Autor: Hasan Bize
Las enseñanzas del Profeta del Islam cubrieron todos los aspectos de la vida humana y, sobre todo, enseñó muchos principios de vida sana que ejemplificó con su conducta. Se han registrado de él decenas de miles de tradiciones sobre multitud de asuntos, y entre ellas muchas referidas a la medicina. La Medicina Profética (Al-Tibb Al-Nabauí) es el estudio y aplicación de estas tradiciones.
Los sabios del pasado estudiaron y clasificaron estas tradiciones y dedujeron de ellas ciertos principios y fundamentos de una ciencia médica muy especial, con caracteres y procedimientos propios. Hay decenas de tratados enfocando este tema, la mayoría de los cuales coinciden en el título: Al-Tibb Al-Nabauí, la Medicina Profética.
Conviene aclarar que el Profeta no hizo una exposición sistemática de la medicina; su objetivo primordial no era la salud física, sino un Canon de la Medicina, la salud espiritual. Pero, como vimos, una cosa no está completamente separada de la otra, y así es que sentó los principios fundamentales para el estudio de la medicina integral y dio además numerosas recomendaciones sobre cuestiones concretas que son especialmente preventivas de la enfermedad, y algunas entran también en el terreno de la terapéutica.
Toda su Sunnah o costumbre, es decir, su conducta y modo de vida, se ha tomado como modelo de una vida sana, equilibrada y feliz. Su forma de sentarse, de comer, los alimentos que prefería y cómo le agradaban, sus prácticas higiénicas, sus recomendaciones sobre ciertas plantas y alimentos por su valor curativo, sus recomendaciones sobre la mejor conducta con los enfermos, su actitud tanto en la enfermedad como en la salud; todo ello y mucho más encontramos en los libros de tradiciones.
Esta Sunnah es el material del cual se construye todo el modo de vida islámico, desde las prácticas devocionales hasta la higiene y la actitud general ante el mundo y los problemas, e incluso sobre la mejor manera de encarar nuestras relaciones interpersonales.
Digamos también que la Medicina Profética no fue la única manifestación del arte de curar que se desarrolló entre los musulmanes, pues como es sabido, éstos tradujeron los antiguos tratados griegos sobre el tema y los devolvieron a la humanidad con sus propias observaciones y progresos. Y desde luego las tradiciones o hadices del Profeta referentes a cuestiones de medicina ejercieron considerable influencia en el arte de la ciencia médica en el Islam, arte de curar que tuvo lumbreras de la talla de Al-Razhes y Avicena, cuyos tratados sobre medicina fueron referentes obligados en el estudio de la medicina en todo el mundo durante siglos.
Fuente: www.webislam.com