Autor: Qadi ‘Iyad
Allah, el Altísimo dice:
“Dí: ‘Si vuestros padres, hijos, hermanos, o vuestras mujeres, o vuestra tribu, o cualquier riqueza que hayáis adquirido, o cualquier negocio que temáis perder, o cualquier lugar de residencia que os guste, son más queridos para vosotros que Allah y Su Mensajero y que luchar duramente en Su camino, esperad hasta que Allah venga con Su orden.’” (Sura at-Tawbah, 9:25)
Estos Ayats del Coran son suficiente estimulación, consejo, prueba e indicación de la necesidad de amar al Mensajero de Allah, y es suficiente para comprender que este deber es una obligación inmensamente importante, lo cual es, a su vez, un derecho del Profeta. Allah, elevado sea, censura a aquellos cuya propiedad, familia e hijos son más queridos para ellos que Allah y Su Mensajero. Y los amenaza añadiendo, “Esperad hasta que Allah venga con Su orden.” Al final del verso Él considera a esta gente como equivocados y les informa de que están entre aquellos extraviados y no guiados por Allah.
Anas refirió que el Mensajero de Allah dijo: “Ninguno de vosotros creerá hasta que yo sea más querido para él que sus hijos, su padre y todo el mundo.” ( Bujari, Muslim y an Nasa’i). Abu Huraira relató algo similar.
Anas refirió que el Profeta dijo: “Hay tres cosas que son causa, para cualquiera que toma refugio en ellas, de experimentar la dulzura del Iman (la creencia): que Allah y Su Mensajero sean más queridos para él que ninguna otra cosa; que ame a un hombre sólo por Allah; y que le disguste la idea de volver a kufur (la incredulidad) tanto como le disgustaría ser quemado en el Fuego.” (Bujari)
Shal dijo, “Cualquiera que piense que el Mensajero no es su maestro en todos los estados o piense que él no está bajo el dominio del Profeta, no saboreará la dulzura de su Sunna porque el Profeta, que Allah le bendiga y le conceda paz, dijo: “Ninguno de vosotros creerá hasta que yo sea más querido para él que él mismo.’”
Fuente: Texto del segundo capítulo de la segunda parte de ash-Shifa de Qadi ‘Iyad. La necesidad de amar al Profeta Muhammad