Por: Redacción
La definición literal, o denotativa, de la palabra “zakât” (a veces deletreada “zakâh”) es “aumentar”, como en crecimiento (namâ). La palabra también connota “bendiciones” (barakah), “purificación” (tahârah), o “recomendación” (madh).
La palabra Zakât se utiliza para definir este pilar del Islam, que es la entrega de una parte de la riqueza acumulada a los pobre, por tres razones espirituales reflejadas en el significado de la palabra árabe: (1) Dios promete la bendición de “incremento” en la riqueza de cualquiera que pague de su dinero y propiedad la caridad que Él hacho obligatorio; (2) El Zakat “purifica” quien lo entrega de las faltas; y (3) Zakâ puede sugerir el significado de “endulzar”, lo que implica que la riqueza sobre la cual no se ha pagado debidamente el Zakât permanece amarga en esta vida y en la próxima.
Dios hizo obligatorio a los creyentes el pago del Zakat para ayudar a los necesitados en los primeros años de la profecía en la Meca. Inicialmente, no se especificaron los tipos de riqueza a los que se aplicaba y los montos. Dios detalló su clase y sus calificaciones casi una década después, en el segundo año después de la Hijrah (Hegira), justo antes del decreto divino para ayunar el Ramadán como el Cuarto pilar de adoración del Islam.
El Corán, junto con las declaraciones, las prácticas y lo que aprobó el Profeta, deja claro que ninguna persona o sociedad pueden alcanzar una sociedad del bienestar real sin instituir el Zakât. Por un lado, purifica el alma del creyente borrando sus faltas, lo que nos acerca más a Dios y a alcanzar de Su placer. Por otro lado, canaliza la prosperidad de una nación hacia una mayor igualdad entre las personas, lo que reduce sustancialmente su resentimiento y desafecto entre sí.
El conocido Compañero del Profeta, Abû Hurayrah, relata que un beduino le pidió al Profeta que lo instruyera en un curso de acción que lo haría entrar al Paraíso. El Profeta contestó:
“¡Adora a Dios y no asociees a nadie con Él! Establece el Salât, paga el Zakât, y observe el ayuno de Ramadán”. (Bukhârî, No. 480)
¿Cómo habla el Corán sobre el Zakât?
La palabra Zakât acompaña la mención del Salât en 82 versículos del Corán, por lo que en casi todas las ocasiones acompaña a la Oración, el segundo pilar del Islam, después de la declaración de la creencia, que da testimonio de que Dios es Uno. Por ejemplo:
Estableced el salat, entregad el zakat e inclinaos con los que se inclinan. (Al-Baqarah, 2:43)
Estableced el salat y entregad el zakat y obedeced a Allah y a Su mensajero. (Al-Ahzâb, 33:33)
Estableced el salat, entregad el zakat y hacedle a Allah un generoso préstamo. El bien que adelantéis en vuestro favor lo encontraréis junto a Allah. Eso es mejor y posee más recompensa. (Al-Muzzammil, 73:20)
El Corán vincula seis virtudes muy importante directamente al Zakât:
1. La virtud de la creencia. Pagar a la Zakât es un signo de buen carácter y una prueba de la sinceridad de uno como musulmán:
Habrán triunfado los creyentes. Aquéllos que en su salat están presentes y se humillan. Los que de la frivolidad se apartan. Los que hacen efectivo el zakat. (Al-Mu’minûn, 23:1-4)
Y si se retractan, establecen el salat y entregan el zakat… Son vuestros hermanos en la Práctica de Adoración. Explicamos claramente los signos para la gente que sabe. (AlTawbah, 9:11)
De manera similar, el Profeta dijo: “El Zakât es una prueba de la creencia” (Nasâ’î, No. 2286).
2. La virtud de la justicia.
La virtud no consiste en volver el rostro hacia Oriente u Occidente; el que tiene virtud es el que cree en Allah, en el Último Día, en los ángeles, en los Libros y en los profetas, el que da de su riqueza, a pesar del apego que siente por ella, a los parientes, huérfanos, necesitados, hijos del camino, mendigos y para liberar esclavos; el que establece el salat y entrega el zakat… (Al-Baqarah, 2: 177)
3. La virtud de la creencia verdadera
Son los que establecen el salat y gastan de la provisión que les damos. Esos son los creyentes de verdad, tendrán grados junto a su Señor, perdón y una generosa provisión. (Al-Anfâl, 8:3-4)
4. La virtud de recibir la misericordia divina.
Y escribe para nosotros lo bueno en esta vida y en la Última pues hemos sido guiados a Ti. Dijo: Aflijo con Mi castigo a quien quiero y Mi misericordia abarca todas las cosas y la escribiré para los que sean temerosos, para los que entregen el zakat (la purificación de sus bienes) y para los que crean en Nuestros signos. (Al-Arâf, 7:156)
5. La virtud de alcanzar el éxito en el más allá.
Alif, Lam, Mim. Estos son los signos del Libro Sabio. Guía y misericordia para los que hacen el bien. Los que establecen el salat, dan el zakat y tienen certeza de la Última Vida. Esos están afirmados en una guía de su Señor y son los que tendrán éxito. (Luqmân, 31:1-5)
6. La virtud de la libertad del miedo en el día del juicio.
Los que gastan sus bienes en el camino de Allah y luego no lo echan en cara ni lo acompañan de ningún agravio, tendrán su recompensa junto a su Señor y no tendrán que temer ni se entristecerán. (Al-Baqarah, 2:262)
Quienes creen, practican las acciones de bien, establecen el salat y entregan el zakat, tendrán la recompensa que les corresponda junto a su Señor y no tendrán que temer ni se entristecerán. (Al-Baqarah, 2:277)
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