La incoherencia de una moralidad fluctuante

Naturaleza de la moralidad

Los progresistas liberales (incluidos los humanistas, los ateos, los reformistas, etc.) piensan que no hay nada de malo en que la moralidad cambie con el tiempo y lo ven como un proceso natural e inevitable que todos deberíamos abrazar. Desafortunadamente para ellos, están profundamente confundidos acerca de la naturaleza misma de la moralidad.

Estos individuos no tienen problemas con que los valores de la moral religiosa vayan desapareciendo con el tiempo porque, en primer lugar, no creen que las normas religiosas sean moralmente convincentes. Dicen cosas como: “Bueno, en el pasado, debido al sentimiento religioso, el sexo fuera del matrimonio, por ejemplo, se consideraba incorrecto, pero los tiempos han cambiado y ya no lo vemos tan mal porque hemos progresado”.

Un pensamiento confuso

Es muy fácil mostrar lo confuso que es este pensamiento. Simplemente considere un valor que estas personas encuentren moralmente convincente, por ejemplo, la igualdad racial. Pregúnteles: ¿estarían de acuerdo con que la supremacía blanca se considere moralmente aceptable algún día? ¿Tendría sentido decir que la moralidad podría evolucionar de tal manera que, algún día, la supremacía blanca sea la norma ética a la que se espera que todos aspiren? ¿Por qué no? ¿Qué pasa si realmente no hay nada de malo con la supremacía blanca, pero aún no nos damos cuenta y solo las personas del futuro podrán darse cuenta, similar a cómo en un momento dado, la fornicación se consideró incorrecta, pero las personas descubrieron que no es tan malo? ¿Cuál es la diferencia? ¿Por qué no podría la moralidad evolucionar de esa manera?

La respuesta a esto podría ser: “La moralidad no evoluciona al azar. Evoluciona en una dirección específica. Nuestra moralidad se vuelve cada vez más precisa a medida que se despoja de las supersticiones e identifica los daños. El único acto verdaderamente inmoral es dañar a otra persona y esto se llama el “Principio del Daño”.

El Principio del Daño

Aquellos adoctrinados por el liberalismo tienden a tener esta visión: El único principio moral verdadero es el Principio del Daño. Usando esta lógica, afirman que hemos descubierto que la fornicación en realidad no daña a las personas, por lo que no debe considerarse inmoral. Además, hemos descubierto que la supremacía blanca es dañina, por lo tanto, debe considerarse inmoral.
Pero retrocedamos un momento. En primer lugar, si el Principio del Daño es la piedra angular de toda moralidad, como afirman los liberales, ¿admitirían que también podría evolucionar? Si la moralidad evoluciona y progresa, ¿algún día podríamos descubrir que es moralmente permisible dañar a las personas y que el Principio del Daño es algo obsoleto del pasado?

Si los progresistas seculares liberales mantienen que esto no es posible y el Principio del Daño siempre será normativamente convincente, entonces no son realmente progresivos en lo que respecta a la moralidad. Creen que hay valores morales absolutos. Entonces, ¿cómo podrían culpar a los devotos musulmanes por creer en valores morales absolutos que son invariantes en el tiempo?

La idea de una moralidad en evolución

Quiero centrarme en la idea de una moralidad en evolución. Aquellos que creen en el Principio del Daño como un valor moral absoluto explican el cambio de las actitudes morales a través del tiempo en función del descubrimiento de lo que es o no verdaderamente dañino. Pero ¿cuál es este proceso de descubrimiento?

Epistemológicamente hablando, ¿descubrir daños es similar a descubrir nuevos planetas o nuevos químicos? ¿Es algo empírico? ¿Dónde puedes ver el daño? Y, lo que es más importante, ¿de qué manera podríamos tener la capacidad de verlo progresar en función del tiempo? Podemos entender cómo el descubrimiento de planetas en el universo se ha vuelto más fácil con la tecnología de telescopio mejorada. Pero, ¿qué nos está permitiendo descubrir nuevos daños a lo largo del tiempo?

Claramente, el progresista liberal recurrirá a esta frase: “Los daños siempre han sido conocidos, pero las personas poderosas, malvadas y egoístas fueron los que hicieron que los valores morales no cambiasen para así poder realizar esas atrocidades”.

Así que un par de notas acerca de esto:

Primero, ¿dónde está la prueba de que ciertos daños siempre se conocieron? Si examinamos la historia mundial, gran parte de lo que se considera seriamente “dañino” según los estándares actuales no se conocía anteriormente. La homofobia es un ejemplo. Transfobia es otra. La apropiación cultural es otra. De hecho, si asiste a una clase de artes liberales, preferiblemente en el departamento de estudios de género en la universidad más cercana, podrá comprobar que prácticamente todo lo que se enseña como opresión, privación de derechos, sexismo, etc., fue históricamente inaudito.

Los mismos conceptos en los que se basan estos “errores” no se acuñaron hasta hace una o dos generaciones. Entonces, ¿cómo de verosímil es esta opinión de que muchos de los “daños” serios reconocidos por los progresistas liberales de hoy en día eran conocidos históricamente?

En segundo lugar, si el Principio del Daño es un absoluto no evolutivo y lo que es o no es dañino es un absoluto no evolutivo y el conocimiento de la gente de lo que es o no es dañino es un absoluto no evolutivo, entonces ¿dónde está exactamente todo ese progreso moral del que tanto oímos hablar? Nuestro interlocutor podría decir que el progreso ocurre cuando los malos son derrotados y la verdadera justicia triunfa. Pero esa es una idea muy débil del progreso moral. ¡Todos creen en este tipo de progreso moral! La lucha entre el bien y el mal es perpetua y, a veces, los buenos ganan. Otras veces pierden. Incluso los teístas no liberales creen esto.

Por último, cuando esta idea del progreso moral se examina críticamente, no cumple la cantidad mínima de escrutinio. La noción tiene serios problemas epistemológicos y esto se debe en parte a las deficiencias conceptuales dentro del Principio del Daño en sí mismo. Cuando los progresistas liberales invocan el progreso moral, los musulmanes que mantienen la aplicabilidad universal e inmutable de los principios morales islámicos desde el momento de la revelación hasta el presente, se supone que han de recularse, pero en cambio, deberían señalar estos problemas e invitar a sus oponentes ideológicos a que profundicen en los abismos que muestran sus pensamientos.


Fuente: https://muslimskeptic.com/2018/01/15/incoherence-moral-progress/ ; traducido y editado por la redacción de NM

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