Autor: Shayj Abdalhaqq Bewley
El día en que llegue la Hora, ese día se separarán: Los que creyeron y llevaron a cabo las acciones de bien estarán deleitándose en un vergel. Pero los que se negaron a creer y negaron la veracidad de Nuestros signos y del encuentro de la Última Vida, estarán permanentemente en el castigo (Sura de los Romanos, 30:14-16).
Contemplado desde un punto de vista la creencia en Allah es el meollo de la cuestión; es de lo que se trata la vida humana; es el hecho crucial de nuestra existencia. Si creemos en ello, habremos comprendido de que se trata, y si no creemos, es que no nos hemos enterado. Allah dice en el Corán que la gente inteligente, la gente de visión interna, dice a Allah:
¡Señor nuestro, no creaste todo esto en vano! ¡Gloria a Ti, presérvanos del castigo del Fuego! (Sura de la Familia de Imran, 3:191).
Al decirlo, están admitiendo que el propósito de la creación de Allah, es que los seres humanos serán juzgados por sus acciones en este mundo, cuyo resultado será la recompensa del Jardín o el castigo del Fuego. No hay página del Corán en la que no se recuerde a la gente, de manera explícita o implícita, el Día en el que tendremos que rendir cuentas de las acciones realizadas en nuestra vida. Este hecho de la rendición de cuentas es lo que confiere significado a las palabras “correcto” o “erróneo”. “Correcto” es lo que agrada a Allah y lleva al Jardín, y “erróneo” es lo que disgusta a Allah y conduce al Fuego.
De no ser por esta responsabilidad, no existirían los valores morales. Esta es la razón de que el mundo en el que vivimos esté en tal confusión moral y de que las campañas que piden volver a lo básico, y el resto de iniciativas que pretendes recuperar las bases morales en la sociedad actual, están condenas al fracaso. No puede hacer otra cosa que sumirse en una retórica vacía, porque solo en el contexto de la creencia en la Realidad Divina y en el Último Día puede tener significado el lenguaje de la moralidad. El caos moral de nuestros días será resuelto cuando esta creencia se implante de nuevo en los corazones de la gente.
Fuente: Libro ‘Islam, creencia y prácticas básicas’.