Por: Qasim Rashidi
Los críticos suelen equivocarse al afirmar que el Islam ordena a los hombres que peguen a sus mujeres, citando el verso del Corán 4:34. Tanto aquel hombre musulmán que pegue a su mujer como los críticos, no han llegado a entender la sabiduría sutil del versículo 4:34 que busca evitar la violencia de género.
En Virginia, doy apoyo legal sin ánimo de lucro a las víctimas de malos tratos. Prácticamente todos nuestros clientes son mujeres. Cada 9 segundos, cerca de 10,000 víctimas al día, una mujer en los Estados Unidos es víctima de los malos tratos. En América, la violencia de género es la principal causa de daño a la mujer, más que los accidentes de tráfico, los robos o las violaciones, todo junto. Aquellos que acusan al Islam por violencia de género, ¿acusan también al cristianismo o a los ateos cada nueve segundos?
Antes de contestar a esta pregunta, vamos a ver el punto de vista del Dr. James Q, el gran científico social de América. Éste menciona que la parte del cerebro que estimula la ira y la agresión es mayor en hombres que en mujeres. Y además, la parte del cerebro que frena la ira es más pequeña en hombres que en mujeres. En otras palabras, los hombres son más propensos a la violencia y menos capaces del autocontrol que las mujeres.
Pero esto no es una excusa. Parte del problema es que la ley castiga al hombre solo cuando el acto de violencia ya ha ocurrido. Establecemos programas educacionales y de rehabilitación en los que se reducen o disminuyen otras enfermedades, haciendo que los individuos puedan vivir en sociedad sin dañar a los demás o a ellos mismos. De la misma manera, para frenar la violencia de genero habría que eliminar las primeras transgresiones.
La prevención es la clave. Y esto es lo que realmente quiere decir el verso 4:34 sobre disminuir y frenar la violencia de género. El verso completo describe un proceso de restricción, control de la ira y la mejora.
El versículo comienza definiendo la unidad familiar, siendo el marido el responsable de proveer y proteger el hogar. Esta obligación les da cierta autoridad y magnanimidad, pero nunca el derecho a utilizar la violencia. El versículo insta a las mujeres a actuar de manera virtuosa y proteger la unidad familiar junto al marido, escuchándolo en aquello que sea bueno y no difundiendo los problemas familiares.
El verso 4:34 habla del proceso del control de la ira, la mejora y la reconciliación. Este solo se pondrá en acción si la mujer busca deliberadamente la destrucción de la familia, como se indica con las palabras “y aquéllas de las que tengáis certeza de su rebeldía”. Pero “rebeldía” no se refiere a cualquier discrepancia que una mujer pueda tener con su marido. El significado de la palabra en árabe habla de una mujer que abandona a su marido injustamente o destruye a su familia. Cuando una mujer comienza a comportarse de esta manera, existe en el Corán un proceso pacífico para la reconciliación.
El primer paso, el control de la ira, obliga a que el marido advierta a la mujer de su preocupación, para que ambos admitan que hay un problema. Esto hace que el hombre se controle con la esperanza de que su mujer se predisponga a la reconciliación. Si esto no funciona, el segundo paso es separar las camas durante 4 meses. Este acto disminuye las probabilidades de la violencia de género ya que el hombre se separa de la carga emocional de la situación durante un periodo de tiempo. Si el caso es que el hombre ha tenido una reacción demasiado fuerte para lo que la mujer había hecho, esta separación le hará darse cuenta de su mal comportamiento. De la misma manera si la mujer sí que había cometido un acto inapropiado, la separación de su marido hará razonar sobre su comportamiento. Este paso, evita la violencia de género y promueve la reconciliación.
Con eficacia, estos dos pasos ayudan a la reconciliación de la gran mayoría de las disputas. Si estos dos pasos no tienen éxito, el Corán, permite, pero nunca ordena, que los hombres tengan en cuenta el tercer paso, que se traduce como “amonestar”. Pero entender “amonestar” como castigar con violencia, va en contra del largo proceso llevado a cabo en los dos primero pasos para eliminar la violencia, en contra del verdadero significado de “amonestar” y en contra de las reconciliaciones pacíficas que el Profeta Muhammad estableció.
First, it is unmerited to suggest that the Quran requires such extensive lengths to avoid violence, only to ultimately permit it.
En primer lugar, no tiene sentido sugerir que el Corán requiere un proceso tan extenso para evitar la violencia, para finalmente permitirla.
En segundo lugar, el léxico en árabe demuestra que la palabra traducida como “amonestar”, daraba, tiene otros significados como “curar”, sin nada que ver con la violencia. O “golpear”, el verdadero significado de “golpear” se entiende mejor con el ejemplo del Profeta Muhammad. El Profeta Muhammad lo explicó para el hombre incapaz de controlar su ira, a pesar de las dos restricciones requeridas, cualquier acto, como “golpear” debe sanar y “no debe dejar marca”.
Sobre este tema, el Profeta Muhammad, explícitamente advirtió a los musulmanes “que no pegasen a sus mujeres”. Él fue un ejemplo a seguir, y nunca pegó a sus mujeres, demostrando con palabras y con actos que los hombres musulmanes no pueden dañar a las mujeres bajo ninguna razón.
Como una alternativa, el Islam recomienda mediadores para fomentar la reconciliación, lo que hace que se reduzca y elimine la violencia de género.
Por lo que, el verso 4:34 describe un proceso basado en la naturaleza del ser humano que reduzca los desencadenantes ambientales y contenga las necesidades biológicas. Este versículo ordena a los hombres a controlar su ira, a alejarse de situaciones que puedan llevar a la violencia de género y a aconsejar a las mujeres a que se predispongan a la reconciliación.
En cuanto a las mujeres que teman la agresión de sus maridos, Islam da a la mujer un camino más fácil: pedir a su marido que paren ese comportamiento ofensivo, o pedir el divorcio. Un hombre musulmán que transgrede su deber de proteger, proveer y cuidar de su mujer, se arriesga a perderla por completo mientras que continúa siendo responsable de ayudarla económicamente. El Corán aseguró estas protecciones a las mujeres hace 1400 años. Por lo que los hombres musulmanes que agredan a sus mujeres, lo hacen en contra del Corán, ignorando que el Corán demanda un proceso pacífico de reconciliación.
Finalmente, recuerda que la violencia de género ocurre cuando los hombres dejan que su ira se apodere de su comportamiento. Si los casi 10,000 americanos que abusan de sus mujeres cada día recibieran la protección preventiva del verso 4:34, ¿Cuántas mujeres serían entonces víctimas de la violencia de género?
Fuente: http://www.huffingtonpost.com Traducido y editado por Nuevos Musulmanes