Autor: Shaykh Abdalhaqq Bewley
El Salat es el medio más elevado que Allah, ensalzado sea, ha dado a la humanidad para que no abandone el camino de la Verdad, el camino que lleva a Su misericordia y a Su perdón y a todo lo que hay de bueno en este mundo y en el otro. En cierto modo es una cuerda de seguridad que conecta a la gente con el Viviente que nunca muere; y que Allah lo haya hecho obligatorio cinco veces al día garantiza que esa conexión no se romperá jamás. El Profeta, a quien Allah bendiga y conceda paz, comparaba el Salat a un río donde te bañas cinco veces al día; y luego preguntó a los que estaban con él si quedaría alguna suciedad en ese cuerpo. Que por supuesto que no. (Al Bujari, Muslim)
Hacer la oración de forma constante impide que se bloquee la conexión con el Señor. Elimina las acciones incorrectas que se cometen entre una oración y otra. Tras las dos shahadas es el pilar más grande del Islam. Allah la ha hecho obligatoria para que se eleve el rango de la persona, se multipliquen sus buenas acciones, y para por fin admitirla en los Jardines del Paríso salvándola del Fuego del Infierno.
Pero como toda bendición, la oración es una espada de doble filo. Para los que cumplen con ella será una fuente de luz en el corazón y en la tumba en el Día del Levantamiento. Será la prueba que necesitan para salvarse del terrible castigo en ese Día, porque como sabemos de Yahya ibn Sa’id en al Muwatta: “La primera acción que se tomará en cuenta en el Dia del Levantamiento será el Salat. Si se acepta las demás acciones serán sopesadas; pero de lo contrario ningún otra acción será considerada”. Si la gente abandona o desprecia la oración estará en contra en el Día que más la necesiten. Allah, glorificado sea, dice en el Sura Maryam:
“Después les sucedió una generación que abandonó la Oración y siguió las pasiones; pero ya encontrarán perdición”. (Corán, 19:59)
Y el Profeta, a quien Allah le bendiga y conceda paz, dijo:
“Abandonar la oración lleva a la incredulidad, y a que surjan asociados entre el hombre y Allah”.
El lugar que ocupa la oración es comparable al de un mástil en una tienda de campaña: si este ocupa su lugar la tienda podrá usarse y el resto de los postes, cuerdas y estacas desempeñarán su función; de no ser este el caso, la estructura colapsa y no sirve de nada. En este contexto es importante recordar que Allah, ensalzado sea, no solo ordena a la gente hacer el Salat, sino que les dice que la establezcan, lo cual, como coinciden todos los comentaristas coránicos, significa mucho más que la mera realización del número necesario de rak’ats en un momento dado. En primer lugar incluye las condiciones previas de pureza, lugar, ropas adecuadas y la dirección de la ka’aba, pero también ciertas dimensiones sociales y políticas que forman parte fundamental del Salat, reflejadas entre otras cosas, en hacer el Salat en jam’at, en decir, en comunidad.
Fuente: Tomado con ligeras modificaciones editoriales del libro del autor “Islam, creencias y prácticas básicas”