba no necesita rezar, puesto que tal convicción limita el significado de la oración a la satisfacción de los deseos mundanos. Los creyentes oran tanto por su vida en este mundo como por la del siguiente. La oración va acompañada de depositar nuestra confianza en Allah, por lo que una persona que reza adquiere la conciencia de que el Creador y Juez del universo está a cargo de los acontecimientos con los que se encuentra, tengan mayor o menor importancia. La conciencia de que todos los métodos para hacer frente o prevenir un problema recaen en Allah, el Todopoderoso, y depositar así nuestra confianza en Él y orar sólo a Él, infunde una sensación de alivio y seguridad en el creyente.
Fuente: http://harunyahya.es/