Autor: Fahd ibn Saalim
Esto incluye todo cuanto hace perder la razón, total o parcialmente, ya sea por un período corto o largo de tiempo. Dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Dios sean con él): “Todo lo que embriaga hace perder la razón, y todo lo que haga perder la razón es ilícito” (Muslim, 2003). Es igual si estas bebidas están hechas a base de frutas, como la uva, las pasas frescas o higos, o a base de granos como la cebada, el maíz o el arroz, o a base de dulces como la miel. Por lo tanto, todo lo que embriaga es ilícito, independientemente de cómo se llame, aunque sea agregado a otros productos como los zumos naturales, los dulces o el chocolate.
Preservar la razón (la lucidez mental):
El Islam tiene como objetivo resguardar los intereses de la gente en esta vida y en la Otra; es en este sentido que se preocupa por proteger las cinco necesidades básicas del ser humano: la religión, la vida, la razón, el honor y la propiedad.
La razón es el elemento sobre el cual se fundamenta la responsabilidad, y es la causa de que Allah dignifique al ser humano; de ahí que el Islam la protege y la cuida de todo lo que la pueda perjudicar o debilitar.
El veredicto sobre los embriagantes:
Consumir embriagantes es un pecado capital, tal como se encuentra mencionado en el Corán y en las enseñanzas del Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él), por ejemplo:
Dijo el Sapientísimo:
“¡Oh, creyentes! Los embriagantes, los juegos de apuesta, los altares [sobre los cuales eran degollados los animales como ofrenda para los ídolos] y consultar la suerte valiéndose de flechas son una obra inmunda de Satanás. Absténganse de ello y así tendrán éxito” (Surah de la Mesa Servida, 5:90).
Allah describió esas acciones como inmundas, y nos ordena apartarnos de ellas.
Dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Todo lo que embriaga hace perder la razón, y todo lo que haga perder la razón es ilícito” (Muslim, 2003).
El Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo acerca de la fe: “Quien bebe embriagantes no es, mientras los bebe, un creyente” (Al Bujari, 5256; Muslim 57).
El Islam castiga al bebedor de manera que sea humillado ante la sociedad, y su testimonio se vuelve inválido.
El Islam amenaza al bebedor que no abandona el vicio hasta el final de sus días, con un doloroso castigo en la Otra Vida. Dijo el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él): “Allah ha prometido a quien bebe embriagantes, que beberá del sudor y suciedades de los moradores del Infierno” (Muslim 2002).
Todo aquel que participe o ayude al consumo de embriagantes, sea mucho o poco, está incluido en la amenaza del castigo, porque el Profeta (que la paz y las bendiciones de Allah sean con él) dijo: “Maldito quien lo exprime (el vino), aquel para quien se exprime, su bebedor, su portador, quien lo riega (las plantaciones), quien se beneficia de su comercialización, quien lo compra y a quien le es comprado” (At-Tirmidhí 1295).