Autor: Aisha Stacey
Este es el segundo artículo de una serie de tres, ve al primero si quieres leerlo
El Islam es la religión revelada para toda la humanidad. No es exclusiva para los árabes o asiáticos, hombres o mujeres, los ricos o los oprimidos. El Islam es la religión y la forma de vida que asegura que la humanidad esté en capacidad de acceder a todos sus derechos. Tiene sentido pensar que Aquel Quien nos creó nos conozca aún mejor que nosotros mismos, y que Él (Dios) nos ha dado acceso a todo el conocimiento que necesitamos para llevar una vida feliz y segura.
Los musulmanes creen que este conocimiento es accesible a través del Corán y las tradiciones auténticas del Profeta Muhammad, que la misericordia y las bendiciones de Dios sean con él, y que está garantizado por la Shariah (la Ley Islámica). El Islam establece un marco legal e incorpora un código de ética diseñados para proteger los derechos de un individuo, incluyendo su derecho a vivir en una sociedad segura.
El Profeta Muhammad dijo: “Todo aquel que se despierta (por la mañana) con la sensación de que está seguro en su comunidad, libre de dolencias y de enfermedades en su cuerpo, y que tiene suficiente provisión para ese día, es como si fuera el dueño del mundo entero”. (Tirmidhi)
La Shariah se ocupa de preservar cinco derechos básicos: el derecho a practicar la religión, la protección de la vida, la salvaguarda de la mente o el intelecto, la preservación del honor y la familia, y la sacralidad de la riqueza y la propiedad. Una comunidad unificada establece una base moral y ética en la que los derechos individuales son respetados. Aunque los derechos de los individuos son de gran preocupación, no se permite que éstos eclipsen los derechos de la comunidad.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos contiene 30 artículos. Éstos se esfuerzan por asegurar la vida, la libertad y la seguridad de todos los hombres, mujeres y niños. No hay duda de que la preservación de esta declaración es un acto de justicia; sin embargo, cada artículo ha sido abordado adecuadamente en el pasado por las palabras de Dios en el Corán y en las tradiciones del Profeta Muhammad.
Artículos 1 y 2
Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y en derechos. Dotados como están de razón y de conciencia, deben comportarse unos con otros en un espíritu de hermandad.
Toda persona tiene derecho a todos los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distingo alguno de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de otro tipo, origen nacional o social, propiedad, nacimiento o cualquier otro estatus. Además, no se hará distinción sobre la base de estatus político, jurisdiccional o internacional del país o territorio al que pertenece una persona, ya sea independiente, colonia, estado no autónomo, o bajo cualquier otra limitante de su soberanía.
Corán y Tradiciones
Hay muchos versículos en el Corán que señalan la dignidad, la igualdad y la hermandad de la humanidad. Además, Dios deja claro que los derechos y libertades están garantizados para todos, sin distingos de raza, sexo, origen social, nacionalidad, idioma, color o estatus.
“¡Hombre! Os hemos creado a partir de un varón y una hembra y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais unos a otros. En verdad el más noble de vosotros ante Allah es el que más Le teme. Allah es Conocedor y está perfectamente informado” (Sura de los Aposentos Privados, 49:13).
Dios creó a la humanidad para que actuara como Su representante en la Tierra, los seres humanos fueron establecidos por encima de los animales, aves y peces, y se les ha dado una tarea de gran responsabilidad.
“¿Es que no veis que Allah os ha subordinado todo lo que hay en los Cielos y en la Tierra y os ha colmado de Su favor tanto externa como internamente?” (Sura de Luqman, 31:20).
El primer hombre, Adán, el padre de la humanidad, fue honrado y tratado con el debido respeto y dignidad. Dios sopló el alma humana en él, le dio forma con Sus propias manos y les ordenó a los ángeles que se inclinaran ante él. Al honrar a Adán, Dios se aseguró de que toda la humanidad fuera merecedora de dignidad y respeto. El Islam también deja claro que toda la humanidad desciende de Adán y que, por lo tanto, todos somos hermanos y hermanas unos de otros.
“Cuando tu Señor dijo a los ángeles: Voy a crear a un ser humano a partir del barro. Y cuando le haya dado forma y haya insuflado en él parte de Mi espiritu: ¡Caed postrado ante él!” (Sura de Sad, 38:71-72).
Dios dice en el Corán (49:10) que los creyentes no son menos que hermanos unos de otros, y el Profeta Muhammad continuamente recalcó la necesidad de mantener los lazos de amistad. Él dijo que ninguna persona podría alcanzar la verdadera piedad hasta que deseara para su hermano (o hermana) lo que desea para sí mismo(Sahih al Bujari).
Cuando el Profeta Muhammad se dio cuenta de que pronto sería regresado a su amado Dios, se dirigió a toda la humanidad con palabras profundas y bellas que se conocen como el Sermón de Despedida. Miró hacia abajo a más de 100.000 seguidores que estaban de pie en las llanuras de Arafat, y dijo: “Toda la humanidad proviene de Adán y Eva, un árabe no es superior a un no-árabe, ni un no-árabe tiene superioridad sobre un árabe. Un blanco no tiene superioridad sobre un negro ni un negro tiene superioridad sobre un blanco, excepto en la piedad y las buenas acciones. Aprendan que cada musulmán es hermano de todo musulmán, y que los musulmanes constituimos una hermandad” (El texto del Sermón de Despedida puede hallarse en Sahih Al-Bujari y en Sahih Muslim, y en los libros de At Tirmidhi y del Imam Ahmad).
Artículo 3
Toda persona tiene derecho a la vida, la libertad y la seguridad.
Corán y Tradiciones
“Por esto les decretamos a los hijos de Israel que quien matara a alguien sin ser a cambio de otro o por haber corrompido en la Tierra, sería como haber matado a la humanidad entera. Y quien le hiciera vivir, sería como hacer vivir a la humanidad entera” (Sura de la Mesa Servida, 5:32).
Dios deja claro en el Corán que la vida humana es sagrada. La sangre no puede ser derramada ni la vida tomada sin una justificación. El derecho a la vida es inherente a las creencias del Islam y es dado por Dios en igual medida para cada ser humano que ha habitado o que habitará este planeta Tierra. La vida, así como el honor y la dignidad integrales que implica, es considerada el mayor regalo. Nos es dada por nuestro Creador como un préstamo. Estamos obligados a cuidar unos de otros y a nosotros mismos. El suicidio por la falta de esperanza en la misericordia de Dios o por cualquier otra razón está totalmente prohibido. La santidad del cuerpo es inviolable, y los cuerpos de los muertos deben ser manejados con cuidado y vestidos con solemnidad.
“Diles: Venid que os declararé lo que vuestro Señor os ha prohibido: Que no asocies nada con Él, que hagáis el bien a vuestros padres, y no matéis a vuestros hijo por temor a la miseria. Nosotros os proveemos a vosotros y a ellos, no os acerquéis a las faltas graves, ni externa ni interanmente, y no matéis a quien Allah ha hecho inviolable excepto por derecho. Esto es lo que se os encomienda para que tal vez razonéis” (Sura de los Rebaños, 6:151)
En su Sermón de Despedida, el Profeta Muhammad nos recordó la importancia de los derechos humanos en el Islam. Él dijo: “Respecto a la vida y la propiedad, son un préstamo sagrado. Devuelvan los bienes que se les han encomendado a sus legítimos propietarios. No dañen a nadie para que nadie les haga daño. Recuerden que se reunirán indefectiblemente con su Señor y que Él tomará efectivamente en cuenta sus obras”.