Los ingredientes imprescindibles: humildad y dulzura

Los ingredientes imprescindibles: humildad y dulzura

“Haced las cosas fáciles y no las hagáis difíciles y complicadas. Dad buenas noticias a la gente y no os alejéis de ella ni del bien.” (Lo relataron Al Bujari & Muslim).

 

Por: Naiyerah Kolkailah

Estaba un Yumuah en la mezquita, y en el rincón al fondo vi a dos adolescentes sentadas una al  lado de la otra,cuchicheando y riéndose durante gran parte del Jutba. La situación hacía que te distrajeras con facilidad, pero parecía que nadie les hacía caso, excepto una mujer de una edad avanzada, que no paraba de echar miradas llenas de enfado.

Apenas había acabado el Jutba, la mujer se levantó y se puso en frente de las chicas, ella estaba de pie y las dos aún permanecían sentadas, “!DEBERÍAIS QUEDAROS CALLADAS MIENTRAS SE DA EL JUTBA!” les gritó la mujer con toda la energía que sus pulmones le permitieron. Se podía ver la total humillación en las caras de las dos niñas, mientras bajaban la cabeza y miraban a toda la gente que las observaba en este momento tan embarazoso. Después de asistir a la paliza verbal que  la mujer les había dado, sabía que era necesario controlar los daños para volver a ver a estas dos chicas entrar en la mezquita.

Cada uno es único

Me duele ver cuantos comportamientos agresivos se desatan sobre muchos musulmanes y muchas musulmanas, bajo el pretexto de corregir faltas, o bien ordenar algo bueno y prohibir lo malo.

Islam no es una religión con un código moral rígido que ha de ser impuesto sobre los seres humanos. A veces, nos olvidamos que estamos tratando con personas, que tienen almas delicadas, corazones, emociones y sensibilidad. No son objetos inanimados o productos estandarizados de fábrica, que hemos de  limpiar y pulir de modo que el deseado objeto perfectamente “halal” aparezca.

Cada persona tiene una trayectoria de vida única, y cada trayectoria se compone por una parte de luchas y dificultades. Algunos acaban de aceptar el Islam, otros empiezan a conocer su religión después de años sin practicarla. Otros, quizás, no han recibido una educación religiosa de sus padres, o al revés la educación que recibieron era tan sofocante que en reacción a ella se alejaron del Din. Al fin y al cabo, hay personas que han cometido faltas muy graves, y después de volverse a Allah, intentan tomar de nuevo El Camino Recto.

La buena manera de decir las cosas

Toda esta gente tiene una cosa en común: quieren sentir amor y  aceptación en cada momento de su vida, y especialmente por parte de sus hermanos y hermanas en Islam. No quieren ser humillados o mirados con desdén. Necesitan ser tratados con paciencia, quieren una ámbito seguro, que alimente su fe y les deje crecer en la práctica de su Din. Quieren ver a sonrisas sinceras y acogedoras, sonrisas que les traen más cerca de Allah y de la Ummah. Quieren escuchar palabras buenas, que les animen y apoyen en su esfuerzo para acercarse a Allah y seguir la tradición de nuestro Profeta, sallalahu ‘aleyhi wa sallam, en cuanto a sus intenciones, sus palabras y sus actos.

Nuestro Profeta, sallalahu ‘aleyhi wa sallam, nunco edulcoró la verdad ni dejó de llamar a la gente para que siguieran El Camino Recto. Sino que era la sutilidad y la delicadeza de su manera de hacerlo que le daba ese sabor tan dulce a la gente, y la tranquilidad a sus almas. En Su Libro, Allah lo confirma cuando dice:

Por una misericordia de Allah, fuiste suave con ellos; si hubieras sido áspero, de corazón duro, se habían alejado de tu alrededor. Así pues, perdónalos, pide perdón por ellos y consúltales en las decisiones, y cuando hayas decidido confíate a Allah.Es verdad que Allah ama a los que ponen su confianza en Él. (Aal-Imran 3:159)

Reflexiona sobre el maravilloso consejo que nos da el Profeta:

“Haced las cosas fáciles y no las hagáis difíciles y complicadas. Dad buenas noticias a la gente y no os alejéis de ella ni del bien.” (Lo relataron Al Bujari & Muslim).

 

Damos regalos a la gente porque nos preocupamos por ella, es una manera a través de la cual demostramos nuestro cariño, nuestra gratitud y nuestra apreciación. También es cierto que a la hora de elegir el regalo nos decidimos por algo que sabemos que le va a gustar, que le traerá felicidad o que le hará la vida más facil.

¿Te imaginas ir a alguien diciéndole que tienes un regalo para él, y luego lanzarle el regalo a la cara, dejándole moratones y sin ganas ninguna de volver a oir de ti o de tu regalo? Pues piensa que el Dawa que puedes hacer a gente que aún no son musulmanes, o el consejo que puedes dar a un musulmán es también un regalo.

Encontrar el equilibrio

Queremos que la gente ame a Allah y a su Profeta, y que desarrolle en su corazón el anhelo de complacer a Allah, de modo que tenga éxito en esta vida y en la próxima. Si deseamos que nuestros regalos sean bien recibidos – si deseamos ver a una persona rezar en los tiempos prescritos, o escuchar con toda su atención el Jutba- debemos  presentar estos regalos con toda la gracia posible, y llenarlos de dulzura y buenas palabras. Si nuestra meta es de complacer a Allah, y no enseñar con ostentación nuestro conocimiento ni desprecio al otro para que suba nuestro ego, es imprescindible que demos más atención a cómo decimos la cosa , que a lo que digamos en sí.

La clave para dar consejo a la gente es encontrar el buen equilibrio. Animar a que la gente sea más consciente de Allah y a que ponga más escrupulosidad en los actos de adoración, es una cosa digna, pero debe ir recubierta de dulzura y tacto, generosidad y humildad. La gente necesita sentir que nos preocupamos sinceramente por ella, y que no estamos simplemente siendo críticos y juzgandolos.

Es crucial recordarse que el único que realmente guia es Allah. Si dejamos las semillas de la creencia en la gente, no podemos saber cómo ni cuándo Allah les hará crecer para que den frutos de fe y de buen comportamiento. El valor de nuestro acto reside en plantar las semillas, sin preocuparse de lo que ocurrirá, ya que esto pertenece a Allah.

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Traducido con algunas modificaciones editoriales por el Equipo Editorial desde: http://www.virtualmosque.com/relationships/brotherhood-sisterhood/the-missing-ingredients-compassion-and-gentleness/

 

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